XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín
SAN FERMÍN Y UN AMOR
Juan Nicolás Cerri
La exaltación corría por sus venas. Así los hacían también cientos de personas a lo largo de las calles atestadas de Pamplona, siguiendo las corridas de toros frenéticos en un festival que parecía ser más antiguo que el tiempo mismo.
Ella lo llamó desde la vereda de enfrente, agitando con suavidad un pañuelo rojo muy fino, sonriendo burlona. Su largo vestido blanco envolvía su hermoso cuerpo esbelto, contrastando con la tez trigueña y largo pelo ondulado.
Él, sin saber con exactitud cómo ella había llegado hasta allí, la siguió, cruzó la calle y apuró el paso a lo último, rápido. Los toros pasaron al galope, agitados.
Se besaron con pasión y por un instante, todo el festival parecía no existir. El bullicio de la gente se había apagado hasta casi desaparecer por completo. Todo era el ahí y el ahora. Tomaron sus manos y se observaron a los ojos. Ella lo miró con desconcierto.
– Es que te amo – Dijo él.
¡ALLÁ VOY!
Víctor Salgado Ferreiro
No he podido pegar ojo en toda la noche.
— ¡Descansa antes del encierro, chaval! La carrera será corta pero intensa —me aconsejó el socio más jaranero de mi peña, protagonista, a su vez, del Chupinazo de este año.
Aturdido por las charangas y el gentío, te sientes arropado y disimulas el miedo hasta que llega la noche. Entonces, con la oscuridad y el silencio, afloran las dudas: ¿Estaré a la altura?
Me han preparado a conciencia. Repaso mentalmente el recorrido. Muy rápido el primer tramo por Santo Domingo. Avistaré la calle Mercaderes al límite de mis fuerzas. Sentiré arder mi pecho sobre la calle Estafeta que conduce al callejón del coso taurino. Si me mantengo firme y aguanto la presión hasta el final, cuando vislumbre la Plaza de Toros de Pamplona, estallaré de gozo en mil pedazos.
No hay marcha atrás. Tiemblo imaginando a los morlacos siguiendo mi estela. Tengo seca la garganta y el pañuelo más rojo que nunca, incandescente. ¡Allá voy!
Son mis primeros Sanfermines. También serán los últimos. Pese a ello, no cambio este momento por nada del mundo. Pocos cohetes hemos tenido el honor de ser elegidos para anunciar el comienzo del primer encierro de San Fermín.