XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín
EL AMIGO DE HEMINGWAY
Inocencio Javier Hernández Pérez
Hemingway escribió que los ojos del abuelo eran huracanes negros embistiendo la primera luz del día. Se conocieron en 1923, en una pensión de la calle Eslava. Hemingway le dijo que era natural de Illinois, Estados Unidos, y el abuelo le dijo que era natural del vientre de su madre, pamplonesa de pamplona. El abuelo le comió la oreja a aquel periodista con pinta de vagabundo: que si Pamplona es más antigua que Constantinopla, que si los toros – no todos -, son animales mitológicos conectados a los pamploneses por un cordón umbilical invisible que se transmite de generación en generación, que si el chupinazo es un eco inextinguible, arte en movimiento, singularidad inimitable… Según la abuela, Hemingway escribía en su cuaderno todo lo que largaba el abuelo. Cuenta que vive en sus libros. ¡Qué diantres! El abuelo es esa sombra que se proyecta en el “capotico” de San Fermín, la persona que más he querido sin haberla conocido.
DOS AÑOS EN BLANCO… SIN ROJO.
Victor Calvo Herrador
2019 último pobre de mí.
2020 pandemia, pobres de nosotros.
2021 mejora la situación pero este año tampoco habrá fiesta.
2022 celebraremos la escalera y estaremos en la plaza para oír el chupinazo, tocará la pamplonesa y bailaremos abrazados, tomaremos el aperitivo en San Nicolás, saldrá el Santo a pasear y le cantaremos una jota.
La tarde será larga. ¿Riau Riau? Me acercaré a la tómbola, me divertiré en las barracas. La gente en la calle, la música, el trasiego del blanco y rojo, la alegría, las calles llenas “hombro con hombro”, la jarana, el cansancio, el despertar. Fuegos artificiales en la campa de autobuses con bocadillos, abuelos y silletas de niños…
Llegará la noche. Verbena en las plazas. La juventud se apoderará de las calles y encontrará el amanecer a la salida del penúltimo bar.
Ocho de la mañana, encierro, almuerzo, bailaran los gigantes, correrán los cabezudos, comeremos en alguna calle de lo viejo, iremos a los toros y “compartiremos” la sangría, las magras con tomate…. Saldrán las peñas con sus charangas, bullicio, música, armonía, baile… fiesta.
Nueve días hasta agotar el programa, con la esperanza de que en 2022 volveremos a cantar sin mirar atrás “pobre de mí”.
P.D.: YA FALTA MENOS