Archivo por días: 12 de enero de 2024


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

LA ALEGRÍA DE LA FIESTA DE SAN FERMÍN

Javier Martínez Macua

Se podría decir que a mis cuarenta años, para cuarenta y un años de edad, he vivido muchos San Fermines. Desde pequeño hasta la madurez y se podría decir que he experimentado la alegría de vivir la fiesta en las diferentes etapas de mi vida. Alegría que quizá no varíe en función de la edad, ya que en ocasiones se puede sentir la misma intensidad y por los mismos motivos, aún teniendo cinco o treinta y cinco años. Y es posible que no sólo sea algo que le suceda a alguien que se ha criado aquí, si no que es probable que sea algo compartido con personas que vienen desde el extranjero. De hecho, uno de lo más conocidos embajadores que ha dado a conocer al resto mundo su experiencia de los San Fermines, Ernest Hemingway, manifestó la alegría que llegó a sentir de vivir la fiesta.
Así que es más que probable que al margen de cómo seas y de dónde vengas e incluso de la edad que tengas, en San Fermín, vas a experimentar la alegría de vivir la fiesta. 

EL MOMENTICO

Jesús Bermejo Lecuona

Para quienes celebran su cumpleaños en plenas fiestas como mi madre, cualquier aniversario es especial por varios motivos. Ya se acercaban los siguientes sanfermines, por lo que entre mi hermana y yo decidimos darle un giro a su 7 de julio. Eso haría que, además de las otras que tanto le gustaban, disfrutase de una experiencia diferente.
Dispuestos a atesorar juntos unas vivencias dignas de recuerdo, nos preparamos camino de la procesión, solo que no para la que ella esperaba. Emprendimos un trayecto no demasiado largo saliendo de Pamplona, y le ayudamos a recorrer caminando el tramo final con los ojos vendados antes de montarse.
Al principio nos miraba asombrada, con una mezcla de emociones por la novedad. A los pocos minutos cruzamos la ciudad, y sin palabras nos abrazamos. El inusual medio de transporte se balanceaba a ritmo de los diminutos gigantes a su paso por la Taconera. Divisar desde el aire buena parte de nuestras fiestas, desde la calle del dos de Mayo hasta San Lorenzo, en un mosaico humano que se mecía al son de canciones que paladeábamos en las alturas, constituyó algo único para ella, sin duda, otro de sus momenticos.
 

RECOMENDACIONES PARA EVITAR UNA CORNADA

Jesús Jiménez Reinaldo

Si es usted supersticioso, ni lo piense. Esta es una pasión sólo para personas que no recelan del destino. Consulte con su adivina de cabecera o con la echadora de cartas de Amparito y verá que los astros se conjuran en julio contra los pusilánimes. Cómprese un sombrero mexicano, para evitar la venganza de Zeus sobre su testa, y vea pasar el encierro desde cualquier balcón de la Estafeta.
Aprenda a correr perfectamente, es decir, erguido como el palo de una bandera (elija usted la que prefiera) y poniendo primero un pie y luego el otro en el sitio elegido de forma milimétrica. Esto se logra con un entrenamiento sistemático, durante meses, en los que debe dominar la técnica de mirar con un ojo hacia delante y otro hacia atrás.
De vez en cuando ejercite lo de dar empujones, especialmente a quien porte un periódico enrollado. Con el codo siempre; resultan ser los más contundentes.
Finalmente, encárguese de tener fuelle, no vaya usted a petar como un cantante de Eurovisión. Prepárese para acabar un maratón y no sólo para veinte metros de nada, que luego viene el crujir de huesos bíblico.
A la menor vacilación, mejor corra el primer año delante de la tele.
 

LA VIDA SECRETA DE LOS TOROS

Jesús Martín Ovejero

Aquella mañana de julio, como todos los años, Gregorio Sanse se despertó en su cama convertido en toro. Se incorporó y observó el espejo que tenía delante . El reflejo le devolvió la imagen de un poderoso morlaco con grandes cuernos y una musculatura bien definida. Gregorio se encogió de hombros y fue al salón de la vivienda familiar para tomar el desayuno. Una vez allí, su esposa le sirvió un café con un par de galletas mientras le daba unas ligeras palmaditas en los hombros. «Ya veo que estás listo para hoy cariño» le dice ella. «No me lo recuerdes, que sabes que no me gusta madrugar». Ella sonríe y le da un tímido beso en las astas.

Gregorio sale a la calle y se pone a cuatro patas para no levantar sospechas –nadie puede conocer la verdadera vida secreta de los toros–. Gregorio empieza a trotar sobre el empedrado de las calles para dirigirse a su puesto de trabajo. Una vez allí, el jefe le saluda. «El primero en llegar Gregorio, muy bien. Este año tienes que pillar a unos cuantos guiris eh…». Gregorio suspira y mira hacía las nubes. «Lo que tiene que hacer uno para ganarse la vida».  

LOS BÁRBAROS

Jesús González Francisco

Mi lugarteniente apunta hacia el horizonte, señalándome la llegada del enemigo. Como si no lo supiera ya. Los vi mucho antes, prefigurados como las imágenes distorsionadas de un sueño aciago, en el que estas murallas, y tras ellas, la ciudad, serán arrasadas y sus habitantes pasados a cuchillo por las hordas sedientas de sangre. Nadie se librará de la ira conquistadora de estos bárbaros acampados a nuestras puertas. Ellos desean lo que nosotros anhelábamos hace cientos de años: la opulencia, las fuentes de ensueño, los palacios laberínticos, la civilización… pero, por encima de todo, desean nuestro oro. Cuando todo esto acabe, seremos el recuerdo de un recuerdo, como la arena del desierto asentándose sobre las dunas.
–¿Qué hacemos, señor?
–¿Qué hacemos? –contesto, contemplando las humaredas en el horizonte y escuchando el inconfundible aullido de los guerreros al asalto— lo que hemos hecho siempre: resistir.