Siguiendo con nuestras semanas temáticas, en la actual vamos a tratar sobre aquellos accidentes que tienen lugar en nuestra ciudad durante las fiestas de San Fermín que, aun pudiendo catalogarlos como estúpidos, son tan trágicos como cualquier otro.
Este año no han faltado a su cita, siendo el más grave el fallecimiento de un ciudadano irlandés al caer por nuestras murallas. Yo, la verdad, es que sigo sin entender cómo puede seguir sucediendo esto. Las zonas peligrosas se vallan, el personal de Seguridad Ciudadana advierte una y otra vez del riesgo, y la gente sigue partiéndose la crisma. Algo falla, y no sé qué es. Y todavía recuerdo esa extraña historia, no aclarada, de aquella pareja que cayó desde la muralla y cuyos cadáveres aparecieron en el río.
Hay otros puntos negros-tontos. Partirse la columna tirándose de la Fuente de Navarrería es muy triste, pero es de imbéciles. O los que se abren la cabeza porque trepan por una cañería, buscando un buen sitio para ver el encierro, y la cañería cede, partiéndose ambas, crisma y cañería.
Supongo que todo esto tiene mucho que ver con el rollito de Pamplona-ciudad-sin-ley.
Y, de repente, reflexiono y pienso que no hay nada más absurdo que pegarte 15 días en el hospital con una cornada en el ano.
Todo encaja.
Y a saber dónde habría metido el cuerno el toro antes de perforar el citado ano.
Accidentes tontos todos los años en una actividad que los navarros no dominamos y suele provocar ,con alcohol o sin el ,desagradables accidentes aunque, que se sepa ,nunca ha provocado victimas mortales:EL BAILE.Este año un gudari de la cuadrilla el dia 10 esguince y adios fiestas.El año que viene no sera tan temerario.
Por eso es aconsejable dejar de hacer prácticas de riesgo un par de semanas antes de fiestas. Todavía recuerdo cómo un 5 de julio tonto, sin otro pito que tocar, se nos ocurrió subir el Txurregi para ver Pamplona desde arriba y hacer un poco el cabra loca. No pasó nada, pero qué inconscientes fuimos.
Habrá que catalogar el baile como actividad de riesgo. Anda que joderse las fiestas moviendo el esqueleto…¡ya es mala suerte!