Archivo por meses: agosto 2022


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

PARA SIEMPRE

Cristina Marcos

Lo que san Fermín ha unido que no lo separe el aburrimiento.
Eso dijo el concejal de festejos de Pamplona mientras yo miraba embelesada a aquel apuesto hawaiano al que había conocido en la plaza repleta en la que se cruzaron nuestras miradas.
Mis padres no daban crédito cuando apareci con aquel exótico surfer, moldeado por las olas, en nuestra casa de Murcia. Nunca consiguieron entender qué clase de vino me hizo cometer esa locura.
Veinte años después, cada siete de julio mi locura y yo regresamos a aquella plaza y se vuelven a juntar nuestras miradas.
Aún suspiro con emoción cuando desde la barrera, veo pasar a mi apuesto hawaiano, con algunos kilos más, pero la misma entereza, sorteando los pitones de los toros como antes hacía con las olas.
Lo que san Fermín unió no lo ha separado el aburrimiento ni los chismes de las vecinas que desde entonces aún se preguntan, mientras se giran al vernos pasar,sobre el encantamiento que me echaron en tierras navarras y me empuja siempre a regresar a esas fiestas que marcaron mi vida para siempre. 

DE MISIÓN POR EL PLANETA TIERRA

Cristina Aldaz Zaragueta

Con fecha 6 de julio llegamos a la latitud 42º48’21,54352”N al punto conocido como Pamplona-Iruña.
Fuimos enviados en misión de observación galáctica por un anómalo descenso de la energía vibracional planetaria.
Pero nada más llegar, de forma incomprensible, nuestros dispositivos parecieron haberse vuelto locos; registraban una medición de frecuencia tan alta que eran incapaces de medirla.
Nos infiltramos en el lugar para su investigación, pero pronto nos dimos cuenta de que no habíamos sido correctamente mimetizados; éramos el foco de atención entre una multitud de personas todas sin excepción vestidas de rojo y blanco. Nos llamaban guiris; deben ser una rama distinta de terrícolas. Y esto hizo que todo el mundo nos invitara a compartir sus comidas y bebidas. Parecían realmente amigables.
De forma súbita se hizo el silencio y alguien proclamó:
– ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!
Tras la explosión de un cohete la muchedumbre se anudó un pañuelo rojo al cuello; esto les hizo entrar en una especie de trance en el que cantaban, bailaban, comían y bebían sin parar.
Resultado del estudio:
– Error de medición.
– Acción propuesta: Omitir todo tipo de intervención. Son algo raros estos humanos, pero son pacíficos.
– A destacar su bebida conocida como Patxarán.
 

VOLVEREMOS A VIVIRLOS, PERO…

Cristina Jiménez Martínez

¿Qué será de los niños y niñas que no conocen la fiesta?
Me pregunto si aguantarán la música real, los gigantes, las tracas, el estruendo que solo conocen en una pantalla.

¿Y de los más jóvenes? Esos que vivieron sus últimos Sanfermines siendo niños y niñas y ahora, en otra etapa, pasan de correr delante del toro de fuego o los kilikis, a dar un salto sin red, un ascenso adolescente y en vertical, para soltar nuestras manos de golpe, sin ensayo-error.

Me pregunto si nos cabrán los pantalones a los que pasamos los cuarenta. Si aguantará nuestro cuerpo el ritmo que dejamos o si nos costará madrugar para el encierro.

Pero mi pensamiento se detiene en los que peor lo pasaron.
Abuelos y abuelas que perdieron un tiempo de oro en el camino.
A los que les faltarán amigos y amigas de almuerzos, de bailes, de cenas, y que intentarán recuperar todos los besos y abrazos que les faltaron.
Seguirán cuidando de los demás, seguirán luchando y disfrutando. Son ejemplo de fuerza, ejemplo de vida.

Los viviremos y disfrutaremos.
Porque nos lo debemos a nosotros y nosotras mismas, pero, sobre todo, se lo debemos a quienes ya, no podrán vivirlos.
¡¡¡Viva San Fermín!!!
 


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ATRAPADA EN MERCADERES

Consuelo Corella

Esta vez si que me he liado de verdad. Quería conocer estas fiestas, nada mejor que venir de viaje de estudios con una amiga, pulirnos el dinero conseguido y vivir los sanfermines a tope…
¡Vaya fiestas! Cada día a la salida de las peñas de los toros, cada día pretendíamos seguir con nuestro viaje por el norte y resultaba imposible.
25 años después y tres hijas aquí sigo en la curva de mercaderes, aquí atrapada en el lío de la vida y agradecida por ello, porque los sanfermines son más que una fiesta.  

