Archivo por días: 3 de enero de 2022


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

CARRERA INMOVIL

Francisco Núñez Roldán

CARRERA INMÓVIL
Es uno de los buenos corredores, de los más rápidos y que mejor hurtan el cuerpo cuando el toro alcanza, porque el toro siempre alcanza, si se pone a ello. Todo en unos sanfermines todavía holgados de mozos, aún con alpargatas y casi todos de blanco; muchos, con los periódicos que hacen el milagro de la mínima defensa eficaz ante el asta enemiga. Él es de los más rápidos. Caídas, más de una en todos estos encierros. Cornadas no, por los pelos. Un esguince una vez y una contusión otra. Emoción, toda. Eso había sido hace años, hace bastantes años, por más que cada vez, que cada siete de julio, asomado al balcón, ahora desde su silla de ruedas, temblando de emoción, los ojos lo llevasen de nuevo a aquellos días, comprimidos en la memoria casi como uno solo, y terminada ahora de ver la carrera se hallase tan fatigado, emocionado, vibrante como entonces. No se había movido un milímetro del lugar, con la mano agarrada a una de sus nietas pequeñas, pero había corrido otra vez los toros, había estado muy delante de ellos sin habérsele desplazado el cuerpo, pero sí todo el pensamiento y todo el corazón.
 

DESVARÍOS SAMFERMINESCOS DE UN VIEJO ESCRITOR DE MICRORRELATOS

Norberto Balderrama

Dentro y fuera de su laberinto principesco, Asterio eludía a las carreras a intrusos condenados y plebeyos xenófobos, como un leopardo que ronda su territorio… ¿hasta una cumbre nevada? Ante Teseo armado, Asterio escapó a Pamplona. Allí era julio y celebraban sanfermines con chupitazos, arre-arres, procesiones, comparsas y encierros. Con una actitud hidalga y valiente, Asterio se camufló en la retaguardia o la vanguardia de los encierros, cabeceando entre los cuernos desnudos de los toros de lidia o brincando entre las perneras de los muchachos de Pamplona. Por un fugaz instante, Asterio fue el minotaurio desencadenado. Lástima no tener mi escopeta a mano…. ¡Qué magnífico trofeo hubiese sido! En Creta, Teseo alegó haber pulverizado con sus puños al desvanecido Asterio, pero solo es un mito.