Archivo por meses: mayo 2022


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

EL COMIENZO

Javier Rubio Claramonte

El alboroto de la calle no dejaba oír a Iker, una algarabía de gente lo inundaba todo, familias, amigos, conversaciones con risas mezcladas. Iker buscaba a Marta entre la gente en un universo de blancos y rojos. En la plaza Consistorial todo estaba a punto de comenzar, los gritos de “¡San Fermín, San Fermín!” lo inundaban todo. Sonaron los clarineros y se oyó decir a una voz “¡¡Viva San Fermín, gora San Fermín!!”. El calor de una mano sobre la suya le hizo girar la cabeza, los ojos de Marta sobre los suyos. Alguien prendió la mecha del chupinazo, sonando segundos después una explosión en lo alto del cielo para dar comienzo a la fiesta en las calles y rincones de la ciudad. 

LA BAILARINA AMERICANA

Manuel Eraso Martinez

LA BAILARINA AMERICANA

Pasamos toda la noche bailando en Antoniutti. Fue tan emocionante que ni siquiera estaba cansado. Un sueño hecho realidad. El baile y la fiesta para mí es algo que va unido. Si tu pareja te acompaña y os compenetráis bien puede resultar un éxito. Esta vez lo estábamos logrando. Surgió la magia y pasaron las horas en un santiamén. Pero como todos los sueños llega un momento que se evaporan. Al amanecer nos perdimos en las barracas.
Sentí su ausencia e intenté olvidar aquella rubia extranjera con la que me compenetré maravillosamente. Un par de besos también tuvieron la culpa de mi tristeza, pero me retiré a casa a descansar. Ese día no podía correr el encierro.
No la volví a ver en todas las fiestas, y al tiempo; Cuando volví a ponerme aquella camisa blanca encontré una tarjeta semi borrada por la lavadora con un numero de móvil y una nota: –Volveré el próximo año, seguiremos con la salsa. Creo que aguantaré hasta entonces. Tus besos tienen la culpa. Lynn

Ya falta menos
 


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

A QUÉ HE VENIDO

Zenón Nicolás Bolino

Voy corriendo delante de la manada vistiendo de blanco con pañuelo rojo al cuello ¿Qué estoy haciendo acá? La adrenalina me incita y aprieto el periódico que empuño enrollado. Acometo entre la masa que corre y grita.
Por la tarde iremos a los toros, a rezarle a San Fermín y a cortejar unas muchachas hasta el alba. ¿Será por eso que he venido hasta Pamplona? Me apuran esas preguntas cuando veo unos pitones pasar rozándome. Corro y ya no hay miedo sino euforia. El gentío desde los balcones me anima “¡Anda, vive por nosotros!” parece que me pidieran.
¿Pasarán rápido tres minutos? Según, en la eternidad deben ser como una vida. “Como una vida…”, me sigue resonando. ¡Ay, el puntazo! Mientras ruedo por el aire confío en que las estadísticas me protegerán. ¡Ya sé qué hago aquí!
He venido a revivir. A jugar que el chupinazo es el llanto al nacer. A cantarle al Santo cada mañana antes del encierro, que no es más que una vidilla llena de peripecias, como la de verdad. A hacerle fintas al “Pobre de mí”. A eso he venido yo, a eso han venido los demás. A eso quisieran venir quienes no pueden más que vivir una vez.
 

UNA NOCHE DE OCTUBRE

Romita Andreea Isacescu

Sigo leyendo su mensaje una y otra vez
» Si me amas, demuéstramelo, enfrentando los toros por la calle de Pamplona el 6 de Julio a las 2 y media del próximo año. Tuya, Julieta.»
Los ojos azules que me robaron el corazòn en una noche de octubre, delante a un caffè que le ofrecì la noche que la conocí. Un caffè con aroma de mi alma gemela.
Estoy aquí despues de un año, y lo único que me importa es sentir sus ojos en mi. No tengo miedo de los toros, por un instante a su lado arriesgaría mi vida mil veces. Porque es verdad lo que se dice por ahí. El amor es ciego. No conosce barreras. Distancia o tiempo. El amor une corazònes, y hoy mi querida Julieta te lo voy a demostrar por las calles de Pamplona.
Tuyo, Javier.
 


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

EL ÚLTIMO VALS

Sonia Vidal Rico

Se coló por el ventanuco cayendo al camastro exhausto después de recorrer la distancia desde Ansoleaga por los tejados. ¡Había recuperado el manuscrito perdido entre las ruinas del Palacete de Aguirre! Estaba eufórico, sin aliento, tembloroso. Encendió una vela y degustó sus versos antes de dormir.

De Asia vinieron dos Reyes, cuna y mezcla de civilización.
Morenos, rasgados, curtidos de sol.
Con ellos viajaron colores, sedas, lana y algodón.
Leyendas de luchas trajeron, de turcos y persas, de asirios y babilonios,
del valle del Indo y de Sumeria.
Viajeros de mundo llegaron con oro, plata, ébano y coralina.
Cargados de vino y aromas, de jengibre y azafrán.
Yelmos y ropajes de cuero en sus conquistas.
Bordados, sedas, joyas y perfumes en sus noches de ensueño, en sus danzas y en sus ritos ancestrales.

Súbitamente, un grito le sacó de su aventura nocturna.
¡Iosu, despierta!
Se lanzó escaleras abajo embrujado por el fuerte aroma de café con suave canela que su abuelo preparaba cada mañana en San Fermín. Era día 14 y su sueño sería la inspiración para su primer último vals con su reina.
Iosu, dijo su abuelo: “¡Disfrútalo! El último vals sabe cómo el primer beso, palpitante, inquieto, nervioso, siempre fascinante y eterno”.