POR FIN!!!!

Cristina Sarrasqueta Resano

Este año si!!Por fin,van a llegar las fiestas de San Fermín.Nunca los de mi generación que ya somos hombres y mujeres de provecho podíamos haber imaginado algo así Siempre hemos vivido cada peldaño de la escalera con emoción,era lo normal,lo que siempre nos habían enseñado a seguir hacia adelante,hasta estallar la fiesta….pero esta vez nos a costado!!En lugar de6,18peldaños,esperando a que por fin llegase el día.Ibamos sumando en lugar de restando y la desesperacion se apoderaba de nosotros.
Pero este si,San Fermín 2022,va a ser único, memorable,especial.No va a haber Navarro en ninguna parte del mundo,que este año el 6de julio a las12del medio día no suelte la lagrimilla,allí donde esté.Porque siempre es un día emotivo,que cuesta…y más si estás lejos.Pero es que esta vez todos lo hemos sentido tan lejos y tan cerca que casi parece imposible que vaya a llegar.Tantas primeras veces de tantos txikis y adolescentes que todavía no han podido vivir y que ya les tocaba.Que no solo por nosotros,por la fiesta,por lo que significa,sino también por ellos que todavía no lo habían vivido.Por ellos,por nosotros,por todos!!Por fin!!!Este año si que sí!!!Felices fiestas de San Fermín!!Viva San Fermín!!Gora San Fermín!!A disfrutarlos desde el corazón,que es la Única forma que hay!!
 

LA LUZ

Cristina García Lozano

Había logrado reunir unos cartones para dormir a resguardo de orines y despojos en los soportales de la plaza del Castillo. Llevaba años pernoctando en las calles y estaba acostumbrado a la indiferencia de los transeúntes, así como al desprecio y a insultos y agresiones ocasionales.
Prefería la soledad para descansar y mirar la bóveda estrellada con reverencia, casi como si los astros lo estuvieran observando y cuidaran de él.
En aquellos días las calles se llenaban de compañeros inoportunos que descansaban aquí y allá ahítos de tanto vino y jolgorio; muchos, extranjeros, pero también algún que otro autóctono despistado. Todos con el consabido uniforme blanco y pañuelo rojo al cuello.
El líquido cayó sobre él casi de forma imperceptible, lo primero que sintió fue el fuerte olor, después un chispazo. Tras eso llegó un dolor impensable, luego la asfixia, mientras las risas lo rodeaban. Las llamas iluminaron las calles con una belleza casi abrumadora. Competían en luminosidad con el firmamento estrellado, avivadas por el combustible de su propia vida.
Mientras su vida se desvanecía, se preguntó cómo una alma baldía y despreciada por todos podía llevar dentro tanta luz. La misma luz de las estrellas que él ya no podría admirar más.  


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

LEGADO

Christian Enrique Valarezo Carpio

Mientras ata los cordones, el recuerdo del padre entregándole los zapatos nuevos mientras aun retumbaba el eco del chupinazo, le hace emerger una lagrima que se desliza hasta la punta de su nariz y se estrella sobre su mano. Toma los zapatos nuevos del armario, despierta al hermano menor y se los entrega diciéndole las mismas palabras que su padre le dijo a él cuando le obsequió los suyos.
Con la bendición de la madre, caminan al corral…
En cuanto empiezan a correr, el ruido de espectadores y corredores se hace distante, apenas imperceptible, el del corazón en cambio es cada vez más fuerte. Esquivan colegas, saltan caídos, con la sangre helada, voltean cada tanto para medir la distancia entre el toro y ellos, cargados de miedo, aceleran la marcha, cruzan sus miradas y el rostro pávido de ambos dibuja una sonrisa, se separan, uno zigzaguea, otro se cuelga de la valla, se reencuentran y finalmente, todo termina, el ruido de afuera vuelve a ser ruido, el del interior disminuye, abraza a su hermano menor y le dice las mismas palabras que le dijo su padre la primera vez que corrió a su lado.
—¡Ves!, todos tenemos miedos que desaparecen solo si los enfrentamos. 

EL SECRETO DE SUS OJOS

Claudia Morales

Sabía que volvería a verlo. Después de todo, como dicen en la película, un hombre puede cambiar de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, pero hay una cosa que no puede cambiar: no puede cambiar de pasión.

Así que allí estaría él, por fin, al fin, bendito sea, el 6 de Julio del 2022, después de dos fiestas suspendidas. Y ahí estaría yo, que vengo extrañando hasta los huesos aquel ritual.

