Archivo por días: 27 de septiembre de 2021


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

SANFERMINEROS DE CORAZON

Luis Maria San Martin Urabayen

El virus nos ha robado los actos festivos, pero no podrá con emociones y sentimientos que la tradición ha grabado a fuego en nuestro subconsciente y nuestro corazón. Mientras tanto no se celebren, tiraremos de recuerdos en forma de frases que al empezarlas activen de manera inconsciente el resorte cerebral que las complete. Eso es cultura, lo que está en nuestro interior aletargado esperando el momento justo. Póngase a prueba, leyendo la frase con el tono adecuado:

Pamploneses, Pamplonesas…..(…), A las cuatro el seis de julio…. (…), Patrones, patrones, paga extraordinaria…. (…) Afilar, afilar, afilar…..(…), Todos los curas vienen aquí….(…), A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón….(…). Y es la jota de tu Navarra….(…), Con el palo no,… (…), Pamplonica pamplonica, si el encierro has de correr…(…), Las fiestas de Pamplona, dicen que empiezan hoy…(…), Por la plaza Ayuntamiento “Chun”, un aldeanico pasó…(…), Tres cosas tiene Pamplona y muy castizas las tres…(…), Si no tienes un duro….(…), Esa, Esa, Esa….(…), Uno veinte duros,…(…), Avanti tutti jorobi, comienza la carrera…(…) Pobre de mí, pobre de mí…(…).

¿Ha ido bien? Si lo ha logrado más de diez veces, no se preocupe; los Sanfermines viven en su interior y nada podrá con ellos. 

MEDIODIA PAMPLONA

Jose Ignacio Diaz Lucas

Camino con paso rápido por la calle San Ignacio. Faltan quince minutos para el mediodía del 6 de julio. Llego tarde y eso me pone aún más nervioso. Compruebo mi pañuelico, atado a mi muñeca, aprisionándola, pugnando por soltarse y dar el pistoletazo de salida a la fiesta. La marea blanca inunda la ciudad, poblada de sonrisas y conversaciones en voz alta que acrecientan mi excitación.
Llego a la plaza del Castillo y allá me encuentro con mi cuadrilla de amigos. Nos abrazamos, perfectamente uniformados de blanco nuclear, sabiendo que empezamos una orgía de fiesta y música, baile y cánticos, ajoarriero y calimocho, procesión y toros, encierro y fuegos artificiales.
Doce menos cinco. Nos dirigimos a la plaza del ayuntamiento, superando la riada de gente que impide el paso. A empujones, nos abrimos un hilo de camino, cargados de ilusión y paciencia, de alegría todavía contenida.
Mediodía: Oigo las palabras pronunciadas desde el balcón de la casa consistorial: ¡Viva San Fermín! Con la piel de gallina, grito ¡Viva! mientras la corriente de empujones me lleva de un lado a otro. Empieza la mejor fiesta del planeta. Y un año más estoy aquí para vivirla.