Archivo por días: 14 de febrero de 2023


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ESTAFETA

Sandra Claros

– Esto- pidió el extranjero.
– ¿ estofado de toro ¿ – se acercó la vendedora al celular del mochilero rubio, de ojos azules y una morilla en la cabeza.
– Si. Uno – elevando el dedo índice.
– Muy bien, ese platillo es típico de esta fiesta.
– Yo gustar fiesta – moviendo los brazos y las piernas, bailando solo.
La vendedora le entrega la comida.
Pero el no la recibe.
Más bien, le ofrece la mano a la vendedora.
– Bailar.
Sorpresa, la vendedora lo mira.
El, sonríe.
Ella, guarda la feria del día en su bolso.
Y pone el plato de comida sobre el carrito cubierto con una lona.
Aceptando la mano del extranjero, salen a bailar las melodías de la Biribiketa de Gainza, junto a alguacillos saltarines y mulillas enmascarados.
Cruzaron la calle Estafeta, sonriendo y de manos dadas, siempre bailando y festejando ese encuentro fortuito y predestinado por el plato de comida
más feliz de toda la fiesta de San Fermin.

 

SAN FERMÍN CON LOS CINCO SENTIDOS

Sebastián Barranco Ledo

El mozo conoce de memoria su tramo favorito de encierro. Lo recorre a diario, hasta el portón del callejón, aunque incluso los adoquines se sienten distintos por sanfermines.
Mientras estira los miembros, su fino oído percibe a lo lejos la detonación del cohete. Un instante después, siente la onda expansiva, amortiguada por la aglomeración de los cuerpos.
Termina el calentamiento concentrado, como dejándose mecer por la caricia de los primeros pañuelicos y fajas a la carrera, aunque el rebaño está lejos todavía.
Atravesando la penumbra del callejón, el mozo huele el miedo de los corredores, que respiran aliviados, al ver de nuevo el azul del cielo.
Un grito, ahogado al unísono en las gargantas del público, le avisa: un toro rezagado sale del callejón y enfila directo hacia el mozo.
La reverberación del suelo, al batir el albero en su primera embestida, indica al mozo cuándo hacer el quiebro. Después, se tira al suelo, y saborea la oleada acre que le pasa por encima. Los pastores, al quite, evitan que el lance vaya a mayores.
En Protección Civil, alguien presenta su dimisión. Por mucho arte que haya tenido en el recorte, es imperdonable que se haya colado al encierro un corredor ciego.  

PATRIMONIO EMOCIONAL

Sergio Asensio Martínez De San Vicente

“Es la jooota de tu Navarraaaa, Fermín benditooooo…”

Ha pasado demasiado tiempo. El público, silencioso y expectante. Demasiados días y meses sin experimentar “eso» tan especial. Las lágrimas, por fin, afloran, y una sensación de comunión, de plenitud, hace acto de presencia. Se trata del momento álgido, sublime, de la procesión del día 7.

Emociones. Todo se basa en una cuestión emocional. Porque para eso estamos aquí. Para sentir.

Unas horas antes, el 6 a las doce, los sanfermines comienzan con una explosión, un estallido que da comienzo a 204 horas de fiesta ininterrumpida, sensaciones desbordadas y éxtasis puro. Pamplona se convierte en el centro del Universo. 204 horas a lo largo de las cuales, sus habitantes se transforman, sacan lo mejor que llevan dentro, acogen a quienes llegan del extranjero, e incluso, ¡hasta saludan al vecino! Increíble. Por algo Ernest eligió esta Fiesta para su primer gran éxito editorial.

Del primer instante al último. Del txupinazo al “pobre de mí”. 204 horas en las que el santo morenico nos guía, cual conejo blanco, a su particular país de las maravillas; ese lugar que una vez visitado, te cambia para siempre. Es un sueño del que ya no quieres despertar.

Es tu patrimonio emocional.