Guiris


Venta ambulante y prejuicios

Quienes me conocen saben que es difícil sacarme de mi barrio durante las fiestas de San Fermín. Pero, aunque no lo parezca, salgo. A veces. Y, por supuesto, tras salir, hay que volver.

Regresaba pues al Casco Viejo una noche sanferminera de esas de entre semana, en las que no hay demasiada gente, por Príncipe de Viana y calle Gorriti. No serían más de las dos de la mañana cuando observé que un todoterreno de lujo anunciaba con el intermitente su intención de meterse en uno de los parkings privados que acompañan a cada portal de esa calle. El caso es que el vehículo -más tanque que coche, todo hay que decirlo- se detuvo y se apeó su conductor, un tipo que ya hacía tiempo que había dejado la mediana edad y que lucía la ropa blanca con elegancia, dinero y estilo. En el momento en el que yo lo alcanzaba le vi agacharse y sacudir unos bultos que había en la entrada al garaje. Los bultos resultaron ser vendedores ambulantes que estaban durmiendo allí.

Mis prejuicios comenzaron a funcionar y rápido empecé a imaginar al hombre millonetis increpando a esos negros de mierda que le impedían meter el coche en el parking de su casa. A bocinazo limpio. Pues no. A veces te columpias. Y el hombre acomodado lo que hizo fue despertarles y pedirles con inmensa ternura que le dejaran pasar. El prejuicio volvió a funcionar y pensé en mí mismo y en la mala hostia que haría si alguien me despertara a las dos de la mañana. Pero no, los manteros recogieron sus bártulos y no pararon de pedirle perdón al hombre del todoterreno mientras este, a su vez, se deshacía en disculpas por haberles despertado.

Yo seguí mi camino hacia la Estafeta, contento por comprobar que los prejuicios no siempre se cumplen.

Y triste por ver que el sufrimiento de estos hombres es objeto de polémicas políticas y económicas en nuestro ayuntamiento. Creo honestamente que equivocan el foco.

Foto de Maite H. Mateo tomada de navarra.com

 


El Duque de los Abruzzos 1

Como ya hemos comentado en otras ocasiones en este blog, los Sanfermines de los años 20 se convirtieron en destino turístico para personalidades procedentes de todo el mundo. Así, aristócratas, artistas y otras celebridades frecuentaron Pamplona durante los felices años 20.

Y, de entre todas estas figuras, destaca la visita de Luis Amadeo de Saboya, Duque de los Abruzzos, en 1929.

Este noble italiano, hijo de Amadeo I de Saboya, efímero rey de España, nació en Madrid en 1873 y siendo adolescente se enroló en la Reggia Marina italiana, lo que le llevó a recorrer medio mundo en busca de aventuras. Participó en expediciones a Alaska y el Polo Norte, conquistó las cumbres de la cordillera Rwenzori en África y atacó incluso el K2, aventura que acabó en fracaso.

Finalizada la Primera Guerra Mundial, volvió a alejarse de esta Europa marcada por el odio y emigró a Somalia, colonia italiana por aquel entonces, donde fundó un asentamiento, Villaggio Duca degli Abruzzi, en el que trató de aplicar técnicas agrícolas modernas.

Con la visión propia del colonialismo paternalista, el Duque intentó mejorar el rendimiento de las tierras y promover la educación y el desarrollo tanto de la población nativa como de los cientos de colonos llegados desde Italia a Villabruzzi, topónimo con el que se acabó conociendo popularmente la población. El algodón y la caña de azúcar fueron los productos estrella de la explotaciones agroindustriales de este asentamiento colonial, que llegó a aglutinar a dieciséis aldeas y que hoy recibe el nombre de Giohar.

Residencia del Duque en Somalia. Imagen: http://www.150storiaditalia.it/it/approfondimento/viaggi-ed-esplorazioni/

 

A su muerte en 1933, Luis Amadeo de Saboya fue enterrado cerca de su colonia, a orillas del río Uebi. Su esposa somalí, Faduma Ali, fue una de las muchas personas que le lloraron.

