Archivo por días: 16 de abril de 2024


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

LA ESCALERA

Sergio Capitán

Al terminar las campanadas empezaron a llegarme cientos de mensajes felicitando el año. Leí la mayoría en diagonal y contesté únicamente a aquellos que se habían esforzado en personalizarlo mínimamente. Me llamó la atención un grupo de whatsapp titulado “La escalera· al que me habían agregado, junto a cientos de personas que no tenía entre mis contactos. La imagen del grupo era un pañuelo rojo.
Un único mensaje: “1 de enero”. Sólo podía escribir al administrador, así es que el resto se limitó a dar algún corazón y pulgar hacia arriba. Por un momento pensé en salir de allí, pero finalmente puse unos aplausos.
Un mes y un día después recibí otro mensaje: “2 de febrero” y cientos de corazones.
Tiempo después: “3 de marzo”. Yo seguía sin entender nada.
En plena semana santa me llegó un “4 de abril”. Empezó a picarme aún más la curiosidad, pero allí nadie podía comentar nada.
Tras aguas mil llegó mayo y en unos días el texto: “5 de mayo”. Me encantaba aquel extraño grupo.
Aún no me había quitado el sayo cuando esta vez recibí un “6 de junio”.
Entonces até cabos. Y aquí estoy el 7 de julio, esperando al mensaje para dar un like.
 

DE VUELTA

Sergio De La Marta Cienfuegos

Te habían asegurado que volverías a estar allí. Pero no entendías cómo podría ayudarme a conseguirlo aquella enorme sala vacía. Era una inmensa cúpula blanca, como tu ropa. Te situaste en el centro y te sorprendió que, de repente, el suelo empezó a convertirse en algo rugoso bajo tus pies, y que un frío de primera hora de la mañana se apoderaba de todo. La cúpula resultó ser una suerte de pantalla con millones de nanoproyectores de realidad virtual incrustados que te sumergieron de inmediato en una estrecha calle repleta de reencuentros, conversaciones nerviosas y tensión agarrada a las gargantas. Te arroparon los saludos afectuosos de quienes te rodeaban, los cánticos implorando protección al final de la calle y la necesidad de controlar los desbocados caballos del miedo que flotaba sobre los adoquines. No habías vuelto a vivir esa sensación con aquella intensidad desde hacía más de ocho décadas. El proceso de descriogenización había durado varios meses, y la reimplantación de recuerdos no estaba resultando eficaz en todos los usuarios. Pero tú, tras el estruendo en el cielo, empezaste a notar cómo vibraba el suelo a tus pies y echaste a correr. Por fin, estabas de nuevo allí. 

ODA A PAMPLONA

Sheila Del Carmen Ascanio Pérez

En Pamplona, ciudad de fiestas y algarabía,
donde la música fluye en armoniosa melodía,
resuenan txistus y gaitas con alegría,
invitando al jolgorio, a vivir la utopía.

Las peñas se congregan con entusiasmo vibrante,
amigos y vecinos en un baile elegante,
sus voces en coro, notas que se entrelazan,
honrando a San Fermín con cánticos que traspasan.

Las calles estrechas, escenario animado,
se llenan de vida, de color deslumbrado,
en blanco y rojo, el pueblo se engalana,
celebrando con fervor, pasión que no se empaña.

El chupinazo anuncia el inicio glorioso,
y el espíritu festivo se torna bullicioso,
risas, abrazos, bailes llenan el ambiente,
la música y el gozo se fusionan fervientes.

Oh, Pamplona querida, en tu gente palpita,
la emoción desbordante, la dicha infinita,
en tus fiestas, la música resuena con ardor,
y en cada corazón late el amor con honor.

En esta tierra de encanto y tradición arraigada,
Pamplona florece con su alma enamorada. 

ANGELICAL

Silvana De Fátima Santacruz Burbano

El ángel de la guarda no protege a los pastores en el encierro. Ni le da suerte en su trepidante faena. Ni siquiera viste con alas nacarinas tal cual ave antropomorfa. Él espera el último instante antes de la cornada para indicar su carcajada.  

COMPAÑERO DE RECORRIDO

Silvia Sanz Fernández

Estiro, caliento, rezo, miro a un lado a otro. Todos hermanos, todos unidos en una misma ilusión. Correr y llegar sin un rasguño, sin un resbalón. Cantamos,  a San Fermín, pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos su bendición, viva San Fermín, gora San Fermín. Chupinazo empieza la frenética carrera. Gritos, algarabía, empujones, caídas,  te siento al lado, grandioso, veloz, potente, corremos en paralelo.
Te observo y me observas, nos acompañamos en el recorrido, te miro y reconozco tu nobleza, sin descuidarme, porque en mi descuido está tu victoria, marcarme o darme muerte. Lo sé y lo sabes, te respeto y de momento tú también me respetas. Encaramos Estafeta, parece que lo sabes y aprietas el ritmo, y yo contigo. No quiero perderte el paso, haces honor  a tu casta, últimos metros, últimos segundos, el corazón se acelera, el espacio se reduce y tú pareces más grande y yo más torpe, más lento. No puedo fallar ahora, me concentro; seguimos corriendo callejón adentro, nuestros destinos se separan, tú sigues la estela de los cabestros, que te llevan a los corrales, yo me torno a la derecha, disminuyo la marcha hasta detenerme, me santiguo y agradezco al santo.