Leyendas


Primera Guerra Mundial: la Batalla de San Fermín 3

Como sabéis, Europa anda este año conmemorando el centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial.

Mucha gente cree que, como España se mantuvo neutral, el conflicto no llegó a Pamplona.

Pero esto no es cierto.

Según afirma el historiador alemán Friedrich Steinbach (bisnieto del famoso filósofo austrohúngaro Karl Uwe Steinbach) en su monumental obra Deutsche Kamerun, el nueve de julio de 1918 se libró en Pamplona la denominada Batalla de San Fermín.

Policías alemanes en Duala festejan el cumpleaños del káiser (1901)

Policías alemanes en Duala festejan el cumpleaños del káiser (1901)

A comienzos de la Gran Guerra, Camerún era una colonia perteneciente al Imperio Alemán. En 1914, tropas británicas, francesas y belgas, provenientes de Nigeria, Chad y el Congo belga respectivamente, atacaron el territorio. La campaña de Camerún, defendido por unos mil soldados alemanes y tres mil nativos, se prolongó hasta comienzos de 1916. Huyendo de los aliados, muchos soldados y colonos alemanes, así como sus familias, buscaron refugio en la vecina y neutral Guinea Española.

camerun

Este contingente humano fue evacuado a la Península Ibérica y repartido en diversas ciudades, Alcalá de Henares, Valladolid, Zaragoza y… Pamplona.

247 soldados alemanes, colonos y familiares fueron confinados en la Ciudadela. Paulatinamente, fueron integrándose en la ciudad y se aficionaron, entre otras cosas, a disfrutar de baños veraniegos en el Arga, en una zona que conocemos hoy día, precisamente, como Alemanes.

Pues bien, aquel nueve de julio de 1918, al menos dos docenas de estos refugiados alemanes, tras embriagarse en una tarde noche sanferminera por las calles de San Nicolás y San Gregorio, y ya camino de la Ciudadela, comenzaron a increpar a la reina Victoria Eugenia, esposa del rey Alfonso XIII y prima del rey de Inglaterra, Jorge V (curiosamente, prima también del káiser alemán y del zar de Rusia).

Al llegar a la zona del descampado de Padre Moret, donde hoy se alza el Palacio de Congresos y Auditorio Baluarte, algunos soldados de guardia en el Gobierno Militar respondieron a las provocaciones y las navajas salieron a relucir.

Seis heridos por arma blanca y veinticuatro contusionados de diversa consideración.

Ese fue el balance de la Batalla de San Fermín, en la Primera Guerra Mundial.

 

Pasarela de Alemanes sobre el río Arga

Pasarela de Alemanes sobre el río Arga

FRAGMENTO DE DESPACHO RECOGIDO EN EL PERIODICO » EL DIARIO ESPAÑOL » DEL LUNES 8 DE MAYO DE 1916:

» Los alemanes del Camerón. En Pamplona. A las siete de la mañana llegó un tren especial con unos 250 alemanes internados. Fueron recibidos por el obispo y varios comisionados. La multitud invadió los andenes, ocupando luego todo el trayecto de la ciudad por donde habían de pasar los internados, a los que se les tributó un recibimiento cariñoso, siendo saludados con aplausos y vítores. los soldados y clases alemanes han sido instalados en el pabellón de la ciudadela. «

 


R. 4

 

Mi buen amigo R. es un mozopeña de manual. 10 pantalones y 10 camisas adornan su armario los 4 de Julio de cada año. Ya entrado en los cuarenta palos y peinando canas, R. saluda las tardes sanfermineras en el Tendido 7 desde hace más de 20 años, siendo cicerone de muchos jovenzuelos y jovenzuelas que por primera vez pisan el hormigón pamplonés. Vecino del Casco Viejo, pasa en casa el mínimo tiempo necesario. Dormir muy poco, fol… y ducharse. Además durante el año participa activamente en la peña de la que presume ser socio.

Como ya sabéis, es habitual que los socios de peña que disfrutan de abono en la solanera, cumplan luego con labores dentro de la peña, como hacer turno de barra o llevar los palos de la pancarta. Y como descubrió Murphy en su ley, cuanto mayores son las obligaciones sanfermineras, mayor suele ser la cantidad de alcohol en sangre en las horas previas.