De este espíritu libre y de su merecida fama de playboy se hizo eco cierto diario navarro, muy tradicionalista, en su edición del 8 de julio de 1929:

Visita estos días nuestra ciudad SAR Luis Amadeo de Saboya, hijo del usurpador Amadeo, y reconocido explorador y aventurero. Se le ha podido ver por las terrazas de distintos establecimientos de nuestra capital, alternando con otros forasteros, como es el caso de los reporters estadounidenses Ernest Hemingway y John Dos Passos. Les acompañan en todo momento bellas señoritas, extranjeras en su mayoría, cuya conducta licenciosa nada tiene que ver con el comportamiento virtuoso de la mujer navarra, que jamás se dejará dominar por la influencia de los vapores etílicos y las danzas pecaminosas que estos supuestos intelectuales quieren imponer en nuestra gallarda tierra.


Apocalipsis SF 1

Decía mi colega sanferman la semana pasada en este mismo blog que no quería ser apocalíptico.

Qué va, ni un poquico…

Como quiera que aún faltan unos días para dilucidar estas discrepancias donde hay que hacerlo, alrededor de mesa y mantel, aprovecho estas líneas para echar leña al fuego y seguir con el debate.

Afirmaba sanferman que cinco son los pilares de nuestra fiesta, a saber, la religión, el comercio, el toro, el folklore y la indumentaria. Sin negar la importancia de estos elementos, creo que mi querido colega olvida el auténtico pilar, el único, diría yo, que no es otro que el alcohol. Sin este, nada de lo demás tiene sentido.

Aún así, sanfer exponía con su habitual rotundidad que esos cinco pilares están en peligro.

Afirmaba sin rubor que hay ateos que creen en la existencia de San Fermín (sic) y yo le rebato que son más los católicos que no van a misa y más aún los que no entienden a aquellas personas que se empeñan en exigir a un alcalde que vaya a misa. Conviene recordar que nos encontramos ya en un siglo XXI bastante avanzadito.

Respecto a lo comercial, tal vez no se vendan ya demasiados caballos (de todos modos esta ha sido siempre una actividad celebrada en el extrarradio) pero no hay duda de la importancia que tiene la vertiente comercial; así, Pamplona ha desarrollado y potenciado una industria hostelera, sacrificando a un barrio y a su población en beneficio de un lobby poco preocupado por los efectos perniciosos que crean en el ser humano, no solo durante San Fermín, sino sobre todo el resto del año. Si en vez de ocupar y contaminar calles y oídos contaminaran ríos, ya habrían sido desterrados al extrarradio hace años, haciendo compañía a los caballos, curiosamente.

Que lo taurino atrae menos a la juventud es discutible. Hay que ver si la ha atraído en el pasado. Lo que sí salta a la vista es que resulta menos habitual el veinteañero que se saca el abono completo para la Feria del Toro. Con dos o tres días les basta. Y es esta actitud del con dos o tres días suficiente la que sí que está minando el espíritu pamplonés de la fiesta. El nativo está abdicando de los sanfermines. Disfruta de dos o tres días y luego huye, abandonando la ciudad a lo peorcito del hooliganismo peninsular y continental. Pero este es otro tema…

Tampoco creo que el folklore ande en peligro. San Fermín es una fiesta eminentemente floklórica y si ha alcanzado cierta fama internacional ha sido gracias a su pintoresquismo. Y la gente sigue viniendo y a los aborígenes nos siguen gustando jotas, txistus, dantzas, gigantes o encierros.

Y respecto a la indumentaria, es evidente que ese blanco tan bonito sigue triunfando. Hasta los adalides del mal gusto y los colorines horteras se visten de nuevo de blanco en cuanto el último periodista y la última cámara abandonan la Estafeta a las 8:45.

Así pues, pocos motivos veo yo para el alarmismo, y menos para ver oscuras conspiraciones que quieran acabar con nuestras esencias, si es que puede calificarse de esencia cocerse durante nueve días seguidos.

