XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín
PLANTAR UN ÁRBOL…
Sagrario Loinaz Huarte
Cuentan que hace tiempo, en el año 2008, durante una cena, 5 amigos hablaban de como disfrutar Los Sanfermines todo el año. Ahí se gestó la idea de crear un blog para hablar todos los días de Los Sanfermines durante 5 minutos.
Fueron más allá e idearon el Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín.
Hoy, 15 años después, el blog y el Certamen de Microrrelatos siguen vigentes.
No cabe duda, Los Sanfermines son algo más que unas fiestas. Es una quedada
mundial, un lugar de encuentro dónde no hay color de piel, ricos ni pobres, no importa el idioma ni la orientación sexual.
Es un punto de reunión de amigos que Pamplona acoge con los brazos abiertos. Un lugar donde todos tienen su espacio. La noche para la juventud, el día para los niños, mayores y no tan mayores disfrutando de los gigantes y cabezudos, barracas, tómbola…
Y es que en Los Sanfermines, Pamplona se viste de gala: blanco y rojo, con fragancia que huele a fiesta. Una fiesta mágica que te cautiva: txupinazo, encierros, cánticos a San Fermín, peñas, verbenas, fuegos artificiales…
“ Plantar un árbol, tener un hijo y ganar el Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín.”
¡YA FALTA MENOS!
NOCHE DE ILUSIÓN
Saioa Echeverria Andueza
Los nervios hicieron que esa noche durmiera mal, intranquilo y agitado. Pero los nervios eran por una buena causa, como los nervios de la noche del Día de Reyes.
En casa ya estaba todo preparado. Pero en esta ocasión no eran los zapatos limpios, el turrón para los Reyes y el agua para los camellos, sino la ropa blanca limpia y el pañuelico planchado.
Y por fin llegó el día.
Todo el año practicando, ensayando y jugando para, por fin, poder gritar: aquí, kili-ki-ki, con el palo no, con la verga sí.
SAN FERMINES 2018
Saioa Andueza Osés
7 de julio 2018, Pamplona. Primera hora de la mañana, primer encierro del año, sensación extraña. Sueño y fatiga, pero no por la fiesta. No. La culpable de mis ojeras es una criaturita que apenas atisba a conocer la vida, con sus recién estrenados días de existencia. Mi hija, mi pequeña. La procesión…, ese año no va a poder ser, los puntos, el cansancio, el gentío….no, imposible. No tengo fuerzas suficientes. Jo, qué rabia. Ni chupinazo. ¡Ni procesión! Iré a ver a mi abuela y vemos juntas al santo, pienso. Buena idea, sí. La bisnieta y bisabuela juntas, noventa años de diferencia, viendo al santo, aunque sea en la tele. Qué bonito. Llamo a mi padre para proponerle ir juntos. Coge, voz preocupada. Mi abuela está mal, ha pasado muy mala noche. Vaya, me visto y voy. Mientras me preparo, y la preparo, de riguroso blanco impoluto y con los pañuelos bordados suenan las campanas, San Fermín sale a la calle. Siento la emoción en el aire, aun en la soledad de casa. Ya estoy lista, llamo de nuevo. Mi padre llora. Un escalofrío me recorre. Mi yaya ha muerto. Qué paradoja. Si estamos en San Fermín. Precisamente, San Fermín.
ME LLAMO «FARANDOLO»
Sally Jane Johnson Hammond
Ayer salí de viaje de Sevilla a Pamplona puesto que mañana 7 de Julio se inicia el encierro de San Fermín. Llevo unos cuantos días sin comer y hoy toca abstenerme de agua también. Estoy viviendo en la oscuridad más absoluta y me espera “el afeitado”. Me viene bien porque así estoy bravo para participar en dicho encierro que discurre por varias calles del casco viejo de Pamplona. Acompañadme en este emocionante recorrido.
Partimos de la Cuesta de Santo Domingo y corremos, a toda velocidad, 280 metros de un total de 849 metros. ¡Ya estoy sudando! ¡Qué calor más asfixiante ¡Llegamos a la hornacina de San Fermín y los corredores le cantan y piden protección. ¡Ya pueden rezar porque mi ganadería, la de Miura, es la 1ª ganadería que más heridos por traumatismo ha dejado hasta ahora! (Bramido)
Estamos llegando al último tramo antes de la Plaza Consistorial. ¡Qué susto! Casi embisto a un corredor y no tiene dónde refugiarse. Corremos hasta el final de la calle Mercaderes donde algún compañero resbala y cae. Seguimos por la calle Estafeta que está llena de bares y “pintxos”. ¡Ay qué hambre tengo!
Por fin entramos en la emblemática Plaza de Toros.
¡Viva San Fermín!
¡Muuuuuu!
NOCHE DE LUNA LLENA
Salvadora Martel Lima
Finalizado el invierno, la primavera ya avanzaba.
Yumey de doce años, había terminado los deberes del colegio para el siguiente día, recogió los libros y colocó todo en la mochila. De inmediato distrajo su atención el gatito, lo cogió y jugó con él hasta que saltó de sus brazos y salió fuera. Ella le siguió y de pronto visualizó una deslumbrante luna llena que se elevaba en el horizonte. Quedó hechizado, ¡le pareció mágica! y se sentó a contemplarla fijamente hasta que la luna le habló. ¿Qué te pasa Yumey? ¡Estás triste!
Mi amigo Kaly me llama tonta, se rie de mí porque soy chica y no me deja jugar con ellos. Con los chicos de la clase se lleva bien pero de mí se ríe, dice que las mujeres somos tontas -expresó llorando.
A partir de mañana no volverá a suceder, vete, duerme tranquila, -le dijo la luna sonriente. A la mañana siguiente, de camino a clase, Kaly se le acercó, le habló risueño y le pidió perdón por haberla tratado tan mal solo por ser una chica. Desde entonces, Yumey vivió con el recuerdo del gran milagro de ese lindo día en el que la luna consiguió que le cambiará su vida.