Gastronomía


Visita bogotana 3

Muchas veces hemos hablado del tute que nos metemos durante los sanfermines. Desde el desayuno tras el encierro o el almuerzo es un no parar de comer, beber, saltar, bailar. Si en los primeros días la euforia y las ganas hacen que llevemos bastante bien las Fiestas, con el paso de los días los almaxes, espidifiens y resalines entran en nuestro menú para poder aguantar los fiestas. Si a nosotros nos cuesta, tengo la sensación de que a nuestros invitados muchos más, aunque vengan solo a pasar dos días.  El excesivo trajín y el bebercio son demasiado para la gente de allende la muga. Cuantas amigas me han pedido quedarse en la cama porque no aguantaban mi ritmo…

Cuento esto porque este año mi cuadrilla fue anfitriona de una familia bogotana. Como es una familia acomodada y aficionada a los toros preparamos para ellos unos sanfermines tranquilos con el toro como protagonista. Imaginando que después de los toros volverían al piso que tenían alquilado la mayoría de días para evitar el alboroto general, se les reservó balcón en la Estafeta, entradas para el Apartado y les agenciamos entradas para los toros del 6 al 11. Entendíamos que no podrían aguantar el ritmo de unos pamploneses de pro como nosotros. Pero no fue así amigos. El ambiente festivo nubló la mente de los cuatro visitantes y desde el almuerzo del día 6 hasta nuestra despedida el día 11 fue un no parar. No había forma de meterlos en casa. Les daba igual ir a las pijo txoznas o a Jarauta pasando por las casetas regionales. De las salsa y la bachata al zortziko y el Baile de la Era. Su afición taurina fue diluyéndose ante su afición por la jala y el ron. Sus entradas de sombra sustituidas por barreras se sol o por sobremesas mexicanas que chinaban el cuero. No había forma de meterlos en casa. Casi nos teníamos que turnar para poder aguantar su ritmo. La despedida fue emotiva. Ellos agradecidos por el trato y por los ratos pasados y nosotros porque al fin podríamos descansar y bajar el ritmo. Pero como era día 12 pensamos que ya descansaríamos el 15. A mí se me saltaban las lágrimas cuando al día siguiente recibí un whatsapp de ellos: “ Prometemos volver”.

 


Sanferlink.com

 

Como es habitual todos los años, conforme se acerca el mes de Julio se van multiplicando las noticias relativas a los Sanfermines y también vamos conociendo nuevas ideas u ofertas relativas a las fiestas. Si ayer Gaupasaitor habló de Madina, yo hoy voy a hablar de algo mucho más agradable y también más novedoso.

Las redes sociales son un instrumento fundamental y habitual para casi todos nosotros. Sean para ocio o para trabajo la gran mayoría disponemos de cuenta en Facebook, o en twitter o en linkedin o en otras redes sociales. Lo que traigo hoy es otra red social, creada por una chica de Pamplona, y que se llama sanferlink.com.

Sanferlink.com es una red social que aún está por terminar, aunque ya podéis entrar y ver lo que ofrece. Tiene la parte informativa que pueden tener otras páginas indicando las actividades que hay cada día. También te informa de la historia de los sanfermines, y te da consejos sobre lo que debes tener en cuenta antes, durante y después de las Fiestas. El apartado ¿Y ahora…qué? te informa de distintas actividades y tradiciones que hay  en Navarra fuera de los Sanfermines, desde las Bajadas de las Almadías al Pilón de Falces, pasando por el paloteado de Ochagavía o la Batalla de Lacar.

Pero lo verdaderamente novedoso es su carácter de red social. En sanferlink.com puedes crear un perfil, indicando los días que vas a pasar en Pamplona, si vienes solo o acompañado, tu nacionalidad, tu edad y cuáles son las actividades que te interesan (salir de fiestas, toros, encierro, actos religiosos). Así podrás ponerte en contacto con gente con tus mismas inquietudes provenientes de todos los rincones del mundo. Además puedes crear algún evento relativo a alguna de las actividades sanfermineras  para que la gente se apunte, quedando recogido en el calendario el día, la hora, el lugar, el tipo de evento y el creador del mismo.

Por lo que he podido ver, una idea interesante creada por una joven navarra y que ya ha sido premiada en programas para jóvenes emprendedores (casi igualito que el de ayer).


Highball 2

 

El Highball encierra una serie de cócteles preparados a base de Bourbon y soda.

La primera vez que me ofrecieron un Highball pensaba que me estaban tomando el pelo. Un compañero de trabajo de la zona de Malerreka me habló de él, allí es más común ya que es una bebida que la han traído aquellos que fueron a trabajar a Estados Unidos de jóvenes.

Se trata de mezclar en un vaso, lleno de hielos, un chorrito de Bourbon americano y abundante Sprite, Seven Up o similar. Es importante hacer hincapié en esto, en lo del chorrito, de lo contrario resulta bastante fuerte. La cantidad equivalente a ese chorrito de dosificador que te echan en tierras británicas cuando pides un cubata.

