Archivo por días: 9 de septiembre de 2022


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

LA VERDAD

Eduardo José Viladés Fernández De Cuevas

La verdad es una habitación a la que entro cada vez menos, de hecho creo que he perdido la llave en algún rincón de una memoria que ya empieza a fallarme. Estamos tan acostumbrados a la mentira que esa verdad de la que rehúyo se convierte en algo revolucionario. Según la ley de la probabilidad, hay cientos de mí ahí fuera flotando como motas de polvo en suspensión. La versión que ve todo el mundo es la más triste, aunque en algún lugar lo estoy pasando bien. Vivo metido en una burbuja sin enterarme de lo que sucede a un palmo de mis narices. Si no me creo mis propias fantasías y doy por válidos mis espejismos difícilmente puedo hacer creíbles mis historias. Inventándome una doble vida consigo que mi yo real y el imaginario converjan, que esas motas de polvo se posen en el suelo, que realmente exista un mundo sin identidades y sin dolor, un universo donde se premie al diferente. Es el precio que se paga por escribir. Porque sobre un escenario siempre hay alguien, incluso cuando no hay nadie, incluso cuando Pamplona bulle llena de Fermines de medio pelo sin alegría ni futuro. 

BODA GUINNESS

Eduardo Omar Honey Escandón

Seis de julio, mediodía. Silba el cohete, resuenan los “¡Viva San Fermín!” en la Plaza del Ayuntamiento.
—¿Seguro que nadie se echará atrás? —pregunta Nadia a gritos, una joven de cabello corto y rojo, al oído de su acompañante.
—Ni él, ni los dos padrinos o los Guinness —responde Natael, también con cabello corto y rojo—. ¡Ya verás!

Antes de las 7:30 am del día siguiente, Nadia y Natael con otras tres personas están en la calle Estafeta.
—Padre Javier, ¿listo? —pregunta Nadia.
—Algo nervioso.
—Fer y Joaquín, ¿traen…?
—¡Claro! —contesta Fer y los muestra.
—Hemos entrenado meses. Si fallamos, mañana repetimos —anima Natael.
—Con ese cabello rojo, ni los toros los perderán —se burla Joaquín.

Se escuchan los gritos y una multitud se precipita sobre ellos.
—¡Vamos! —grita Natael, los cinco arrancan.
—¡Nadia, Natael! ¡¿Se aceptan como esposos?! —grita Javier.
—¡Aceptamos! —responden ambos.
—¡Anillos! —Fer falla al pasárselos a Natael, Joaquín lo logra con Nadia. Los padrinos desaparecen. Nadia se coloca uno, Natael toma el otro poniéndoselo. El trío no detiene su carrera.
—¡Ante la iglesia y ante Dios, estáis casados! ¡Podéis besaros! —exclama Javier. Antes de salir, la pareja se besa y logra el récord Guiness de primera boda en una pamplonada.
 

IRUNA DE FIESTA

Edwin Valencia

Asoma la madrugada inquieta en medio de la algarabía de los forasteros de Iruña, así como el de aquellos que llevan por sus venas la sangre exorbitante de Pamplona. Adoquines embriagados de frenesí por el ímpetu arrebatador del espíritu pamplonés y las fuertes estampidas humanas pintadas en el regazo mudo del cemento, mientras en las mentes irracionales de los protagonistas, se asoma la ansiedad desesperada de cruzar por recorrer el camino de San Fermín, sin saber que allá, más allá de su propia sinrazón, como fieras salvajes emprenderán la huida miles de transeúntes, formando corrientes de escarlata y nieve. Mas allá, al final del camino, se mecen los aleros de la plaza cargados de impaciencia, para hacerle la venia a los que por un capricho de la vida hacen su arribo sin saber, tal vez sin imaginarse que hoy puede ser el día en que cerraran sus ojos por siempre, eternamente, frente a las miradas celebrantes de los miles de espectadores, quienes antes de emprender su aventura embriagada hacia el corazón fiestero de Navarra, dijeron confundidos entre sorbos de vino tinto y el ole de las despiadas faenas mortales, ser amantes de los toros. Solo quedan en la arena, rojas pinceladas del callado dolor.