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Llega la GALA…. ¡ABRACADABRA!

El otro día me pasó. 

Igual también te ha pasado.

Pelos como escarpias. Ganas de llorar.

Acababa de leer el mejor microrrelato de la historia del Certamen. No uno cualquiera. ¡El mejor!

No tenía dudas.

Lo leo otra vez. Más pelos como más escarpias. Más ganas de llorar de emoción.

Es magia.

¡Paren las máquinas! ¡Ya se disparó el txupinazo! No hay que esperar al día 6….

¡Vaya!…

Todos los años me pasa lo mismo…

Todos los años leo el mejor microrrelato de la historia del Certamen. No es nuevo. Es magia.

Qué bien te sientes con estas pequeñas obras de arte.

Y ¡qué grandes los magos que las escriben!

Nosotros nos limitamos a poner la chistera.

Este año hemos puesto la chistera de gala, porque cumplimos XV (quince) años. Más vale que era la chistera de gala porque ha recibido 673 obras. Historias de 673 magos.

Gracias a los magos como tú.

El próximo VIERNES 23 de JUNIO a las 19:00 (hora de Pamplona) y en el PALACIO DEL CONDESTABLE de Pamplona tendrá lugar la GALA de lectura de los 10 relatos finalistas de la XV (decimoquinta) Edición del Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín.

Estaremos encantados de que te acerques para verlo en vivo y en directo, pero si solamente quieres verlo en directo puedes podrás hacerlo desde aquí:

¡Viva San Fermín Gora!


Venta ambulante y prejuicios

Quienes me conocen saben que es difícil sacarme de mi barrio durante las fiestas de San Fermín. Pero, aunque no lo parezca, salgo. A veces. Y, por supuesto, tras salir, hay que volver.

Regresaba pues al Casco Viejo una noche sanferminera de esas de entre semana, en las que no hay demasiada gente, por Príncipe de Viana y calle Gorriti. No serían más de las dos de la mañana cuando observé que un todoterreno de lujo anunciaba con el intermitente su intención de meterse en uno de los parkings privados que acompañan a cada portal de esa calle. El caso es que el vehículo -más tanque que coche, todo hay que decirlo- se detuvo y se apeó su conductor, un tipo que ya hacía tiempo que había dejado la mediana edad y que lucía la ropa blanca con elegancia, dinero y estilo. En el momento en el que yo lo alcanzaba le vi agacharse y sacudir unos bultos que había en la entrada al garaje. Los bultos resultaron ser vendedores ambulantes que estaban durmiendo allí.

Mis prejuicios comenzaron a funcionar y rápido empecé a imaginar al hombre millonetis increpando a esos negros de mierda que le impedían meter el coche en el parking de su casa. A bocinazo limpio. Pues no. A veces te columpias. Y el hombre acomodado lo que hizo fue despertarles y pedirles con inmensa ternura que le dejaran pasar. El prejuicio volvió a funcionar y pensé en mí mismo y en la mala hostia que haría si alguien me despertara a las dos de la mañana. Pero no, los manteros recogieron sus bártulos y no pararon de pedirle perdón al hombre del todoterreno mientras este, a su vez, se deshacía en disculpas por haberles despertado.

Yo seguí mi camino hacia la Estafeta, contento por comprobar que los prejuicios no siempre se cumplen.

Y triste por ver que el sufrimiento de estos hombres es objeto de polémicas políticas y económicas en nuestro ayuntamiento. Creo honestamente que equivocan el foco.

Foto de Maite H. Mateo tomada de navarra.com

 


Desastre

Como agricultores tras pedregada, algunos hosteleros  ya han saltado quejándose de la baja ocupación hotelera y de la caída del número de visitantes durante las pasadas fiestas de San Fermín. No es nada nuevo, ya que se trata de un gremio dado al lamento.

Lo curioso es que, una vez más, piden apoyo público, planes estratégicos y no sé qué cosas más que tendremos que pagar entre todos para que ellos se beneficien. Que reflexionen, primero, sobre sí mismos, sobre los precios que disparatan, sobre la calidad del servicio que ofrecen (acojonante lo que que hay que pagar por una caña en vaso de plástico y un pintxo en plato de cartón) y, sobre todo, sobre la proliferación de aperturas (al menos 40 bares nuevos y 4 hoteles inaugurados en los últimos años solo en el Casco Viejo de Pamplona).

Se quejaba el representante de una asociación de hosteleros de la competencia desleal de comercios que obtienen licencias exprés para venta de bebidas alcohólicas. ¿Y no es competencia desleal que todos los nuevos establecimientos abiertos en lo Viejo en estos años, disfrazados de cafeterías y restaurantes, actúen con horarios, luces, licores y decibelios de discoteca? ¿Eso no es un fraude? Con los locales bien abiertos a la calle y aprovechándose del espacio público, cosa que, por cierto, también hacen el resto del año.

