Archivo por meses: abril 2022


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

1087

Pablo Patús Díaz

Desde la Plaza del Castillo baja por la Calle Javier una txaranga, es lo primero que capta nuestra atención al doblar la curva de Estafeta. Los que la siguen exprimen al máximo las últimas gotas de alegría que inundarían Pamplona en mucho tiempo. Los pañuelos penden ahora de las muñecas, algunos todavía no se atreven a desanudárselo del cuello. El único consuelo es saber que allí, al final de la calle, el reloj nos recuerda que ya falta menos.
Varias cuadrillas se agolpan bajo el regazo de la cuenta atrás para inmortalizar lo evidente: quedan 356 días. Pero algo falla. El reloj está apagado. Sabe algo que no nos quiere contar.
Y seguramente se lo calle por falta de valor, en todos los sentidos: valentía y unidades de millar. Para el reloj, ‘1087’ es un número complicado de transmitir, a nivel digital… y emocional. Lo que más le conviene es hacerse el dormido.
A su letargo se unirían las peñas, los fuegos, las Dianas y la comparsa. Pero lo que nunca duerme es el sentimiento, y la convicción con la que este nos traslada que, falte lo que falte, ya falta menos, es mucho más potente que lo que cualquier reloj nos pueda transmitir. 

SANFERMINES 2021

Cesar Romeral Lopez

SANFERMINES 2021
Triste se encuentra hoy la muchedumbre
después de anunciar la suspensión de la Fiesta.
Es como despertar de una siesta
saliendo corriendo del fuego de la lumbre.

Por tu culpa, virus invisible,
hemos estado encerrados en nuestra casa.
Pero sabemos que todo en la vida pasa,
y pronto tu letalidad no será tan terrible.

Otro año que pasará sin pena ni gloria.
Pero: “Hambre que espera hartura no es hambre”.
Hemos hecho tantos equilibrios en el alambre
dando vueltas sin parar como una noria.

San Fermín nos guiará a la victoria.
Aunque sea fino el estambre
correremos todos como un enjambre
para derrotar al virus, hasta dejarlo en escoria.

Cantando: A San Fermín venimos…,
Disfrutaremos en un año lo de tres,
corriendo delante o detrás de la res.
¡Los Sanfermines de nuevo vivimos!

Desde La Cuesta de Santo Domingo
hasta el final de la calle Estafeta,
vamos confiados de llegar a la meta
con el periódico en la mano. Por eso digo:

“San Fermín, ya nadie recordará
los dos años que se han perdido.

Tú, con creces, nos has concedido
otra vez volver a celebrar
la mejor fiesta de la Tierra.

Así que pamploneses, conmigo gritar:
¡Gora San Fermín! En castellano y en euskera”. 


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

MI DIARIO

José Antonio Antón Baigorri

14 de julio de 2019
Punto y final. La calle Mayor casi vacía me conducía a la melancolía. Mientras guardaba el pañuelo en el bolsillo de la camisa con la ilusión por volver a anudarlo dentro de un año, se apagaba en la lejanía la melodía agridulce del pobre de mí. La mordedura dulce del alcohol me sumía en un sopor entre la tristeza y la euforia. Ya falta menos…
En la soledad de la Taconera me preguntaba si quienes nos visitan interiorizan la magia de nuestra tierra, capaz de hacer sublime lo sencillo, de vivir con el alma momenticos que no se aprenden ni se explican, simplemente se sienten. Si entienden esa emoción extraña, sobrenatural, que estremece el alma de quien, tras correr el encierro, desanda la Estafeta en un baño de sol y eternidad. Dudo si han vivido en este cielo nuestro de emociones que, por no caber en la mente, entran en el espacio abierto del corazón.
………….
4 de abril 2020
Uno de enero, dos de febrero… se ha roto la escalera que conducía al cielo de los sanfermines.
………….
7 de julio 2021
Sigue rota la escalera pero, ahora sí, ya falta menos.

 

THE FALLEN ONE ALSO RISES

Andrew Mcleod Leggo

As the sun gradually shines brighter, the sea of white and red becomes ever more vivid. It’s a pleasant early morning and the picturesque street is brimming with people and life.