Pues bien, el día que a R. le tocaba llevar los palos de la peña, se le fue la mano de tal manera que al final de la corrida había dudas entre los allí presentes de que R. pudiera sujetar siquiera un palillo. Él, ajeno a la intención de sus amigos de buscarle un sustituto, pidió los trastos como torero que se pone a puerta gayola, y con mucho esfuerzo y altas dosis de suerte dio con sus pies en el albero dispuesto  a bailar la pancarta. Cuando la txaranga empezó a sonar y ante la sorpresa de muchos R., apoyando el palo en el cinturón empezó a bailar junto a su compañero como si un dantzari del Duguna se tratara. Llegados ilesos al primer bar del recorrido, los amigos de R. se relajan al ver que la ruta es cómoda,  y comparten cubata con R. Pero cuando van a seguir con el recorrido, el jefe de día informa de que hay que pasar por el Muthiko ya que han sido invitados a bailar la pancarta en el balcón de la Estafeta y tiene que ir pronto porque hay concierto y ya tienen la batería, los bafles y todo en tinglado preparado. Poco antes de llegar a las puertas del Muthiko, los amigos de R. deciden que será mejor que sea otro el que suba la pancarta al primer piso ya que lo empinado de las escaleras, la estrechez, los instrumentos que estaban montados para el concierto y el estado de R. no aconsejaban que fuera él quien lo hiciera. Sin embargo, antes de que decidieran quien le sustituiría, vieron a R. subiendo la pancarta con los brazos en alto. Lo siguiente fue un estruendo de bombos y platillos. Cuando uno de los amigos llegó arriba vió a R. tirado sobre la batería. En cada esfuerzo cada hacía R. por levantarse se lleva por delante un tambor, un platillo o un amplificador. Desde abajo todo parecía normal ya que la pancarta salió al balcón y la txaranga tocó. La cara de algún socio del Muthiko era un poema y los amigos consiguieron llevarse a R. antes de que lo tiraran balcón abajo. Entre ciertos miembros de la peña de R. existía el temor de que el Muthiko tomara represalias a modo de broma pesada, cosa que no se produjo finalmente. En el almuerzo de la mañana siguiente nos hacía creer que no recordaba nada. Más vale que los buenos amigos estamos para recordar estas cosicas.

Sirva esta historia como moraleja: Si quieres que tus obligaciones no salgan mal, no debas antes como un animal.

 

P.D: Un placer estar de vuelta.


Midnighters 4

Hace poco escribía sanferman sobre la sanferminidad, y explicaba que la faja roja 10º DAN era lo máximo que se podía conseguir. Lo que él no contó es que dentro de esa máxima distinción, existe un grupo aún superior. Personas a las que los años y la experiencia han llevado a otro nivel. Se mimetizan y camuflan entre nosotros. Viendo su apariencia nadie diría que son los elegidos. Ellos son, Los Midnighters sanfermineros.

El nombre lo toman del famoso personaje de cómic de Warren Ellis. Al personaje se le dieron habilidades para dominar la lucha cuerpo a cuerpo y las situaciones tácticas. Sus músculos fueron alterados para darle una fuerza sobrehumana y proporcionarle reacciones más rápidas que las del ojo humano. Los implantes de su cuerpo le permiten enfrentarse a las condiciones más extremas. Además se le preparó para que fuera inmune a dolores sobrehumanos, dándosele una brutal capacidad de curación y regeneración. Pero de todas sus facultades destaca la capacidad para calcular las múltiples opciones de batalla. Sus implantes incluyen una computadora capaz de analizar cualquier situación de peligro y prever el movimiento de sus enemigos adelantándose a ellos y contrarrestándolos. Todas estas habilidades las tienen los Midnighters sanfermineros, pero en vez de aplicarlas a la batalla, las aplican en los tendidos de la Plaza de Toros de Pamplona.

Imagino que todos estaréis pensando ahora en qué amigo o conocido podría ser un midnighter sanferminero. Os daré alguna pauta que os podrá ayudar a identificarles.

