Archivo por meses: febrero 2021


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

EL CORREDOR

Clawrence Aliste Fuentes

Desde que nací, estoy predestinado a correr en San Fermín. Mi padre hizo historia en el cincuenta y ocho y muchos lo consideran una leyenda de esta liturgia callejera. Hoy es mí día y la motivación es segundo a segundo mayor. El ruido de la periferia me transmite miedos, ansias, promesas, valor, devoción y tradición. Los veo desde la distancia moverse, dar pequeños saltos, estirar, conversar, reír y a otros rezar.
La muchedumbre agolpada espera que en ochocientos metros dejemos atrás hasta nuestra sombra para generar una vivencia única en todas y en todos.
Hoy saldré rápido, intentaré dejar atrás a mis competidores y siempre seré noble con los otros corredores. Las imágenes las veré teñidas de un blanco y negro que harán más épica esta carrera contra el destino y sus encrucijadas, la vida recibirá un ventarrón de emociones.
Mis patas están listas para mover mis seiscientos cincuenta y siete kilos de peso. Negro como la noche sin luna resaltan mi cornamenta blanca terminada en dos pitones oscuros y afilados. Veo el humo previo al estallido; uno de los hijos de Chocolatero regresa para continuar la tradición en las calles de Pamplona, la puerta se abre y la historia comienza a escribirse nuevamente. 

LA NOCHE MÁS LARGA

Juan Molina Guerra

Pamplona. Siete de julio de dos mil veinte. Ocho en punto de la mañana. Suena un chupinazo. Se abre la puerta de los corrales y sale un mozo vestido de blanco, pañuelo rojo al cuello y una mascarilla sanitaria que le cubre el embozo. Porta una pancarta en la que puede leerse, rojo sobre blanco: ¡POBRE DE MÍ! Luego sale un nuevo mozo, y otro más, y así hasta cinco. Todos iguales, como clones. Siempre respetando un mínimo de dos metros de distancia, inician, en fila india, un leve trotecillo por la Cuesta de Santo Domingo, pasan por el Ayuntamiento y Mercaderes, Estafeta y Telefónica y culminan su periplo entrando en la Plaza de Toros. En todo el recorrido hay un silencio que puede tocarse, de tan presente. Pareciera que se oficiase un litúrgico ritual funerario, como si hubiese muerto alguien con enjundia, alguien por todos respetados. Y es, entonces, en medio de los temblores, después de que la comitiva haya recorrido ochocientos cincuenta metros de dura e ineludible penitencia, cuando el hombro siente la mano que le aprieta y le zarandea y el oído oye la voz que le pregunta si está viviendo una pesadilla. 


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ENTRE CHURROS Y CALDICO

Miguel José Fernández Hernández

Cuando amaneció aquel siete de julio del pasado verano, el corazón me retumbaba mucho más que el cohete que daba paso al primero de los encierros. De Santo Domingo hasta la misma plaza de toros, de Estafeta al callejón, entre el blanco y el rojo de vida o muerte, parecía estar siempre en medio de un universo festivo y hondo, que constantemente tenía a donde ir y marcaba, como ningún otro, el punto de cualquier partida. Ya, el joven Hemingway, había apostado por esta fiesta y el alcance universal de sus actos. De hecho, al encomendarme a San Fermín en la hornacina próxima a los corrales, fue como si la historia de mi vida me sobreviniera de golpe: no sé si porque sabía que iba a morir o, porque desde el chupinazo, tenía que acoger los ochos días con todas las puertas abiertas de mi ser. Así, cuando el primero de los astados enfiló aquella cuesta de tensión y gloria, me dije: «pobre de mí», si no corres entre dos y tres minutos delante de ellos y… De nuevo, otra idéntica preposición se presentaba, justo ahora ante la disyuntiva entre escoger: ¡vivir Pamplona!, o simple y llanamente verla solo pasar. 