The excitement and expectation, of the years of watching the news report on those crazy people running with bulls in a faraway dreamland, materialise into actuality. Everyone here is a part of it. Coming from different places and with different stories, but each with the same baited breath of anticipation.

That feeling- am I really here? Is this really happening? And then a sudden jolt of realisation that brings spine-tingling joy- the rocket is fired. You can feel the buzz increase with the sound of the second rocket, and continue to build. They’re coming. And then they come into view. The magnificence of these splendid creatures and the bewildering oddity of them being in the confines of a medieval street makes a transfixing sight.

A man falls to the ground. My heart compresses as the stampede passes through. I’m safe on the balcony, but him? Afterwards, he gets up. San Fermín had looked after him. Half an hour later my heartrate settles and I can enjoy the festival again. Did somebody say sangría?
 


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

SAN FERMÍN EN MANHATTAN.

Ginés Mulero Caparrós

El pequeño de 3 años sale del aséptico lavabo vestido de pamplonica con el New York Times hecho un gurruño y balbuceando “Tafeta”. Su hermano mayor de ocho le sigue de rodillas. renqueante, con unos cascos de escuchar música en la cabeza tuneados por dos capiruchos artesanos a modo de pitones. Le digo a mi esposa navarrica por los cuatro costados que si ella no puede estar allí en estas fechas le traemos la fiesta aquí y que saldrá de ésta. Está en una cama del Hospital Monte Sinaí, entre la 5ª Avenida y la Avenida Madison. Una enfermera de mandíbula prominente y forofa de Ernest Hemingway entra en la habitación 502 y ve la escena con asombro; aunque sea del mismo Bilbao. Solo se le ocurre decir aplaudiéndonos y sin procrastinación en sus funciones: “Tenéis unos huevos que ni los del toro de Wall Street…” 

CUESTIÓN DE LEALTAD

Manuel Laespada Vizcaíno

CUESTIÓN DE LEALTAD

No se había perdido unos Sanfermines durante más veinte años. Después del encierro diario acudía puntual a la puerta grande de la plaza de toros de Pamplona e iniciaba su breve, pero intensa jornada laboral y que le reportaba importantes beneficios. Por segundo año consecutivo cambió su afamado atril, las láminas plastificadas, su paleta y los pinceles acrílicos con los que se dedicaba a caricaturizar a los forasteros ataviados con su pañuelico de San Fermín, por una destartalada mesa de campo y playa, unos rotuladores del todo a cien y un cenicero pedigüeño con unas pocas monedas a modo de reclamo en el que rezaba la leyenda “estuve en Navarra y me acordé de ti”. Ahora, por la voluntad, ofrecía a los nostálgicos que se acercaban por la zona, confiando que el año próximo harían ese recorrido con la adrenalina por las nubes y el corazón acelerado huyendo de los resoplidos de los morlacos, unas mascarillas en las que dibujaba unos labios histriónicos con sonrisas luminosas que -decía- eran el esperanzado presagio de un regreso.
 


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

UNA FIESTA DESCONOCIDA

Mikel Ayerra Comino

-¡Mira, abuelo! ¡Esos también van vestidos como nosotros!- dijo Ibai mientras señalaba a la cuadrilla de jóvenes que pasaban por su lado, vestidos también de blanco.
Alfonso sonrió con dulzura y le dijo:
-Sí, ellos también están celebrando los Sanfermines.
-¡Hala! ¿Y esos también?- señaló a dos parejas de cuarentones que vestían de calle, pero que dos de ellos llevaban un pañuelo rojo.
-Sí, claro. No van de blanco, pero llevan el pañuelo, que es lo esencial.
Alfonso disfrutó viendo cómo Ibai se emocionaba al ver a todo el que iba vestido de pamplonica. Su nieto había nacido el año anterior a la pandemia, por lo que no podía recordar los únicos Sanfermines que había vivido. Y aunque ese año tampoco se iban a celebrar, le emocionaba ver cómo mucha gente se vestía para vivirlos a su manera, igual que ellos.
Siguieron caminando mientras pensaba en todo lo que Ibai conocería a partir del año siguiente: los encierros por la tele, las barracas, los gigantes y cabezudos, los fuegos artificiales… Para él también sería como descubrirlos de nuevo; tras dos años de parón, los esperaba con más ganas que nunca. Hasta entonces, se contentaba con ver cómo Ibai descubría aquella fiesta desconocida para él.
 

