Archivo por días: 22 de febrero de 2021


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

FIN DEL ENCIERRO

Patricia Jiménez Orduna

– ¡Cosmos, corre! ¡Que va a acabar el encierro!

Con ropa blanca, faja roja y pañuelico tapando su boca salió al balcón corriendo. Escuchó el cohete por Mercaderes. Vítores y emoción en el ambiente, chocolate, churros y gente en sus balcones. Se fue haciendo el silencio. Los aplausos se escuchaban ya al otro lado de la calle.

– ¡Ya vienen! – gritaba el vecino.

Los aplausos sonaban más cerca. Cuando los vieron aplaudieron con fuerza hasta que los perdieron de vista.

– Esto es un rollo, mamá. Dos camiones de basura cruzando la calle Estafeta. No entiendo ¿por qué hacemos esto?
– Hace mucho, cuenta tu abuelo, se encerró medio mundo en casa por un virus. Se cancelaron las fiestas, no hubo cohete, bailes ni encierros. Tampoco gigantes ¡Imagínate qué pena! Pero las pamplonesas y pamploneses, incapaces de darlas por perdidas, celebraron todas las tradiciones desde sus balcones.

Cosmos la miró mientras la calle iba llenándose de gente.

– Desde ese año se mantiene este encierro, celebrando la victoria de las fiestas y el fin de lo que llamaron el confinamiento. Ahora ¡vamos! Que está abajo el abuelo. Y dale un achuchón, que ya sabes lo pesado que es con que nos abracemos. 

HASTA PRONTO SAN FERMÍN.

Francisco Javier Vilariño García

Garazi abría sus ojos al son de la tenue luz del atardecer que se colaba por las rendijas de su ventana. Un nuevo día aparecía en su vida tras varias horas de su nacimiento.
Otra vez Pamplona; las fiestas de San Fermín protagonizaban, por completo, la película de su sueño. El recuerdo de aquellos momentos motivaba su vuelta al trabajo.
Entre noches de jolgorio, copas a destajo y multitudes esporádicas, sumaba ganancias y restaba tiempo para su regreso. Tránsito necesario para el ansiado viaje hacia la mejor fiesta del mundo.
Pero esta vez todo era distinto. Su mente aterrizó en la terrible realidad tras unos momentos de incertidumbre. Corrió espavorida hacia su balcón y, nuevamente, la misma imagen que se repetía desde hacía unas semanas; calles vacías, gente encerrada en casa y un virus maligno que aterraba a la población. La muerte y el peligro asomaban en cada esquina. Sería otra jornada más de confinamiento.
El sueño quedó en su memoria, como una agradable historia de ilusión; pero la capital navarra suspende su fiesta. Lejos de envolverse en una tristeza embriagadora, Garazi tomó aire, desperezó su cuerpo aletargado y gritó con entusiasmo “Ya queda menos para San Fermín 2021”.