La nuestra fue una historia de demasiados. Yo demasiado escrupulosa, él demasiado casado. Sin embargo, hace 15 años que justo a las 12 del mediodía, en el momento del chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona, nos buscamos, y en el secreto de sus ojos yo veo agallas, deseo, chocolates, perfume a café con canela, mudanza, pasión, hijos, amor, siempre.

Después nos colgamos el cartel de The End y volvemos cada uno a nuestras pequeñas vidas, nuestras rutinas, nuestras distancias y este eterno desencuentro.

Al final, esta era nuestra última chance. Claro que ni él lo supo ni yo lo sabía. Nos quedaron pendientes los 204 besos que no pudimos darnos, porque somos los protagonistas de un microrrelato de 204 palabras, incluido el título.

 

VOLVER A LA TIERRA

Consuelo Liberal Gorriz

Volver a la tierra

Regresaba a Pamplona solo dos días; «ahora le llaman Iruña», refería a su nieta de 14 años.
Ya habían lanzado el chupinazo y escuchaba la niña sobre el Riau Riau, “antes no dejaban entrar a las chicas” aunque ella adolescente lo hizo con amigas y no pasó nada.
Mañana con los mayores irían a misa, la procesión, las jotas, acompañando al moreno Fermín, capaz de velar por todos, en los buenos y malos momentos.
Por la tarde acudirían a la plaza, la feria del toro no sería lo mismo sin ellos; la niña no tenía buena opinión, pero su abuela le dijo” ya quisiera yo que tantos africanos fueran cuidados como estos toros”.
De pronto la nieta reconoció a su amiga Nuri acompañada de sus padres y aquello fue el inicio de sus verdaderas fiestas. Porque las niñas no aceptaban solo ver y oír, querían participar, ir a las peñas, bailar en las calles, conocer a chicos de la tierra, observar y disfrutar.
Acordaron abuela y padres que les explicarían lugares a visitar como las calles Jarauta, Estafeta, Navarrería, San Nicolás, Mayor, Sarasate…y a las 21 horas en el estanco de la plaza de toros.
Casi puntuales llegaron, sonrientes, gozosas.
 


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

A TRAVÉS DE MIS SENTIDOS

Carmen Fidalgo Gonzalez

A TRAVÉS DE MIS SENTIDOS
Sobre una alfombra roja se alza el chupinazo.
Los mozos bailan sin cesar, se van preparando ya, y como olas ensangrentadas bandean sus pañuelos rojos mientras esperan a las doce el cohete frente al Ayuntamiento.
Gente muy dispar pasa estos días por la ciudad, la mayoría de rojo y blanco, extranjeros de todo pelo, escritores, actores, futbolistas, cantantes, divinos …… y hasta maleantes con un gran arte.
Música por todas partes, gente sin cesar, parece el agua de una fuente que mana sin parar.
Globos en el aire, pasacalles, charangas, gigantes y cabezudos y con ellos los kilikis que pasan pegando duro.
Cierro los ojos …. respiro…. y pienso mientras me como un barquillo.
Huele a fiesta…. a vino…. a champan… a peñas….. a tómbola ….. a barracas …. a fuegos artificiales y a los churros de la Mañueta tan sabrosos y especiales.
Huele a dianas, a encierros, a corrida de toros…. a calles que vibran, a gente que canta, a noches sin dormir.
Huele a incienso junto a San Lorenzo, casa del gran San Fermín, donde los pamploneses acuden a rogarle favores mil.
Y así es mi Pamplona querida …. la más amada ….. la más vivida.
 

PICARONA

Carmen Remírez Barragán

Imposible que pasaran desapercibidos. Eran una cuadrilla de las que imponía. Bailaban como si nadie les mirase. Todo estaba lleno. Ocho cabezas. Muy de Pamplona, exigiendo su distancia de seguridad a la marabunta. Como si no fuesen Sanfermines y los cuerpos, mezcla maltrecha de sólidos y líquidos, se abrieran hueco como podían. De un primer vistazo, me gustó el que llevaba algo de barba. Aunque, bueno, había otro con perilla y pendiente que tampoco estaba nada mal. Quería acercarme hasta ellos, así que me puse a pensar en alguna excusa con la que romper el hielo. «Hola, me encanta ese gorro. ¿Dónde lo has comprado?». Sonaba simpática, sin ser desesperada. Es verdad que también había chicas, pero iban a lo suyo, y solo dos parecían marcar territorio. Unos eran pareja fijo, estaban cortados por el mismo patrón. Mismas expresiones, mismo uniforme blanco y rojo. La música comenzó a sonar de nuevo y bailamos. Vi mi hueco. Pero también a ella. Con dos coletas. Simpática y tan desesperada como para adelantarse a todos y colarse sin preámbulo entre sus faldas. Le tomó la mano, le dio un beso y, picarona, le entregó la primera su chupete. Orgullosa, se volvió a perder entre la gente.  