En fin, que más de lo mismo, que en vez de preocuparse por la constante huida del nativo, del vecino, algunos se preocupan más por intentar embaucar a los de fuera.

Que venga menos gente es, para mí, una noticia excelente.

Lo que me apena es que se vayan los de aquí.

Pero bueno, para desastre-desastre, mi pañuelo, que quiso huir de mí el 16 de julio al tender la colada.

Menos mal que Gurgur, comercio sano y preocupado por su vecindario, acudió en mi rescate.


Historia de un secuestro. (VIII).La reunión final.

Sipnosis: Chapete, el Huracán de Bacalar, está secuestrado. Su futuro Suegro, Chapote Clim, mafioso mexicano y padre de su prometida Carlota, ha pagado ya el rescate al Famoso Pimienta. Qué pasará y cómo terminara esta truculenta historia, en las siguientes líneas.

10 de Julio 17:00 PM
32º a la sombra.
Patio de caballos de la Plaza de Toros.
Jaleo

El hormigueo propio de las grandes tardes de toros impregna el ambiente. De repente, los decibelios aumentan por doquier. Un tumulto entra por la puerta. Dentro del enjambre de fotógrafos, hace acto de presencia Chapete, El Huracán de Bacalar. Visiblemente desmejorado y con grandes ojeras, mirada un tanto perdida, se cobijan en el chalet de Mariano, el guarda de la Meca y responsable del coso pamplonés.

Junto a él va su mozo de espadas, su mujer y su cuñado el millonario Pepote Clim. Al cerrar la puerta, el maestro Chapete casi se desmaya al ver al fondo de la estancia, tras un inmenso habano, al Famoso Pimienta, escoltado por tiburón y Papytu. Reunión de alto voltaje.

El silencio de la estancia y su frescura, milagros del aire acondicionado, contrastan con los gritos de fuera. En la mesa que preside la estancia hay una botella de tequila, una caja de habanos, otra de marfil repleta de oro blanco y un millón de dólares en fajos de a cien. Como para encerrarse una temporadita. Es Pepote Clim el que toma las riendas de la conversación. Alcanzando varios fajos de estos, se los tira a Papytu y Tiburón.

-Bueno, con esto ya están ustedes saldados. Aire y no quiero volver a verles. Vayan a comprar un par de entradas. No se que me da que hoy va a ver faena.

La pareja, sin hacer más ruido que la puerta al cerrarse, desaparece. Ya quedan tan solo cuatro. Perfecto para un mus.

-Bueno bueno Chapete, como ves, no te ha salido bien el plan para pelarme pendejo.

Encendiendo el habano con parsimonia, prosigue

-¿O tendría que platicar en plural, Carlotta? Que me intente chingar este menso pase, pero tú, hija mía, con todo lo que te he dado, cómo te atreves.

Con una mirada desafiante, su hija abraza a su prometido:

-Sé que no lo aprobabas padre. Era la única manera de obtener dinero y desaparecer para disfrutar de nuestro amor.

-¿Amor?- las venas de Chapote luchaban por intentar romper la camisa para así llevar sangre a su cabeza, roja de la ira.

El Famoso Pimienta, como leyendo los pensamientos del Patrón, se dirigió a la pareja separándolos a ambos. Con una mano empujó a Carlotta hacia Pepote. Con la otra, lanzó un directo al estómago de Chapete, obligándolo a simular una culebra en el suelo.

-¿Qué te pasa manito? Supongo que serán los nervios propios de antes de la corrida. Debería matarte aquí mismito. Por listo y vicioso. Lo de los videos haciendo el trenecito del amor supongo que fueron cosa tuya.

Otra vez el famoso Pimienta propone un punterazo en la entrepierna de Chapete, que pasa a hacer una perfecta imitación de la alfombra humana.

-Para que veas que soy misericordioso y no te guardo rencor, te voy a dejar que torees hoy con una condición. Si no empiezas la faena a Porta gayola y sin capote, me veré obligado a quemar en ácido a toda tu familia en Bacalar. Mira, que bien salen por el celular.

Chapete alcanza a ver el celular del Famoso Pimienta. En él puede ver a toda su familia amordazada junto a unos barriles de los que sale humo. La visión le provoca un vómito verdoso.

-Vámonos, no quiero ver mas a este manito.

Los tres se fueron de la estancia, dejándolo al maestro sumido en el más profundo de los abismos .Se quería morir. Su plan había ido demasiado lejos y no había marcha atrás.

