Peñas


Dossier de la Comisión del Encierro de Pamplona 3

Ayer lunes, la Comisión del Encierro de Pamplona – Iruñea de la Federación de Peñas de Pamplona – Iruñeko Peñen Federazioa, en colaboración con el Club Taurino de Pamplona, presentó el siguiente Dossier en la Mesa del Encierro del Ayuntamiento de Pamplona.

En él se recogen unas recomendaciones para los medios de comunicación que retransmiten los encierros, un decálogo de comportamientos prohibidos para quienes participen en los encierros, y nueve propuestas concretas de aplicación directa para evitar que vuelvan a repetirse los comportamientos inadecuados y los momentos de pánico que se han vivido en los últimos años, y que tanta preocupación han generado entre todos los pamploneses.

Veremos en qué quedan todas estas propuestas.


Las luces de la noche 3

Entre que sales de los toros, vas con tu peña y te echas unos potes, este barrio viejo de Pamplona se tiñe de gris. Casi sin darte cuenta, el sol se oculta y, por unos minutos, una tenumbra surrealista envuelve calles y personas, más grises que blancas, sí, mientras las txarangas pueden surgir de cualquier esquina y las farolas y los letreros de bares y tiendas empiezan a encenderse.

A eso de las diez, la luz atávica del toro de fuego recorre la plaza Consistorial, Mercaderes y Chapitela, olor a cohetes y pólvora por todas partes, entre guiris con litrona, críos y crías valientes, vendedores senegaleses y estatuas humanas.

La plaza del Castillo recibe al zezensuzko con esa horrible y al mismo tiempo entrañable iluminación sanferminera y más de dos esperan los fuegos artificiales bocata y katxi en la mano. No suelo acercarme a la Taconera o la Vuelta del Castillo para verlos, no, pero disfruto con su estruendo y sus colores reflejados en las fachadas de los edificios de la plaza de San Francisco, tan cerca de mi peña.

De madrugada, las barracas iluminan el Arga mientras las luces discotequeras de bares y peñas se asoman a sus puertas hasta que, a eso de las seis y media de la mañana, las farolas vayan apagándose y la Estafeta vuelva a pintarse de gris, a los compases de la Pamplonesa y las máquinas barredoras.

noria


HEMENDIK LAU HILABETERA – DE AQUÍ A CUATRO MESES 1

 

De aquí a cuatro meses, sonará el despertador a eso de las 6.50 y en mi interior pensaré:

—No puede ser cierto.

Los pasos que de por el pasillo de casa me indicarán si sigo borracho o no. El resultado tampoco alterará la rutina.

Me vestiré de blanco inmaculado, con el pañuelo y el polo de mi peña y me encaminaré a Santo Domingo. Recordaré coger la entrada de los toros y la txartela de la comida. En la cuesta coincidiré con viejos conocidos alguno de los cuales solo veo de año en año. Aparecerá  alguien de gaupasa. (También podría ser yo). Levantaré el cartel del cántico bilingüe y tras el encierro, pasaremos los minutos hasta el almuerzo tomando “angelitas” (moscatel con sifón), mientras los putos castas compran churros en la Mañueta.

Almorzaré en el Irrintzi y me encaminaré hacia la peña Anaitasuna, que celebrará el día del socio. Habrá un lunch que no probaré y beberé unos kalimotxos para ir entonando el cuerpo. Salida mañanera con la peña y a comer en la piscina. Quizá llegaré a  la foto oficial, o quizás no, y rumbo a la primera de feria con el emotivo momento de entrada y el cántico del himno de las cortes de Navarra.

Primera salida peñera, bailes, más kalimotxos y llegada al Anaita, hogar dulce hogar, donde el perímetro de seguridad nos impedirá alejarnos mucho de allí en varios días salvo para casos excepcionales. La noche se alargará lo que el cuerpo decida. Y lo que quedará todavía…


Empiezan las cenas 1

Aunque está claro que los Sanfermines se celebran del 6 al 14 de Julio, hay un calendario sanferminero que recorre todo el año, travesía del desierto incluida. Según la cercanía de las fiestas, la celebración de eventos va in crescendo. Aunque algunos necesitemos todos los días nuestros 5 minutos de San Fermín al día, y otros sólo disfruten los 9 días de Julio, la mayoría participa también en otros actos.