MAGIA

Marcos Sánchez Mongay

Se ha acordado del maletín de su padre, un artista ambulante venido a menos desde que, en vez de un conejo, sacó de la chistera un gato aterrado que arañó la cara del alcalde de un pueblo cuyo nombre han olvidado. El maletín acumula polvo en el desván. Sopla. Corre la cremallera. Dentro hay únicamente un cordón con nudos corredizos, una varita de esponja y aquello que busca. Lo coge, baja los peldaños de las escaleras de tres en tres y se encierra en su cuarto. Arranca unas cuantas hojas de un cuaderno de la escuela y va llenándolas con dibujos de manera compulsiva. El cohete a las doce. La plaza llena. El alarde explotando. San Fermín avanza entre aplausos. Braulia y sus vueltas y más vueltas. Los toros en la Estafeta. El vendedor de globos. Las mulillas con ella encima…

– ¿Qué haces, hija? -escucha a su espalda sin darse cuenta de que alguien había abierto la puerta poco tiempo antes. Pero el suficiente.

Las peñas bailan. La Pamplonesa toca. Una pareja se besa bajo los fuegos artificiales.

Y en la última hoja, mamá.

– Nada -responde-. Sólo utilizo tu lápiz mágico de devolver la vida a lo que un día perdimos.
 


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

SAN FERMÍN: MANUAL DE INSTRUCCIONES

José Manuel Dorrego Sáenz

Lo primero y más importante, asegúrese de que se encuentra usted en Pamplona a partir del 7 de julio o durante la semana subsiguiente a las 8 de la mañana: cualquier otra ubicación u horario haría inviable la opción de correr los Sanfermines. Y esto es innegociable, se lo aseguro. Preferiblemente, vista pantalón y camisa blancas y faja y pañuelo rojos, que si bien no son obligatorios, le introducirán más en el ambiente. En cualquier caso, están desaconsejados tanto la corbata como los zapatos de tacón. Provéase de un periódico (el que más rabia le dé) que deberá llevar enroscado para, llegado el caso, acariciar la testuz de los toros. Luego, espere a que suene el segundo de los cohetes, lo que significará que la cabeza de la manada puede asomar en cualquier momento. En caso de caer al suelo delante de los animales, hágase el muerto (hacerse el muerto es una buena opción en muchos ámbitos de la vida) El resto, ya dependerá de su destreza para sortear a los animales. Y al finalizar, recuerde comentarles a sus amigos que le ha pasado el cuerno a un centímetro de las costillas, aunque no los haya visto ni de lejos: quedará como un titán.  

SENTIMIENTO PTV

Jose Julio Aranaz Ascunce

San Fermín se vive de noche
San Fermín se vive de día.
Y los fuegos artificiales
mejor en compañía.

En compañía con los amigos,
en compañía con la familia,
si estamos hablando de plazas
en la del Castillo noche y día.

Entre kiliks y gigantes
como Braulia ninguna,
a ritmo de txistularis
fervor de niños y niñas.

Y Toko Toko los entiende
para eso es su preferida,
el “Amigo negro José”
su danza más fluída.

El encierro y el diario,
el chocolate con los churros,
la mulillas, las verbenas
la Libertad para los niños.

La cómplice mirada
del abuelo y su nieto,
el encierrillo y el torico,
casi al mismo momento.

Pamplona es sonrisa y baile,
jolgorio y alboroto,
conocidos en todas partes,
en las barracas y en las fotos.

El almuerzo y el chupinazo,
la procesión y el momentico,
las auroras el 7 de julio
para el santo morenico.

Pamploneses, pamplonesas,
pamplonicas de sentimiento
ya falta menos para vivir
Sanfermines cada momento.