EL CONFESIONARIO DE PAMPLONA

Carolina Sánchez Ospina

Había un confesionario metálico en la Catedral de Santa María la Real de Pamplona, donde los habitantes de la ciudad solían confesarse. La tarde después del lanzamiento del chupinazo que inauguraba las Fiestas de San Fermín, ocurrió un eclipse lunar, y mágicamente el confesionario empezó a caminar y a hablar.
Los pamploneses al verlo se asustaban y corrían para ocultarse, ya que sabían que en él habían contado sus pecados y ahora éstos quedarían expuestos. Y así ocurrió.
El confesionario caminó por la ribera del río Arga y la primera persona que no corrió fue Rafael, y de inmediato el confesionario gritó “ese es Rafael y tiene 3 amantes”. Rafael se asustó al ver un confesionario hablando y se aterrorizó con la verdad que había dicho. Fue corriendo a la casa, se montó en su camión y a toda velocidad fue a la ribera donde había visto al confesionario. Sin piedad le echó el camión encima tirándolo al fondo del río de donde nunca salió. Las fiestas continuaron en perfecta normalidad. Ahora el pueblo se confiesa en un campo baldío y la paz volvió a la región. 


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ERES UN SANTO

Carmen Hernández Montalbán

Eres un santo, Fermín, aunque algo temerario. Ya me han contado tu hazaña durante el encierro. Así que viste a aquel niño soltarse de la mano de sus padres, colarse la valla y plantarse en medio de la calle, a cincuenta metros de la turba que corría delante de los toros; lo alzaste en vilo y en segundos lo devolviste de nuevo a sus progenitores. Apontocado en el cercado, completamente beodo, viste asomar a un toro empitonado y raudo como un molinillo dando vueltas con el rabo. ¡Ampárame Santa María la Real! Gritaste antes de caer de bruces al suelo. El toro, despistado, saltó por encima de ti sin rozarte siquiera. Lo que te digo ¡un santo! Escapaste por los pelos, pero tu afición a la bota te va a matar, así que bájate de la peana, San Fermín, no sea que vuelvas a caerte.
 

LA ACEPTACIÓN

Carmen Ruiz Ruiz

Fintan apareció impecable en la cuesta de Santo Domingo, aunque por dentro se sentía como recién salido de una curda monumental. Era un recio irlandés, que no recordaba por qué llevaba aquella extraña indumentaria ni qué hacía tanta gente ataviada como él pegando saltitos con un periódico enrollado entre las manos. Presentía que algo iba a suceder inminentemente, y rebuscó dentro de una papelera. Encontró una vieja gaceta dentro. Serviría. La enroscó entre sus manos, justo cuando comenzaban los cánticos. Sabía que algo no iba bien, pero el desarrollo de los acontecimientos le impedía reflexionar. Se dejó llevar por el ímpetu del gentío. Sonaron dos cohetes, prácticamente seguidos. Todos comenzaron a correr, incluido él. A ratos se giraba, para comprobar qué había provocado la estampida. Algunos corredores caían sobre el adoquinado, otros se aplastaban contra los edificios o el vallado. Aún no conseguía entrever qué o quién les perseguía. Percibía gritos, advertencias y, a lo lejos, sonidos de campanos. Exhausto, a punto de alcanzar la curva de Mercaderes, aparecieron los astados, derribando y embistiendo a su paso. La luz se hizo en su cabeza. Resbaló. El periódico se abrió como un abanico. Comprobó la fecha, el titular, la foto… 

SANFERMINEANDO

Carmen Portillo García De Las Bayonas

Aquí estoy. Esperando como buen estafetero, a comunicar al mundo que voy a comenzar las fiestas corriendo en los encierros. Ansioso por celebrar todo lo bueno por llegar como sanferminero de pro, e intentando recuperar el tiempo perdido viviendo a tope. Callejear por Pamplona con su ambiente mientras celebramos la vuelta a la vida, a la amistad, a la alegría y a la fiesta. Vernos las caras con sonrisas cómplices de estallidos emocionales de quien quiere compartir como hermanos universales.¡Viva Pamplona. Viva San Fermín!