HASTA QUE SALGA EL SOL

Luis César Garateguy Benitez

Aquella mañana, sin cabestros y como nunca, los hocicos de las fieras bramaban con furia y sus patas sonaban pesadas sobre el empedrado de las calles viejas.
No hubo chupinazo, no hubo vallados ni cánticos a San Fermín ni mozos de peña con sus pañuelos rojos. Pamplona dormía, Navarra dormía, España, Europa y el mundo dormían.
Manadas de toros zainos ganaron las calles sin previo aviso, invasivos, descontrolados y furibundos venían. Algunos con sangre en sus astas, cual ángeles caídos con alas bermejas.
¿De dónde surge tanto terror y tanta muerte? -se preguntaron.
¡No de los corrales de Santo Domingo!
Tomó a todos por sorpresa. Padres corrieron con sus hijos a ponerlos a resguardo y nietos a sus abuelos. Todos corrieron. Corrieron los artistas, vendedores ambulantes, ricos y pobres, blancos y negros, buenos y malos, políticos y deportistas. Y obligados a tomarse su tiempo, padres conocieron a sus hijos y nietos a sus abuelos. Y el avaro lamentó el tiempo perdido y extrañamos los besos y los abrazos porque el mundo está hecho para ser tocado. Y fue un gran encierro y un silencio que daba miedo.
Esa noche, todos salimos al balcón, cantamos “hay de mi” y quedamos esperando que saliera el sol.
 


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

¡NO SABE QUE ES EMOCION!

Elena Morales Garcia

¡Y aquí estoy yo un año más! 8 de julio, Parque de la Media Luna. A mí, personalmente, me gusta más La Taconera. Es más acogedor, con sus árboles frondosos, que quieras que no dan buena sombra para estar un rato sentados. Pero bueno, qué se le va a hacer, el Ayuntamiento lo ha decidido así.
Falda blanca plisada, camisa blanca, alpargatas anudadas a los tobillos y mi pañuelico al cuello. ¡No sé ni cuantas veces me he puesto bien la faja y el pañuelo! Es que estoy un poco nerviosa. Y no es para menos, no todo el mundo tiene la oportunidad de hacer una cosa así.
La gente empieza a llegar. Amigos, familiares, pero también personas que he visto en otras ocasiones. Algunas nos miran con admiración, aunque no sé muy bien porqué. Solo hacemos algo que nos sale del alma, con sentimiento y corazón, con el único objetivo de pasarlo bien.
¡Y por fin llegó el gran momento! ¡Ya son las 12:00! Subimos las escaleras del escenario. El público nos mira. La música suena y empezamos a cantar los primeros acordes. ¡¡Arriba esas palmas!! El concierto de jotas del grupo Brotes Navarros acaba de comenzar.
¡Viva San Fermín!
 

ASÍ, NO

Maite Pardos Jauregui

Cogió el barco y no miro atrás. Sin embargo, resonaba en su cabeza esa última vez que entonó de manera solemne y profunda el cántico del encierro, con esa parsimonia con la que los albañiles de antes construían sólidos muros. Ese cantar pausado hizo que se quedara grabado para siempre en su recuerdo.
En tierras muy lejanas levantó su casita blanca y formó su propio hogar. Visitó varias veces a su familia, pero por motivos laborables nunca coincidió en San Fermín.
Cuando se jubiló, el chun chun de las peñas volvió a sus oídos, y organizó el retorno a los olorosos adoquines. Llegó el día y con sus hijas mayores acudió, cuarenta años después, al lugar donde el miedo y el valor se convierten en canción.
Pero no encontró allí lo que su corazón guardaba. A un ritmo endiablado, aquellos versos que recordaba pasaban de largo rozando su alma, sin dejar pena ni poso. Las muchachas captaron en el rostro de aquel chantreano aventurero una mueca de desencanto, y los tres salieron del recorrido por la calle del mercado, a tomarse un caldico del Redin, mientras de fondo sonaba, cada vez más lejano, y más ansioso que ansiado, el segundo » A San Fermín pedimos…». 


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

LA FIESTA DE LOS SAN FERMINES

Monika Spiess

La corrida delante de los toros es la adrenalina cual corre por las venas de sus visitantes. La Fiesta de los San Fermines es un auténtico privilegio. La alegría de los visitantes. La cultura de Navarra es una joya. La Fiesta de los San Fermines es la fecha que tanto esperan sus visitantes. La adrenalina por las corridas ante los toros cuáles nos reviven en alma y cuerpo dándonos la alegría cual todos los años esperamos con tanta ansía. La Fiesta de los San Fermines es única, especial y inigualable. Navarra es privilegiada por albergar la Fiesta de los San Fermines cuáles es de sumamente importancia nacionalmente y atrae también a los extranjeros porque la fiestas de los San Fermines es único y nadie se lo debería perder porque la fiesta de los San Fermines solo se vive en cuerpo y alma. La Fiesta de los San Fermines un auténtico privilegio para sus visitantes. La Fiesta de San Fermines es única. 

