Archivo por días: 30 de agosto de 2022


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ATRAPADA EN MERCADERES

Consuelo Corella

Esta vez si que me he liado de verdad. Quería conocer estas fiestas, nada mejor que venir de viaje de estudios con una amiga, pulirnos el dinero conseguido y vivir los sanfermines a tope…
¡Vaya fiestas! Cada día a la salida de las peñas de los toros, cada día pretendíamos seguir con nuestro viaje por el norte y resultaba imposible.
25 años después y tres hijas aquí sigo en la curva de mercaderes, aquí atrapada en el lío de la vida y agradecida por ello, porque los sanfermines son más que una fiesta.  

POR FIN!!!!

Cristina Sarrasqueta Resano

Este año si!!Por fin,van a llegar las fiestas de San Fermín.Nunca los de mi generación que ya somos hombres y mujeres de provecho podíamos haber imaginado algo así Siempre hemos vivido cada peldaño de la escalera con emoción,era lo normal,lo que siempre nos habían enseñado a seguir hacia adelante,hasta estallar la fiesta….pero esta vez nos a costado!!En lugar de6,18peldaños,esperando a que por fin llegase el día.Ibamos sumando en lugar de restando y la desesperacion se apoderaba de nosotros.
Pero este si,San Fermín 2022,va a ser único, memorable,especial.No va a haber Navarro en ninguna parte del mundo,que este año el 6de julio a las12del medio día no suelte la lagrimilla,allí donde esté.Porque siempre es un día emotivo,que cuesta…y más si estás lejos.Pero es que esta vez todos lo hemos sentido tan lejos y tan cerca que casi parece imposible que vaya a llegar.Tantas primeras veces de tantos txikis y adolescentes que todavía no han podido vivir y que ya les tocaba.Que no solo por nosotros,por la fiesta,por lo que significa,sino también por ellos que todavía no lo habían vivido.Por ellos,por nosotros,por todos!!Por fin!!!Este año si que sí!!!Felices fiestas de San Fermín!!Viva San Fermín!!Gora San Fermín!!A disfrutarlos desde el corazón,que es la Única forma que hay!!
 

LA LUZ

Cristina García Lozano

Había logrado reunir unos cartones para dormir a resguardo de orines y despojos en los soportales de la plaza del Castillo. Llevaba años pernoctando en las calles y estaba acostumbrado a la indiferencia de los transeúntes, así como al desprecio y a insultos y agresiones ocasionales.
Prefería la soledad para descansar y mirar la bóveda estrellada con reverencia, casi como si los astros lo estuvieran observando y cuidaran de él.
En aquellos días las calles se llenaban de compañeros inoportunos que descansaban aquí y allá ahítos de tanto vino y jolgorio; muchos, extranjeros, pero también algún que otro autóctono despistado. Todos con el consabido uniforme blanco y pañuelo rojo al cuello.
El líquido cayó sobre él casi de forma imperceptible, lo primero que sintió fue el fuerte olor, después un chispazo. Tras eso llegó un dolor impensable, luego la asfixia, mientras las risas lo rodeaban. Las llamas iluminaron las calles con una belleza casi abrumadora. Competían en luminosidad con el firmamento estrellado, avivadas por el combustible de su propia vida.
Mientras su vida se desvanecía, se preguntó cómo una alma baldía y despreciada por todos podía llevar dentro tanta luz. La misma luz de las estrellas que él ya no podría admirar más.