Archivo por días: 18 de abril de 2022


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

EL BUEN HIJO

Jose Maria Gonzalez Oria

Me costó bastante tiempo y esfuerzo, pero conseguí que TV1 me cedieran los videos de los encierros, bajo estricta condición de utilizarlas para el fin que les expuse. Comprendieron el cariño hacia mi padre.
Él, que fue, en sus tiempos, un destacado corredor, guardaba en los pliegues de su piel algunas señales de fatales encuentros con los astados, y algún manso, pero nunca dejó de correr con su pañuelico abrazando su cuello. También le gustaba participar de Coleta: le encantaban los niños.
Todos los días, no siempre, a la misma hora, le ponía la Diana; a veces yo y otras Alicia, mi mujer, y se levantaba de inmediato para desayunar y encender la televisión. Allí estaba entretenido todas las mañanas viviendo cómo se desarrollaban los encierros. Era mi labor
Hoy le ha subido mucho la tensión, después de ver la montonera que se mostraba en uno de los videos. La emoción lo arrastraba.
El médico recomendó que lo ingresemos en una residencia. Ya no podré ver como se preparaba para el festejo, con la ropa de mozo que yo le disponía. Hoy por última vez hemos cantado juntos “Pobre de mí”, después de ver más videos por última vez.
Su Alzheimer se agrava.
 

SERÁN LA BOMBA

Julio Sánchez Mingo

El año pasado escribí, refiriéndome a los sanfermines de este 2021, que serían la bomba. Salíamos de la más extraña de las primaveras de nuestras vidas y de un estricto y duro confinamiento y pusimos nuestras ilusiones en el 7 de julio de este verano que está a la vuelta de la esquina. Han pasado doce meses, nos hemos acomodado a esta vida agónica que no muestra un futuro claro y, lamentablemente, se repite la decepción. Otra vez nos quedamos sin las tortillas de patata, las chacinas y las frituras que Chon prepara para el chupinazo y ella, que es muy fina, sin su champagne, el baile de la alpargata y el chocolate con churros de cada día en el Casino.
Parece que nunca recuperaremos lo perdido. Pero, ¿y si asomara un poquito el sol entre estos nubarrones y los de 2022 fueran la bomba de verdad? Seguro que sí.