MONÓLOGO DE FIRMINUS

Antonio Urra Maeztu

¡Los Sanfermines! ¡Qué nadie me conozca! Quiero gozar de mi fiesta. Veo el cohete junto a Mercaderes. Tiemblo con el “viva y gora” que me lo dicen a mí. Pero el 7, tan temprano, “qué cansos” con el “PEDIMOS” en Santo Domingo y ¡en nuestras dos lenguas! ¡Que yo también estoy de fiesta! A mis años ya no corro el encierro. Riquísimos los churros de “La Paulina” en la Mañueta. Me disfrazo de “zaldiko” y me meto en la procesión para ver a mi “doble” y entrar en la Plaza del Consejo para escuchar la jota de Joaquín Madurga. Chistorrica y pote en San Nicolás, me saben a gloria. ¡Qué gozada pasear por la Estafeta! El año pasado se me ocurrió disfrazarme de San Fermín con chapela de obispo y todo y me metí en el Anaita, me calaron y todos se me pusieron de rodillas. ¡Qué vergüenza! De repente desaparecí. ¿Este año no me conocerán con la mascarilla? Doblemente triste el “Pobre de mí” del virus. ¡Falta menos para el 21! Que no se me olvide:
San Fermín en sus fiestas
Os pide de verdad
Que no seáis tan “cansos”
Y me dejéis respirar.
 


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

DE REGRESO A LOS SANFERMINES

Alexander Alonso Cid

Se Iniciaba el mes de Julio, el joven Leandro inicia su viaje a la ciudad de Pamplona. Llega agotado después de nueve horas de vuelo, en pleno canto y baile del “Riau – Riau”. Su tía le prepara el baño al joven, para después ambos irse a descansar.

Por la mañana salen a la calle y la tía le explica en qué consisten los festejos. Se sitúan en unas de las calles del recorrido de los toros, desde Santa Domingo hasta la plaza del Ayuntamiento. La algarabía del encierro, pone al joven ansioso por ver el espectáculo descrito en la obra “Fiesta” de Hemingway. Se acercan los toros, se inclina a verlos pasar. Cerca del joven se detiene un toro y se le queda mirando como para saludarlo, luego sigue su camino. El joven contento e impresionado por el espectáculo solo piensa en la mirada del Toro.

Días después el joven regresa a su casa. Un año después regresa a Pamplona para el inicio los Sanfermines, curiosamente le vuelve a suceder lo mismo con un toro, en la corrida este detiene y le mira fijamente por dos segundos, el joven se pregunta a sí mismo, será él?
 

EFECTO MARIPOSA

María Posadillo Marín

Hoy retumban los cascos a destiempo por los campos del sur, en un galope que no debiera ser. Pero la tierra, que es sabia y no da puntada sin hilo, hace vibrar el suelo y abre grietas por doquier. El trapío de los astados recorre sus entrañas, siempre en dirección al norte, con la precisión de un relojero, para despertar las calles de una ciudad que amanece huérfana de tradición.
Es siete de julio. Félix deambula con la prensa bajo el brazo y el corazón en los pies. Esta iba a ser su última carrera, y el trayecto, desnudo de vallado y gente, no es ni de lejos lo que él esperaba.
Alguien lanza un cohete al aire y el estampido deja un extraño eco de nostalgia. Entonces lo siente. Un familiar cimbreo, provocado por el temblor de los adoquines, atraviesa su cuerpo. La cuesta está desierta, pero sus pensamientos se llenan de adrenalina mientras sostiene en su mano el periódico enrollado. La fiesta está viva, y alguien le mira para recordárselo. San Fermín se ha quedado sin cánticos esta vez, pero él sabe que los sueños permanecen impertérritos al paso del tiempo, igual que la devoción.
El caos no durará mucho más.