Sobre lo que no me cabe duda es sobre un hecho natural. Vamos envejeciendo, cada vez nos quedan menos sanfermines por disfrutar y nuestra perspectiva cambia. Tal vez no sea la fiesta la que esté cambiando, tal vez sean nuestros cuerpos y nuestras mentes las que varían con el tiempo.

Pero qué queréis que os diga.

Yo cada vez me lo paso mejor.

Sobre todo si tengo a sanferman cerca.

 

 

PD.- Ya que se menciona un libro blanco de los sanfermines, por favor, que sea blanco y rojo.

 

 


Prix Hemingway 2017

Hace unos días, nuestra compañera Txupiruña nos hablaba de literatura sanferminera con motivo de la exposición sobre Hemingway que podemos disfrutar en la plaza del Castillo.

Curiosamente, el Prix Hemingway, el premio de literatura taurina más prestigioso del mundo, no se convoca en Pamplona ni en Oak Park. No, su sede es Nîmes, suele fallarse en torno a la feria de Pentecostés y el cuento ganador se lee, antes del paseíllo de una de sus corridas, en aquella arena bimilenaria.

Si tienes interés en participar, aquí tienes las bases del concurso.

Buena suerte y ya, de paso, te deseo que pases unos muy felices días.

Zorionak eta Urte Berri On!

 

 

PREMIO HEMINGWAY 2017

La asociación Les Avocats du Diable les informa que la fecha de participación al Premio Hemingway ha sido fijada para el 31 de enero del 2017.

El premio está dotado con cuatro míl euros (4000 euros) y un abono a la plaza de toros de Nîmes para la temporada del año que sigue el de la entrega del premio, brindados por Simon Casas Production, asociado del Premio Hemingway.

El expediente de candidatura se compone de los siguientes documentos :

– texto del relato corto con un máximo de 22 500 carácteres cada una (presentados en archivo Word)
– biografía y bibliografía (archivo Word)
– fotografía del autor (archivo jpeg)

Dicho conjunto de documentos tendrá que ser remitido por e-mail a :

prixhemingway@lesavocatsdudiable.com

Creado en 2004 por la asociación Les Avocats du Diable, conforme con un proyecto ideado por Marion Mazauric y Simon Casas, el Premio Hemingway galardona, cada año, un relato corto inédito, ambientado en el universo o la cultura de la tauromaquia, de un escritor francés o extranjero que haya publicado de antemano en cualquier soporte (libro, revistas, periódicos, web).

El Premio Hemingway no es un concurso de aficionados. No se les pide a los participantes estar en pro o contra de la tauromaquia, sino hacer obra de literatura a partir de dicho universo, en su más amplio sentido.

Los textos serán leídos por el jurado en francés, español o inglés. Corresponde al autor que escriba en otro idioma traducir y presentar su relato en uno de estos tres idiomas.

Una antología compuesta por el relato ganador y una selección de los mejores relatos competidores será publicada por la editorial Au Diable Vauvert, asociada de Les Avocats du Diable y del Premio Hemingway.

El jurado, presidido por Laure Adler, está compuesto por 9 miembros:  Michel Cardoze, Carole Chrétiennot, Marianne Lamour, Pierre Leroy, Claude Sérillon, Marion Mazauric, Eddie Pons, Adrien Girard (escritor ganador del Premio 2016) y Simon Casas.

El premio será entregado durante la feria de Pentecostés del 2017 de Nîmes.

La fecha de participación al Premio Hemingway ha sido fijada para el 31 de enero del 2017.

Suerte para todos…

Jacques-Olivier Liby

http://lesavocatsdudiable.tumblr.com

Les Avocats du Diable
Résidence d’écriture – Animations en Région – Prix Littéraires
La Laune 30600 Vauvert
France
Tél. : (+33) 4 66 73 16 52
Fax : (+33) 4 66 73 16 57
prixhemingway@lesavocatsdudiable.com

El Reglamento del Premio Hemingway está depositado en la SCP Rougé & Blondeau, huissiers de justice à Nîmes – Immeuble AXIOME, 150 rue Louis Landi – 30900 Nîmes – France.