 

MIS CINCO MINUTOS CONTIGO

Izaskun Ramirez Berjano

Pasan los años e inconscientemente me descubro soñando con los ojos abiertos. Nuestros momentos juntos en Sanfermines, y ahí estamos en el paseo Sarasate viendo al barquillero, haciendo tiempo para que empezara el espectáculo de luces con agua fue tan especial, mágico y diferente.
Luego me saltan los años y nos veo esperando como tanta gente que salgas las peñas de la plaza después de la corrida, como tú me decías – estate atenta a la nuestra. Yo no quitaba ojo y te decía – ahí, ahí están, es la nuestra. Nos uníamos a ellos, dejándonos arrastrar por la música bailando, para llegar a la peña y con unos bocatas, ver los fuegos artificiales. Otros momentos me descubro ante la hornacina de San Fermín y te veo como me contabas las veces que ante ella le cantabas, el famoso a San Fermín pedimos, para que te echara un capote durante el encierro, y que con el pasar de los años fuiste cambiando de sitio, pero siempre le cantabas con tu periódico en la mano, y la de buena gente que habías conocido allí.
Son ya veintiséis años sin ti papá, pero siempre dejo volar mi mente a nuestros cinco minutos juntos.
 


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

LO QUE ESTE AÑO NO ACABA EN 14

Miguel Molina Alás

Hoy no se agitarán tristes los pañuelos, no encenderemos velas en su despedida; hoy no sonarán trombones ni trompetas ni tambores anunciando la salida. No puede haber un adiós si no pudo haber un reencuentro. Al fin y al cabo, no nos podemos perder de vista si nos hemos perdido el momento.
Lo bonito de esto es que podemos convertir el punto de clausura en puntos suspensivos, podemos permitirnos dejar pendiente la asignatura para retomarla más adelante con un intensivo.

Hoy la última campanada no marca sino el inicio de un nuevo día, hoy no nos abrazaremos como si se nos fuera la vida. La plaza no se irá
poco a poco vaciando, porque el vacío estos días ya se ha ido acomodando.
Hoy, hoy en concreto, no sentiremos, no sentiré pena especial y tal vez así es mejor pues nadie se tendrá que enfrentar a ningún final. Y puede que en verdad no esté tan triste, lo confieso, pero solo se debe a que HOY no nos falta razón cuando afirmamos que para vernos: ya falta menos. 

A CORRER

Victoria Galmarini

Uno de enero, dos de febrero… Un estruendo. ¿Ya? ¿Ya es seis de julio?
La gente invade las calles, todo se vuelve de color rojo.
Escucha, pequeño, debemos correr. Debemos hacerlo, es la tradición. Mi padre, tu abuelo, me ha pasado la receta. Su padre se la pasó antes a él. Debemos correr. Que no te distraiga nada, eso es lo importante. Directo a la plaza, sin desvíos. Que nada se interponga. Incluso si se te enreda un humano en los cuernos.
 


XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

QUIÉN SOY YO PA CRITICALA

Ana Isabel Espinosa García

Nadie sabe lo que fue pa mí que quitaran los sanfermines. ¡Jodía pandemia! No se había llevado bastante, no, tenía que robarse también esto. Salió un hombre tan triste que me recordó a Arias Navarro cuando dijo aquello de “Se ha muerto Franco” y el país se quedó lelo porque nadie sabía cómo se vivía sin ser una marioneta. Igual me quedé yo sin mis encierros, mis toritos bravos y las cogidas. ¡Dios mío, cómo me gustaban las cogidas! De lado, empitonados, coceados, empujados contra las tablas y reventados a pisotones que hasta me daba la risa tonta mientras mi Manué decía que pa qué me levantaba tan temprano. No lo entendía. Me volaba la imaginación porque me sentía Miura, Duque de Veragua o Victorino dándoles pal pelo a frikis empanados o a nacionales entreveraos, a preparaos que llevaban años jugándosela y a novatillos pajizos. Qué mal hago yo a nadie, que trabajo más que horas que el apuntaó cambiando pañales de abuelos meaditos hasta las trancas. Porque solo sentir el chupinazo voy de por libre como la Lucia cuando en el cuarto de la colada se la chupa al vigilante jurado porque dice que eso la empodera. No soy quién pa criticala. 

¡TOLÓN, TOLÓN!

Fuad Gonzalo Chacón Tapias

Escucho el silbido elevándose hacia los cielos seguido del estallido invisible, la verja se abre y echo a correr ¡Tolón, tolón! No lo hago por valentía, todo lo contrario: los toros me aterran desde pequeño y estoy muerto de miedo ¡Tolón, tolón! Sus colosales cuerpos de titanes, toda esa potencia descomunal contenida por el cuero y aquel indómito temperamento de minotauro me fascina hasta invadir las fronteras del temor. ¡Tolón, tolón! Miro hacia atrás y los veo apuntándome con sus afiladas cornamentas. Esbeltas lanzas dignas de estos descendientes de las estrellas ¡Tolón, tolón! A derecha e izquierda, mis cómplices de escapada se funden en un frenético torrente rojiblanco de adrenalina que fluye desbordado por las calles de este laberinto ¡Tolón, tolón! La entropía de esta persecución es incontrolable ¡Permiso, señor! ¡Disculpe, caballero! ¡Lo lamento, colega! Mi intención no es hacerles daño, es una mera cuestión de volumen y torpeza ¡Tolón, tolón! Ya percibo las palpitaciones del público, atravieso el túnel como un cometa y la luz me ciega por segundos. La arena en los pies me indica que se ha acabado ¡Tolón, tolón! Sacudo mis cuernos y meneo el rabo con euforia. Lo logré otro año más. Hora de volver al establo ¡Tolón, tolón!