Archivo por días: 29 de febrero de 2024


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

LOS HOMBRES QUE VAN A CORRER (HOMENAJE)

María Eugenia Manzano Sánchez

Los hombres que van a correr llevan las camisas blancas. Los de Sánchez Tabernero enfilan la calle Estafeta.
— ¡Échate a un lado, Vicente, la curva por la derecha! —al final de Mercaderes gritan los de Tafalla y Sangüesa, todos con la sangre al cuello, todos rojo en la cadera.
Y Vicente Gironés, dos hijos, mujer y madre, casi llega al callejón atendiendo a sus compadres, de no ser por Bocanegra que, en medio de la gente agolpada, lo alcanza en el tramo anterior con sólo meter la cabeza. Y el pobre muchacho, tieso, en lugar de echarse al suelo, trata de subir al vallado y no puede esquivar la cornada.
¡Ay, qué 118, qué tercero de la tarde! Lo mató Pedro Romero y pidió la oreja la plaza.

Así lo escribió Heminway en «Sun also Rises», «Fiesta» y así Vicente Gironés encarnó a Esteban Domeño Laborra, víctima en 1924 de un astado de Conde de Santa Coloma.

Coraje, corazón, valentía. Pamplona os rinde homenaje.
Que todos los corredores se encomienden al Patrón. Que a los pies del capotico se les oiga gritar hoy, antes de Santo Domingo:
¡Que nos guíe en el encierro!
¡Que nos dé su bendición!
¡Gora y viva San Fermín!
 

UN SANTO, UNA LEYENDA

María Gema Gonzalez Jaraíz

Esa estrella que vemos en el horizonte, tan pequeña, tan insignificante a veces y tan poderosa otras, capaz de cambiar la vidas de muchos con apenas un destello, si la miramos mucho, se hace incluso más grande a los sentidos. Aura que camina a nuestro lado en silencio e incluso nos ayuda en los momentos más difíciles.
Luz en la sombra de los desamparados, de los enfermos, de todas esas almas maltrechas que necesitan aferrarse a algo en sus peores momentos, en sus despedidas finales y en la felicidad del destino.
Leyenda de tantos destinos, marcados por el odio, la incertidumbre y la ignorancia de pueblos distintos, de almas distintas. Pastor de rebaños, caminante sin destino, sin miedo a lo desconocido, luchador sin espada, enemigo de muchos y amigo de todos.
Y ahora en tiempo presente, a pesar de que las acciones de tiempos pasados nos parecen deplorables como las torturas, matanzas… etc.
Marchamos a ver las estrellas, a confesionarios y santos para descargar nuestros pensamientos más íntimos, nuestras acciones más valientes, sin darnos cuenta que cada minuto, cada hora y cada día la vida te recuerda que eres una sola mota de polvo.
¡Viva San Fermín!
 

FERMÍN

María Gisela Albornoz

El sol aparece una vez más sobre el empedrado, -¿puedes sentir el fresco aroma de la mañana hijo mío?
Lo llamaron Fermín, como el Santo Patrono, nació el 5 de mayo, dos pasos atrás en la escalera de la fiesta, y hoy camina el recorrido llevado por su padre, curioso y feliz. En el futuro lo harán juntos, de la mano también. La fiesta es el abuelo y su fanatismo por la chistorra a la parrilla, es el canto de su madre mientras prepara la ropa y el pañuelo rojo para su padre en la corrida, y también es el futuro, donde el chupinazo, que ahora, dando sus primeros pasos, lo sobresalta, y en el futuro le va a recorrer cada fibra de su ser.
Le pregunté a la inteligencia artificial a qué huele Pamplona y me dijo que debo experimentarla en persona, que los aromas son subjetivos pero seguro huele a asfalto húmedo, de bellos árboles y jardines. Pamplona huele al chocolate de la mañana junto a los abuelos, huele al pequeño Fermín con papá caminando el recorrido esos días previos, tan bellos, donde la magia empieza a asomar, de principio a fin del recorrido, porque el final del camino, es el principio. 

AMOR A PRIMERA VISTA

Maria Gloria Castillo Fernandez

Arrinconado contra la pared, sintió el aliento ardiente y exhausto desde la breve distancia que los separaba, la medida de las astas. Hubo un cruce de miradas que acalló al mundo, y por una milésima de segundo solo existieron ellos dos: corredor abatido y toro enfurecido, cercados por un mismo sentimiento: el miedo.
El mozo contó que el toro le perdonó la vida porque el suyo había sido un amor a primera vista.
 

BLANCO ESCARLATA

María Isabel Martínez Armas

Sirimiri de hora temprana sobre losas de cemento, arena y agua.
Desde la curva de Mercaderes asoma Estafeta hasta Telefónica. Tras el caldico de las seis, el almuercico y la encomienda al Santo entre cánticos y berreos a pulmón lleno.
Entremedio, los mansos acompañando a los morlacos de lidia y cerrando, los cabestros. Lo blanco se vuelve pardo de pisadas y bruces. ¡Corre, que te pilla! Bramidos en el aire. Temerarias empitonadas. De natural bravíos tras los vivos colores. Rojo en los paños. Rojo en los cuellos. Rojo en las calles. Y en las pestañas, telarañas de noche de insomnio, de calimotxos sobre el verde de los parques.
Ya enfila la torada por la puerta grande refugiándose en los toriles. Volverán en tarde de ruedo. Tercio de varas. Tercio de banderillas. Expirando en el tercio de muerte abatidos y exhaustos.
Los mozos, frenéticos en un agotado redil humano frente a una vaquilla de cuernos embolados. Arrogante. Impetuosa cargando a golpe de mugido y cornamenta. Revolcones. Gritos. Las compañeras saliendo. Rápidas, escurridizas. Sin un resoplido que no amedrante a un valiente. Rojo en los paños rotos. Rojo en la arena ocre. Rojo sangre.
La fiesta va amainando y se quiebra hasta el siguiente chupinazo.