LES AVOCATS DU DIABLE
Résidence d’écriture — Animations en Région —
Prix Littéraires
La Laune – 30600 Vauvert
Tel. : 04 66 73 16 52 – Fax : 04 66 73 16 57
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Literatura sanferminera 2

hemingway-y-lit-sanferminera

En la plaza del Castillo se inauguró el viernes una exposición (a propósito, para todo el que le interese verla, estará instalada allí hasta el 8 de enero) para homenajear a Hemingway y, más concretamente que hace 90 años que se publicó su novela Fiesta. Fue el 22 de octubre de 1926 y Fiesta se tituló entonces The sun also rises.

Hay mucho que hablar sobre Hemingway. La mayoría bastante poco original, a estas alturas, así que no voy a gastar tinta. Solo decir que todo el mundo sabe que los escritores son seres de mal vivir y el autor de Fiesta era un escritor soberbio. Pero, dicho esto hay que señalar que, últimamente, en Navarra los escritores crecemos como setas y, además, publicamos como una especie de plaga. Era cuestión de tiempo que alguien se fijara que la Literatura Sanferminera  empieza a ser ya una categoría con mucho peso.

Porque en esta temática es una evidencia que Hemingway es dios. Pero hay muchas otras novelas que merecen una mención.

Recuerdo, perfectamente cuando leí Un extraño lugar para morir, de Alejandro Pedregosa. Y me quedé impresionada al ver que un gaditano había podido expresar con tanto acierto la idiosincrasia pamplonesa.

También os recomiendo El asesinato de caravinagre, de Miguel Izu. Plaza del Castillo, de Rafael García Serrano (que tengo que reconocer que no he leído, pero el viernes me hablaron tan bien de ella que ya la he encargado) pero me han contado que podría considerarse la novela de las vísperas. El amor y el odio, el dolor y la alegría de aquellos que se lanzaron a sus últimos sanfermines. Los Cuentos Sanfermineros de Patxi Irurzun, que son maravillosos, iconoclastas, rompedores y, a la vez, muy muy tiernos. Y también varios libros ingleses e incluso uno noruego del que no apunté el nombre cuando me lo nombraron porque no tenía la libreta a mano (controlo perfectamente el noruego; o el bokmal, que es la forma de escribir que se les enseña a los extranjeros que quieren aprender noruego… Una nota de culturilla general que seguro te va a interesar). Hay también muchos libros sobre las peñas, los toros, el encierro… pero eso no lo consideraremos literatura sanferminera porque no es ficción. También existen algunos libros en los que sale San Fermín. En primer lugar, por méritos propios El barrio maldito, de Félix de Urabayen. El choque entre la cultura rural y la urbana en Navarra en una sociedad en pleno cambio de era. Además, si en Fiesta vemos como Hemingway retrata los sanfermines con la mirada del visitante, Urabayen plasma desde dentro su fascinación por los de casa.

También, por barrer para casa nombraré que hay interesantes notas sanfermineras en Orán ya no te quiere de Carlos Erice y en El próximo funeral será el tuyo, de Estela Chocarro. Y en muchas otras, pero estas dos me saltan sin tener que ponerme a pensar porque son dos estupendas novelas de las que he disfrutado inmensamente.

Conclusión: la literatura sanferminera tiene mucho futuro y hay muchas cosas que se aprenden en una noche en Pamplona, en una peña, hablando de la vida, de San Fermín y, también de literatura.

Porque la literatura puede encontrar en cualquier lugar y a cualquier hora.

Espero que os pase lo mismo y que cuando leáis esto, sea la hora que sea y estéis donde estéis, corráis a una librería a comprar todos esos maravillosos libros sanfermineros que os acabo de recomendar.

Porque todos necesitamos nuestros cinco minutos de San Fermín al día. O nuestras trescientas páginas, lo que mejor nos venga en cada momento.