Durante los sanfermines no es muy habitual que la gente tome estos cócteles, quizá en alguna terraza de la plaza del castillo, los norteamericanos lo beban como aperitivo.

Yo lo probé un seis de julio, en vaso de plástico, a treinta y cinco grados al sol, en la calle y, a pesar de todo, reconozco que me supo rico. Es que un 6 de julio qué no te sabe rico…

A ver si tenéis opción de probarlo.

Highball


Botellón en la plaza de los Burgos 2

La plaza de los Burgos es un increíble espacio abierto dentro del apelotonamiento callejeril del casco viejo pamplonés. No es el único, pero si alguien nos obligara a citar un espacio abierto dentro del apelotonamiento callejeril del casco viejo pamplonés, apuesto a que nadie lo citaría en primer lugar, salvo algún recalcitrante que por residir en la plaza sí lo haría, pero habría que descalificarlo por falta de objetividad.

Históricamente se trata de una plaza que vivía de espaldas a la fiesta. Es como si el recorrido del encierro marcara una línea roja a partir de la cual hacia un lado todo era desparrame, y hacia el otro calma, quietud y oscuridad. Ayudaba el no tener bares, así como el no ser zona de paso entre zonas de bares. Todo ello muy paradójico, ya que la plaza debe su nombre a los antiguos burgos de la ciudad, que confluían en la contigua plaza consistorial actual. Las únicas veces que los no residentes caíamos por ahí era cuando salíamos de los almacenes Unzu por la puerta de atrás. ¿Lo veis? Otra vez: la puerta de atrás.

Luego vino el afán por integrarla, y con bastante lógica, ya que su disposición urbanística la convierte en espacio escénico inmejorable. Los conciertos de ritmos sudamericanos y los recitales de jazz empezaron a ocuparla, si bien quien mejor ha sabido adaptarse y adaptarla ha sido el fenómeno del botellón.

burgos

Un amigo de un gran amigo mío me confesaba hace poco que el año pasado hizo botellón dos veces en la plaza de los Burgos. Qué vergüenza, a su edad, pensé. Y me lo explicó: una noche, un rato antes de que la plaza se fuera llenando de jazzadictos, él y sus amigos decidieron que no iban a cenar en un retaurante, sino que iban a comprarse las cosas en algún chino y se las comerían en la puta calle, moleste a quien moleste. La idea evolucionó a mejor, y acabaron comprando unos bocatas de jamón del bueno y sacaron unas cervezas del Vallado, e intentaron instalarse en el graderío de los porches de la plaza de los Burgos. Por razones de higiene elemental no pudieron aposentarse, sino que tuvieron que dar buena cuenta de la improvisada cena de pie. La mugre y los charcos de líquidos cualesquiera les privó del deseado placer. Alguien se les había adelantado y había dejado la plaza impracticable.

La segunda vez fue con toda la plaza para él. Al parecer acudió con la familia a ver el encierro en la plaza de toros con tan buena suerte de que no era el día 13. Y para seguir con el plan, decidieron bajar a la Mañueta a comprar los consabidos churros. Tras jalarse la cola de rigor, en la que tuvieron que hacer verdaderos equilibrios para evitar el chorro del camión-fregona, se hicieron con los churros y se agenciaron unos chocolates calientes con la clara idea de disfrutarlo todo cómodamente sentados en la plaza de los Burgos. Accedieron por las escalericas de la Mañueta, y se encontraron con toda la plaza para ellos. Sin embargo, tampoco pudieron aprovechar. Iban con niños, y hubo que salir por piernas, ya que no había metro cuadrado libre de cascos de botellas, ora enteros, ora rotos. De nuevo estaba claro que se les habían adelantado y habían dejado la plaza impracticable.

Dos veces quiso hacer botellón en la plaza, y dos veces se quedó en intento. No podrá por tanto indignarse con que se haga botellón, si acaso con que otro botellón deje impracticable la plaza.


Mis bares favoritos (IV) 3

Uno de los bares que más frecuento en mi calle, no solo en San Fermín sino también durante la travesía del desierto, es el Hilarión, epicentro de ese decámetro hostelero donde también brillan el Sarría, el Estafeta, el Evaristo, La Granja o el Fitero.

El Hilarión es un sitio que llevo pisando más de veinte años, he conocido al menos dos reformas y siempre estoy a gusto, ya sea una tarde de domingo lluvioso, echando un pote antes de la cena de Nochebuena, disfrazado en Nochevieja o con el pañuelo recién anudado en el mediodía del 6 de julio.

Me gustan sus pintxos, su tortilla de patatas con ali oli, sus cañas, sus menús del día y sus cubatas, me gusta quedar ahí con mis amigos, ya sean diarios, semestrales o anuales y me gusta ver el telediario de las 3 con Juan, aunque Rajoy anuncie que me va a bajar el sueldo.

Curiosamente, hoy, tercer peldaño de la escalera de 2014, no entraré.

Los lunes cierra.

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Grupo de tenistas, con el uniforme de Wimbledon, festejan la victoria de Nadal en 2008 (Foto F. Barranquero)