Dada su capacidad para el cuerpo a cuerpo soltará disimulados codazos a todo aquel que ose cruzar aunque sea un milímetro la raya divisoria de su localidad o atacará ferozmente a los que quieran aprovechar que la solanera está alborotada para ubicarse donde no deben. Ya os he comentado que su capacidad muscular ha sido alterada, así que si veis entrar a un tío con tres cubos de sangría, la cazuela de magras, cuatro barras de pan, seis almohadillas en la boca y sujetando los palos de la peña, ya sabéis, midnighter sanferminero. El hecho de estar preparados para aguantar situaciones extremas hace que no sea extraño verlos adornando la indumentaria habitual con una bata, una toalla, una bata de cirujano, gorro de waterpolista, gorro mexicano y medias de rugby. Otra manera de identificarlos es que no faltan a los toros ni un solo día. Son capaces de desactivar sus sensores del dolor y no sufrir frente a las migrañas resaqueras, las rayadas estomacales o los sudores fríos. Son inmunes al dolor. Esto le permite comer y beber brebajes y mejunjes que al común de los mortales provocarían la peor de las pirrileras. Por cierto, ¿cuantas veces habéis visto a una “persona” resbalarse bajando las escaleras del tendido y tras tremenda hostia, levantarse entre risas? Efectivamente amigos, midnighter sanfermiero. Otro aspecto que los identifica es que salen de la Plaza igual de blancos que el entrar. Esto es debido a que su computadora les permite ver venir el peligro y anticiparse a él. ¿O pensáis que es casualidad que justo cuando se agacha cae un melocotón en el jerolo del que está delante? ¿O que a los 10 segundos de irse le canten el cumpleaños feliz al que tiene sentado junto a él? ¿O pensáis que es casualidad que justo cuando cae un cubo lleno de sangría en su localidad él ha cambiado su sitio con un amigo para poder hablar con una moceta? ¿Casualidad? No amigos, midnighter sanferminero.

Hay una cosa importante que debéis saber. Los  midnighters sanfermineros pueden ver neutralizados sus poderes, aunque no seré yo el que os diga cómo.


Sebas 5

Sebas L.G. era un chaval movido y bastante travieso (a eso hoy se le llama hiperactivo). Vivía con sus padres y hermanos en la Plaza del Castillo. Estaba involucrado en todo lo que pasaba por lo viejo y fue voz dulce de la Escolanía. Lo cierto es que pasaba más tiempo entre tejados y estancias escondidas de la Catedral, que cantando en la Escolanía. Más de una reprimenda se llevó por estar donde no debía y coger lo que no le pertenecía. Una vez llegado a la adolescencia, empezó a jugar en el C.A. Osasuna y luegoen el Pamplona. Tenía maneras y era habilidoso, pero lo que más le interesaba al bueno de Sebas eran los almuerzos post-partido. Su espíritu libre y su afición al mol y a la calle se convertirían en quebraderos de cabeza continuos para su buena madre. Si a esto unimos su amor por los sanfermines, ya podéis imaginar la de tropelías que fue capaz de hacer.

La siguiente historia me la contó hace un par de años escuchando algo parecido que debió pasar en el Muthiko. Aunque en aquella época (hace 50 años) los controles parentales no eran como los de ahora, la chavalería tenía una hora límite de llegada a casa. Sebas y un colega salieron de los toros acompañando a la txaranga de la Alegría. Después se acercaron al Vicente a ver si se sacaban algo de pasta ganando al mus al hermano del colega. Como de costumbre, se fueron cenados y con el dinero en el bolsillo. Este extra les permitió alargar la noche más de lo permitido y también parte de la mañana. Un amigo de su padre les invito a comer y los mandó para casa.

S.L.G. intuía que su madre no estaría de buen humor así que procuraría entrar en casa con el mayor sigilo posible y rezar para que su santa madre no se diera cuenta. Abrió la puerta e intuyó la sombra de su madre en la cocina. Rápidamente Sebas entró en el salón y salió a uno de los tres balcones que daban a fachada. Allí se le ocurrió ir pasando de balcón en balcón hasta el cuarto de sus hermanas y allí esconderse y pasarse al suyo. Pero la maniobra que empezó, no solo no era fácil si no que también tenía cierto riesgo. Esto es lo que debieron pensar varios mozos de La Jarana que pasaban por allí camino a los toros. Perplejos por la situación empezaron a gritar al mozo para que no se moviera y pusieron la pancarta debajo por si en un mal paso Sebas caía, mientras otros dos corrían escaleras arriba para avisar a los padres de la situación. Cuando llegaron, la madre les abrió la puerta y estos le explicaron que un chico estaba colgado de los balcones. Al ir a mirar no lo encontraron. Los de abajo les hicieron gestos de que se había metido para dentro. La madre corrió a la habitación de Sebas y se lo encontró dulcemente «dormido».

