Acerca del noble arte de la sangría en los toros (I) 4


En muchas cuadrillas, se suele repartir entre el personal la elaboración de la merienda y la sangría. Por lo tanto, ya sabes que un día tienes que hacer equilibrios y montártelo como puedas para llegar con el género a la plaza de la mejor manera posible.
Una cosa tan aparentemente sencilla como la preparación y posterior transporte de la sangría, también requiere de una cierta dosis de pericia.
A saber: lo primero es feriarse un pozal. Antes más, se solía tener algún cubo o nevera elegante y sólida, que se reciclaba a diario; sin embargo, últimamente se ha puesto de moda el comprar uno de esos cubos cutres y baratos del todo a 100.
Este tipo de cubos baratos tiene la ventaja de que después de la corrida lo puedes despachar de una coz al contenedor de basura más cercano y no tienes que cargar con él toda la santa noche. Sin embargo tiene otras pegas como ya veremos después.
Bien pues, ya tenemos un cubo barato y birrioso. El siguiente paso es rellenarlo de agua de fuego, lo cual en fiestas es bastante sencillo: pillas vino, frutas varias, algo de limonada y algún licor de esos que tienes en casa al fondo del mueble bar y no sabes como darle salida. Todos estos ingredientes los mezclas como primero se te ocurra (procurando que el caldo resultante sea de color rojizo) y luego añades azúcar hasta que el sabor se vuelva algo menos repulsivo.
Finalmente echas bien de hielo (a ser posible dentro una bolsa, botella de plástico o similar, para evitar que cuando se deshaga nos convierta la sangría en aguachirri) y para rematar un buen puñado de vasos de plástico.
El siguiente paso es transportar ese rico néctar a la plaza, pero eso lo dejo para la semana próxima…


4 ideas sobre “Acerca del noble arte de la sangría en los toros (I)

  • Flanagan

    Mi solidaridad con Charles; por su comentario deduzco que tiene algún episodio traumático todavía sin superar… Ánimo.
    Por otro lado, estoy plenamente de acuerdo con todo lo que dice Joseba en su artículo, pero con lo que más de acuerdo estoy es sin duda con el hecho de que haya incluido la palabra «veneno» entre las etiquetas.
    Qué certero.

  • Bacardi

    Una buena sangría debe manchar sobremanera la ropa y con el tiempo entre toro y toro el color rojizo del noble vino debe tornarse en color violaceo (más vale que no se vé el color de nuestro estómago).

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