La primera vez
Se oye jaleo en la calle, hoy ha sido el chupinazo y como siempre en la plaza Consistorial no cabía un alfiler, yo he estado con mi peña, después de colocarnos el pañuelo me he vuelto a casa. Son las primeras fiestas sin mi padre, sin mi mentor y sin mi maestro, él me entrenó como al hijo que no tuvo, pero sin miramientos ni finas exquisiteces de las niñas de mi edad. Preparo la faja roja, los pantalones arreglados que rescaté de sus cosas, mi camisa blanca y La Gaceta de hoy. Mañana habrá dos cambios, el horario y la presencia de la mujer en la carrera. Creo que no podré dormir, he visionado más de mil veces el recorrido que siempre hice con mi padre. Soy capaz de contar los pasos que daré. No ha salido el sol y estoy vestida. Me sitúo entre los amigos de mi padre, entre el desconcierto y la admiración, sin querer oír el reproche. Oigo mis latidos entre los rezos al patrón y el cohete que da la salida, empezamos a correr…limpiamente, como él lo hacía, como a él le hubiera gustado hacerlo siempre. Miro al infinito, allá donde estés, ha sido nuestra carrera juntos.
Nuria Gomez Gomez
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FENÓMENO NATURAL
“Intente recordar”..me preguntaba el médico mientras, postrado en una cama del Hospital, trataba de ordenar mis recuerdos. “No soy de aquí…. Estoy de paso”… balbuceé. “Desde primera hora de la mañana el día era diferente a otros….extraño. Cuando levanté mi persiana temprano ya se intuía cierto nerviosismo en los rostros de la gente de la calle, incluso los pájaros parecían estar inquietos. Hacia el mediodía decidí abandonar el hotel y salir a conocer la ciudad. El ambiente que se respiraba parecía anunciarme que algo iba a suceder……de pronto el cielo se cerró…y se oyó una pequeña explosión. Casi al mismo tiempo, el suelo tembló bajo mis pies. Las palomas de la Plaza del Castillo emprendieron el vuelo asustadas…..gritos en la lejanía condujeron mis pasos hacia aquella plaza de donde venía todo, cuando de repente y al doblar la esquina, una marea humana me engulló. Creo que rodé por el suelo”. “¿Es todo?” volvió a preguntar el doctor. “En mi cabeza sólo retumba ese mismo rumor que se alojó en ella en ese momento….¡San Fermín!…¡San Fermín!…..no lo entiendo y ya no sé ni en qué día estamos”.“Es 6 de Julio. Descanse” respondió el médico antes de cerrar la puerta de la habitación tras de sí.
Raúl López Rosáin
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Primera y casi ultima
Aun recuerdo mi primera montería como si fuera ayer. Cuando llegué al punto de reunión estaba muy nervioso. No conocía a nadie. Tras el café y el sorteo de puestos nos dirigimos a la finca donde tendría lugar la montería. Una vez en el puesto me olvidé de los nervios. Se veían de forma clara los otros puestos. El tiradero era bastante cerrado, lo que me venía muy bien pues yo no llevaba rifle sino mi escopeta del 12 cargada con balas. El puesto estaba en un pinar con bastantes carrascas y monte bajo. El sonido de una caracola y las primeras ladras interrumpieron el canto de los mirlos. El tiempo transcurría. Se oían ladras y disparos lejanos. De repente oigo un animal rompiendo el monte y ladridos. Un jabalí cruza el tiradero sin darme tiempo a disparar. Los perros lo siguen de cerca. Al final lo arrinconan cerca. Me acerco al agarre. Saco el cuchillo de remate. Lo tienen aculado en una carrasca. Me acerco por detrás. En ese momento los perros se apartan y el jabalí se revuelve. Viene hacia mi. Apenas tuve tiempo de subirme a un arbol, pero ya se como se sienten los que corren los san fermines.
Juan José Santana Bernabeu
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