El punto álgido son las Fiestas de San Fermín, donde participan casi todos los pamploneses en mayor o menor medida. Los meses hasta el Txikito también suelen ser sanfermineros, con visitas a fiestas de pueblos y recuerdos de los sanfermines recién acabados. Tras San Fermin Txikito, la nada. Tres meses sin noticias ni comentarios sanfermineros. La lejanía de las Fiestas hace que esta época del año se conozca como la travesía del desierto. Solo alguna noticia sobre las ganaderías contratadas nos recuerda que en verano celebraremos las fiestas de nuestra ciudad.

Pero es el principio del año el que acaba con la travesía del desierto y nos lleva a las primeras cenas de escalera. La del 1 de Enero, con la resaca de la Nochevieja es un mero trámite. En la del 2 de Febrero el ambiente cambia, y vuelven a la mesa las anécdotas vividas en años anteriores. Se abre el plazo para presentar el cartel anunciador, sale a concurso la consigna de autobuses, y empiezan otro tipo de cenas sanfermineras: Las cenas de la cuadrilla del tendido.

Este finde pasado se han celebrado en al menos dos sociedades y una peña pamplonesas  cenas de cuadrillas del tendido y andanada. La solanera y los Sanfermines crean extraños compañeros de viaje. Somos muchos los que teniendo nuestra cuadrilla habitual, durante los sanfermines nos movemos con otra gente y tenemos nuestra cuadrilla de los toros. Cuadrilla que con el paso de los años nadie recuerda cómo empezó o quienes fueron sus primeros integrantes. Gente con la que durante el año intercambias un par de whatsapps para felicitar las Navidades o el cumpleaños y poco más. Cenas monotemáticas, que se repetirán un par de veces más antes del de 6 Julio. Y empezarán las cenas de la comparsa, y de los que corren en Santo Domingo, y en la Estafeta, de los del blog, de los mulilleros… Y mes a mes irán aumentando progresivamente estas comidas y cenas en sociedades y peñas, hasta llegar sin darnos cuenta a la escalera del 6 de Junio para poder decir: Ya falta menos!!!!


PEÑA GASTRONOMIKOAK 2

A día de hoy todas las peñas de Pamplona-Iruñea tienen su local. A unas les ha costado más que a otras el tenerlo. Hay algunas que incluso hacen doblete en San Fermín, con un local en su barrio y otro en el Casco Viejo. Lugares en donde los socios pueden coincidir en otras fechas que no sean sanfermineras. Estos locales van a más. Diferentes reformas y ampliaciones hacen que sean impresionantes. Siempre que algún bar cierra corre detrás el rumor de que alguna peña está detrás. Los socios pueden disfrutar durante todo el año de buenos precios y grandes comodidades. Pero… ¿son todo ventajas?

No olvidemos que las peñas son asociaciones especialmente sanfermineras y que basan gran parte del año en esos días. ¿Es así para todos sus socios y socias?  Me temo que no. Recuerdo que cuando estuve en la junta de mi peña y tocaba rellenar los huecos de la barra de San Fermín mucha gente se acercaba a decirnos que se iban de vacaciones. Mucha. Cada vez más. Más de una cuarta parte de los socios. ¿Es lógico que más de la cuarta parte de los socios de una peña sanferminera huyan en la época en que las peñas basan la mayor parte de sus actividades?

Las causas de esta fuga masiva pueden ser variadas y más en estos tiempos. Crisis, niños, edad, multitud de eventos y fiestas entre año… Pero me da la impresión de que en los últimos tiempos ha habido mucha gente que ha entrado en ellas más por tener derecho a entrar en una sociedad gastronómica que por sus aficiones sanfermineras.

Socios que cuando se organiza alguna fiesta y no pueden ver tranquilamente el fútbol o hacer su cena con los colegas se enojan o que no entienden por qué tienen que hacer barra en San Fermín, en ver de estar contentos porque su peña se mueva y haga actividades.

También hay que valorar que un local genera unos gastos para lo que son necesarios un número concreto de socios lo que hace que tenga que entrar gente nueva casi cada año. Quizá sea necesaria la presencia de ambos tipos de socio y su convivencia, pero a la larga se puede convertir en un problema. Tampoco es lo de hace unos años que la gente era socia única y exclusivamente por el abono de los toros, pero creo que un punto medio es necesario. Resulta cuando menos curioso que en una peña, cada vez se renueven menos abonos y cada vez más gente se vaya en nuestra fiestas. Ahí dejo la reflexión.