Archivo por meses: enero 2021


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

SOÑANDO LA FIESTA

Ana Lizarraga

¡Cuanto más mayor me hago, peor duermo! Si ya decía mi madre, hija mía ¡parece que se te va la vida en éste día! Y tiene razón la mujer, llevo un año esperando ver a la cuadrilla con la que almuerzo el 6 de julio y tengo unas ganas de darles un abrazo de oso… De perderme en las calles de la vieja Iruña mientras la fiesta se introduce por mis venas y me embriaga, de ver a gente que hace un montón de tiempo que perdí de vista, de sentir el cariño de la gente que vive la fiesta como nos gusta vivir a los que nos emocionamos con cada momentico. Ya tengo ganas de verte Fermín, de hipnotizarme con esa mirada perdida que tienes, mientras te pido que nos protejas durante las fiestas. Un ritual que llevo años haciendo, porque creo que me da suerte.
Creo que tengo tantas ganas de que llegue el momento de escuchar ese cohete, que me niego a abrir los ojos y despertar de este sueño. Porque éste año será un sueño, pero no lo contaré a nadie, porque dicen que si los cuentas no se cumplen y yo sí espero que se cumpla… ¡Ya falta menos!  

IMAGINARÉ

Mar Anzano Santamaría

Este año, viviré los sanfermines de una forma diferente. Los viviré desde mi imaginación.
El día 6 de Julio, imaginaré la Plaza del Ayuntamiento abarrotada de gente vestida de blanco, que a las 12 en punto se anuda el pañuelico al cuello tras sonar el chupinazo.
El estallido de la fiesta y, como la parte vieja de la ciudad, se llena de alborozo y bullicio.
El día 7 de Julio, imaginaré la procesión del Santo bajo la atenta mirada llena de ilusión de pequeños y mayores.
El baile de los Gigantes, mientras Zaldikos y Kilikis persiguen a los niños.
Las peñas, que con su música, animan cada tarde el tendido de sol, y tras la corrida de toros, a la ciudad entera.
Imaginaré cuando pase por la Taconera, los distintos puestos que cada año se instalan y donde se pueden encontrar multitud de productos artesanales.
Las casas regionales en la calle Bosquecillo.
Las orquestas amenizando las noches sanfermineras.
Y, cuando llegue el día 14 de Julio, imaginaré a las 12 de la noche, en la Plaza del Ayuntamiento, el Pobre de mí, me quitaré el pañuelico, y pensaré que el año que viene sí. El año que viene se celebrarán.
 


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

DESESCALERICA

Ana María Jimeno Martínez

Todo preparado desde Enero: habitacion compartida para toda la cuadrilla, billetes con destino elegido (una vez más) por unanimidad… cada detalle estaba ya planeado para ese finde Sanferminero que llevabamos meses esperando. Pero aquel año nos deparaba un inusual cambio de planes. Como si de un trabalenguas se tratara, cada escalón de la escalerica era un escalon más de una interminable desescalada. No habría chupinazo ni encierros, pero algo nos decía que no teníamos que cancelar ese viaje…aún no. El espíritu de los Sanfermines pasados, de los Sanfermines presentes y de los Sanfermines futuros tenía un denominador común por encima de cualquier contratiempo: su gente. Esa esperanza teñida de blanco y rojo no nos dejaba sacar el pañuelico de la maleta. Prometían ser una fiestas atípicas….pero había un San Fermín confinado en cada rincón de Pamplona deseando ser liberado, y no podíamos fallarle. Sabíamos a ciencia cierta que, en esta ocasión, ciertos capítulos de esa historia siempre escrita con tinta blanquirroja no se repetirían…. pero a ojos cerrados también sabíamos que la esencia sería la misma, y que el nudo de nuestro pañuelico iba a ser un nudo imposible de desatar hasta el día 14  

LO HASTA AHORA NO VISTO

Vicente Perez Masedo

LO HASTA AHORA NO VISTO

El encierro fue tan rápido que los corredores adelantaron a los que corrían el del año anterior.
 


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

RAREZAS

Iñigo Marrodan Garcia

6 de Julio, miro el reloj, 11:00 am, ¡me he dormido!, salgo disparado, me visto de blanco, me coloco la faja… ¿y el pañuelo? Busco… no aparece, da igual, me compro uno en Iruña, llego tarde…raro…
Salgo de casa y pienso: “Verás que cachondeo en el almuerzo por llegar tarde”. ¡La calle está desierta!… raro…
Entro al bar… ¡vació!, dos camareros en la barra clavan sus ojos sobre mí, un escalofrío nada halagüeño recorre mi cuerpo… raro…
Saco el móvil, llamo… ¡los amig@s no contestan…! Raro…
Desconcertado… pido un plato de huevos con txistorra, “¡no hay huevos!” grita uno de los camareros… raro…
Termino el pincho… miro el reloj… 11:58, el televisor apagado… raro…
Desde mi silla alzo la voz y les digo a los mesoneros: “¡encender la televisión que van a lanzar el txupinazo!”
Un camarero se ríe… coge el periódico y me lo lanza, leo el titular:

¡SANFERMIN SUSPENDIDO POR UN VIRUS!

Me despierto empapado en sudor, miro el reloj, 06:23 del 5 de julio. Cierro los ojos, me dejo caer sobre la cama, suspiro aliviado… el corazón aun late muy deprisa, todo ha sido una pesadilla… la cabeza me susurra: “tranquilo, todo va a salir bien, ¡ya falta menos!”.
 