Media hora mas tarde, en los medios y ante una atronadora ovación de la gente. Chapete, El Huracán de Bacalar brindaba con una emoción que llegó a los tendidos. Su cara hierática, blanca y ojerosa recordaba a la de Manolete. Dirigiéndose a barrera, lanzó la montera a su prometida. Ésta no hacía más que llorar. A su lado, Chapote Clim y el famoso Pimienta se prodigaban entre aplausos y sonrisas dignas del gato de Chesire.

-Para ti Carlotta, siempre te he querido y jamás te olvidaré.

Con andar torero, despacito, con liturgia se fue hasta la puerta de toriles. Encima de ella, un cartel rezaba: Listón, 648 Kg., Miura.

Con furia y ante el asombro de los espectadores, tiró la muleta bien lejos, quedándose tan solo con la espada. Mirando al cielo, se santiguó y dando la orden al monosabio para que abriera la puerta de los sustos, se puso como si fuera a entrar a matar.

Y así era. El griterío en la plaza al salir el toro estuvo lleno de histeria y horror. El choque era inminente. Nadie se lo creía. Fue como ver un mirlo blanco, escribieron los noticiarios de aquel día.

THE END


Historia de un secuestro.(VI) El Famoso Pimienta.

Sinopsis: Chapete, el Huracán de Bacalar, está secuestrado. Su futuro Suegro, Pepote Clim, mafioso mexicano y padre de su prometida Carlota, inicia una búsqueda en medio de los Sanfermines. Tras contratar al famoso Papytu, empieza la búsqueda, acompañado del temible Tiburón, lugarteniente de Pepote. De repente, el Famoso Pimienta aparece

9 de Julio 09:25 AM
Hotel Sancho Ramirez.
Suite 701.

Una rosca de churros de la Mañueta preside la mesa. El olor es inconfundible.

Es un momento peculiar, ya que han visto la enésima repetición del encierro. Esa que no pillan a nadie.

En esta mesa, peculiar, sí.

En un lado, Pepote Slim y Carlotta. Serios.

En el otro lado, amordazados, Papytu y Tiburón. Los han cazado como conejos. Vaya par de inútiles, piensa Don Pepote Slim.

Acompañando a los churros, hay cositas varias. Tequila, habanos, y una caja de marfil llena de esperanza blanca, muy valorada por alguno de los presentes.

El humo del Cohíba se hace anunciar antes que su presencia. Silencio en la estancia. Es el Famoso Pimienta. Además, no está para bromas.

-Sé dónde está Chapete,- inhalada de humo- También sé lo que está haciendo.

Murmullo en la suite. Algún vaso quebrado. Es el de Pepote. Nervioso.

Humo, más humo, quitando el peso de la vida.

-Mi hija, vete a tu cuarto.

Carlotta, solícita, se levanta. Su rostro ha perdido el esplendor con el que vino a Pamplona, deviniendo en unos ojos acuosos subrayados por unas tremendas ojeras. Esto es lo que le rompe el corazón al mafioso mexicano y hace asomar el colmillo al Famoso Pimienta.

Después de la ausencia, la verdad. Si se puede decir así. Es su verdad .La del Famoso Pimienta.

Les muestra el nuevo video. Es un trenecito de gentes de todo pelaje en pelotas. En el medio el huracán de Bacalar, con un antifaz en los ojos para no ver nada. El tercer ojo sí que ve. Da y recibe. Hay alguno que hace de locomotora y hace Chuuuuuu Chuuuuu. Cuando menos peculiar.

-Un millón de dólares., dos botellas de tequila Don Julio blanco y una Caja de Cohíbas número siete .Ese es el precio de su yerno.

La apuesta irrumpe en la suite como un trueno. Estalla.

-No me chinges Pimienta…de esta se acuerda toda su familia.

-No me sea desagradecido Pepote. Si quiere tener a su hija contenta no tiene más que acomodarse. Además, que es para usted un kilo…pura propina.

Un carraspeo como respuesta.

-Y como lo hacemos.

El Famoso Pimienta muestra una sonrisa, aunque quizás tan solo fuera una mueca. Ya los tiene donde quería. No ha sido tan difícil. Cuatro billetes a los Petas, una vigilancia soterrada a Tiburón y Papytu .Lo que se dice coser y cantar.

-Mañana, cuando los Gigantes hagan su salida por el casco viejo. Ya les avisaré dentro del cual se producirá la entrega. Sí, he dicho dentro, donde van los porteadores. Allá donde estén. Por cierto, tengo entendido que a la tarde le toca torear al Huracán, de Bacalar. Si no siguen mis indicaciones, será tan solo brisa…

Pepote Slim no aguanta más e intenta alcanzar la pistola oculta debajo de la mesa.

-No hace falta las armas papito .El famoso Pimienta no las admite.

Una risa, ahora sí, resuena en la suite 701.

(Continuará)