Archivo por días: 11 de enero de 2023


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

1087 DÍAS DESPUÉS

Mikel Ayerra Comino

“1087 días”, terminó de calcular Miguel. Había estado contando el tiempo transcurrido entre el 15 de Julio de 2019 y el próximo 5 de Julio de este año, 2022. Más de mil días sin Sanfermines. O al menos, unos de verdad; los de los años anteriores no contaban, no podían llamarlos como tal. Sanfermines era gritar “¡Viva San Fermín!” desde la plaza del Ayuntamiento el día del Chupinazo; siguiendo la procesión por la calle Mayor; camino de la plaza de toros junto al resto de peñas… No desde el balcón de tu casa en mitad de una pandemia. Se acordó de su abuelo Txomin: el pobre no había podido esquivar al bicho. Lo iba a echar mucho de menos. Pero miró el lado positivo: iban a ser los primeros Sanfermines de Nerea y Ander, los hijos de sus primos, nacidos durante el confinamiento. Los vería durante la comida familiar del día 7. Tras más de dos años, había ganas de retomar la tradición. En ella brindarían por los recién llegados, y también en honor a Txomin. Miró el calendario, con el 6 de Julio marcado en rojo. Faltaban exactamente cuarenta y siete días. Tras 1087 de espera, nueve le iban a saber a poco. 

EL ARTE DE VOLVER A DISFRUTAR

Mikel Satrustegui Ollaquindia

Una niña con pañuelo rojo, pasea descalza por una calle con gente vestida de igual manera, todavía con algunos residuos de la noche anterior, cristales, plásticos y restos secos de meadas. Irati tiene una discapacidad visual, y aunque le quemen los pies, y le pinchen algunos cristales, sonríe y baila esa mañana escuchando a los gigantes y cabezudos.

A su lado camina Aitor, un joven de 25 años que está a punto de declararse al chico que le gusta. En la mano lleva el pañuelo con su nombre, Enaitz. Coge dos villavesas para llegar. Hoy toca el tradicional almuerzo sanferminero con la cuadrilla, y Enaitz estará allí también.

En la villavesa, viaja Carmen que hace una semana salió de la consulta de su oncóloga con buenas noticias. En la muñeca lleva el pañuelo rojo, en el bolso su primer pañuelo, el más especial. Hoy ha decidido ofrecerlo al Santo, así se lo prometió a su madre. Y luego cogerá los cinco boletos de siempre en la Tómbola.

Viendo a San Fermín esta Gabriel, cumpliendo una tradición de su abuelo, que en 2019 vivió, sin saberlo sus últimos sanfermines. Y por él ha decidido vivirlos con toda la emoción.
Pamplona, 9 de Julio de 2022
 

NO ME DESPEINES

Milagros Arizcuren Balda

¡Qué orgulloso iba! Llevaba a su hija a hombros, con el vestido blanco y un pañuelo rojo al cuello. La niña le enredaba los rizos con sus manos y él le decía “no me despeines y agárrate fuerte para no caerte”
Iban por la calle disfrutando del ambiente, la música, la gente que iba y venía de un lado a otro. Al cruzarse con la vendedora de globos cedió a los deseos de su hija y un poco más adelante le compró también una pulsera de colorines. Con las manos ocupadas la niña seguía revolviendo los rizos de su cabeza y él le insistía “no me despeines y agárrate fuerte para no caerte”.
Recorrieron las calles en busca de los gigantes, se emocionaron con sus bailes y escaparon de Caravinagre antes de que les atizase. Después en las barracas se montaron en los caballitos y la niña comió el barquillo del vino dulce.
Al atardecer, cuando estaban en la plaza del ayuntamiento su hija propuso ir a ver el encierrillo y le dio un beso mientras revolvía los escasos pelos de su cabeza. Él le contestó “no me despeines y agarra fuerte la silla de ruedas para que no me caiga por la cuesta”.