TRAUMATISMO CRANEAL

Daniel García Rodríguez

Cuando salga de aquí lo primero que haré será visitar a un hipnotista, porque alguien me tiene que ayudar a saber si fue un sueño o una equivocación. Los recuerdos están algo confusos pero las dudas son muy claras. En primer lugar, ¿cómo pude verla sonriéndome desde el otro lado de la calle si lo veía todo doble y borroso? ¿Por qué se fijaba en mí precisamente, entre tantos clones blancos con fajines y pañuelicos, si ninguna mujer me ha mirado nunca? Y sobre todo, ¿cómo se me ocurrió ir hacia ella? No porque en ese momento se acercaran los toros, sino porque las mujeres me han acojonado desde que empezaron a gustarme.
El médico asegura que fue una alucinación provocada por la mezcla de escitalopram y kalimotxo, pero eso sí que no tiene sentido ya que había dejado las pastillas en casa. Joder, ¿a quién le harían falta antidepresivos en los sanfermines? 


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

EL ARMARIO DE LA ROPA BLANCA

Isabel Arriezu Jiménez

La primera semana de julio se abre un armario que está todo el año cerrado. Nada más abrirlo caen al suelo varias prendas que estaban mal colocadas y acto seguido el resto cae como una avalancha. “El año que viene hay que guardarlo todo mejor” me repito año tras año, pero nunca es así. La ropa se clasifica, se prueba a ver si aún te cabe (porque nunca queda grande) y mientras el montón del suelo se reduce, aumenta el de la plancha. Porque puede que nada más salir te manches, pero de casa se sale impoluto.

Una vez planchada, se divide en montones que estarán estratégicamente colocados por casa hasta el día 14. Llega el turno de la blusa de la peña, guardián y salvoconducto de que los pantalones blancos resistan. Para acabar, pañuelos. Y mientras quitas hasta la última arruga de ese trozo de tela que te recuerda el orgullo de ser navarro, un escalofrío recorre tu cuerpo.

No es el mismo que sientes la mañana del día 6, es un golpe de realidad que cae como un jarro de agua fría. El armario no se abrirá este año, pero aguardará impaciente a escucharnos gritar de nuevo “¡Viva San Fermín!”. 

HURRENGO(RA) ARTE

Aída Riancho López

Txikia nintzenean, herrian, lagunekin jolasean, baloi batekin, aitona-amonen etxeko leiho bat apurtu nuen. Horrelako zeozer izan da aurtengoa. Zentzugabekeria, burugabekeria, astakeria, ergelkeria, kirtelkeria… Malko algara.  


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ERNEST HEMINGWAY

Jordi Querol Piera

Desde que Carlos se dejó la barba, la frase “eres igual que Hemingway” se repitió sin cesar. A Carlos, este colosal parecido le complacía, y decidió hacer gala de ello en Pamplona. Con mucha antelación, reservó habitación en el Gran Hotel la Perla para las noches del 5, 6 y 7 de julio. Al instante de llegar y cruzarse con una elegante señora que se quedó petrificada al verlo, empezó a sospechar lo peor.
—Your name, please? — le preguntó un recepcionista atónito.
—Carlos Lao.
—Bienvenido, señor—¿Están filmando una película?
—No. Solo vengo a los Sanfermines.
—Jamás había visto nada igual— confesó el director, que también estaba cerca.
—En Barcelona todo el mundo me dice lo mismo.
—Señor Lao, ¿podría asistir esta noche a una cena de amigos en el hotel?, la casa le invita.
—Por supuesto.
Un banquete en el que Carlos estuvo muy incómodo; los flases y las bromas de los múltiples comensales no cesaban de importunarle. Al final, el director, alzando su copa lo despidió así: “Amigo Hemingway, con usted otra vez aquí por San Fermín nuestra felicidad es total”
Dos horas antes del “chupinazo”, jurando volver el año próximo con el pelo teñido y sin barba, Carlos huía de Pamplona
 

LA MECA Y SUS CARTELES

Fernando Astrain Abadia

– Recuerdo este de 1959. ¡Fíjate!, «Garci-Grande». Era vizconde y sus toros me dieron la alternativa en los encierros.
¡La agilidad que teníamos, ¿eh, Lucas?.
– Yo no corrí nunca, pero las corridas que organizaba esta Casa por sanfermines, no me las perdí nunca. ¡Mira, ven!.
Este es el de 1967, ¿qué te parece?.
– Pues hombre, qué quieres que te diga, no me gusta nada.
– Fíjate en este nombre, “Conde de la Corte”. A un toro de esta ganadería, Diego Puerta le cortó dos orejas, el rabo y al toro le dieron la vuelta al ruedo.
– ¡Diego “Valor”!, asentó el residente Javi.
– El mismo, contestó su compañero de habitación. Pero, espera, no te vayas todavía al comedor. Ven aquí, que este cartel tiene más que contar porque lo recuerdo perfectamente. ¿Ves el nombre de “Ordoñez Araujo”?.
– ¡Venga que tengo hambre!, advirtió quien le acompañaba.
– Creo que fue el día 14 cuando Diego Puerta, “Valor”, que dices tú, le cortó dos orejas al primero y otras dos y el rabo al segundo. ¡Memorable!. ¡Qué tarde…!.
– Te voy a enseñar yo uno que es muy bueno. Mira, pone: «de segundo para hoy – estofado de toro». ¡Hasta luego, Lucas!.