El  habitual buen carácter Clara se transformó en ira y quitándose la alpargata de  Zapatería Moreno le corrió a alpargatazos por la casa mientras el bueno de Sebas huía al grito de: » Que yo no he sido!!! Que estaba durmiendo!!!!


Dinámica – Dinamika 4

Nace un nuevo año. Lo hace con resaca. Siesta. Con las sobras navideñas vamos a la peña. Comienzan las cenas de escalera. Uno de enero. Mojón. Nuevo calendario de blogsanfermín. Empieza la gira de carnaval. Ya podemos decir que este año hay San Fermín.

Dos de febrero. Cena de escalera. San Blas. Santa Águeda. ¿Cena de blogueros de blogsanfermin? Sidrería de la peña. Fiesta de la cerveza en varias peñas. La eterna pregunta. ¿Darán kalimotxo también? Sigue la gira de carnaval. Crisis en el “brainstorming” de la comisión del programa oficial sanferminero. Con la muerte de Manolo Escobar ya no saben cómo innovar. Dudas. ¿Rafael o Camilo Sesto?

Tres de Marzo. Cena de escalera. Gazte Eguna de las peñas. ¿Nos dejarán ir? Cross del Muthiko. Hidratación. ¿Otro embarazo en la cuadrilla? ¡Joder, nos vamos a quedar cuatro en San Fermín! Presentación del libro de las peñas.

— ¿Seguro?

— Sí. ¡Por fin!

Se convoca la mesa sobre los sanfermines. Mucho espectáculo mediático y poca aportación. Se convoca la mesa del encierro. Mucho espectáculo mediático y poca aportación.

Cuatro de abril. Cena de escalera. Sonido de txalaparta en Jarauta. Euskal astea de la peña Alegria. Suena perreo por la calle San Francisco. Gazte Eguna de la peña Anaitasuna. Otra vez gaupasa. Fin de semana sabático. ¡Ah no! Que me han liao a última hora. Charangas en Navarrería. Salen los ocho elegidos para el cartel de San Fermín. Aparecen los expertos de arte en las tertulias de los bares. Fiestas de la Chantrea. Comienza la operación bikini-ropa blanca. Desde el próximo lunes ensaladas y gimnasio. O el siguiente.

Cinco de Mayo. Cena de escalera. Charangas y carreras populares organizadas por diferentes peñas. Euskal jaia en el Anaita. Fiestas de Iturrama y Arrosadia. Alde Zaharreko Eguna. Carta de la peña con las fechas de la barra y recogida de abonos recibida. Se aprieta el calendario. Ya tenemos los carteles de las corridas. Y empiezan a montar la tómbola. ¿Habrá que ir quedando para las meriendas de los toros? Se presenta el programa de Gora Iruñea. El ayuntamiento lo prohíbe. Rueda de prensa. Manifestaciones.

Seis de Junio. Última cena de escalera. Habrá que ir sacando la ropa blanca. Fiestas de diferentes barrios y más carreras populares. Empiezan a poner el vallado del encierro. Concurso de microrrelatos sanfermineros. Polémica. Fiestas de Donibane. Prueba de fuego: dos días seguidos saliendo a buen ritmo para ir probando el cuerpo. Aprobado con buena nota. Lunes duro. Martes también. Día de la peña Anaitasuna. Día de plancha de ropa blanca. Cross nocturno del Anaita. Día de las peñas. Otra vez que no me da tiempo de hacer todo lo que tengo que hacer antes de San Fermín. Llegan las primeras ganaderías. Cross del encierro. Charanga de La Jarana. Iruñean kantuz. Los municipales empiezan a buscar ikurriñas. Vienen los guiris.

—¿Te sobra una entrada para los rejones de mañana?

—Olvídame.

— Al final a la comida del día ocho vienen cinco más.

— Olvídame.

Almuerzo. Chupinazo. San Fermín.