Algunas chicas doblan las piernas cuando hablan 1


Hoy, que todo el mundo andará de puente y no entrará al blog, aprovecho para hablar de cine. Y es que con tanto Tom Cruise y tanta Cameron Diaz y tantas persecuciones en moto y tantos toros fugitivos, se ha vuelto a poner de moda el cine sanferminero, asunto al que ya dedicamos algún post en este blog.

Pues bien, esta película de título tan sugerente, Algunas chicas doblan las piernas cuando hablan (2001), de la realizadora de Tudela Ana Díez, pertenece en cierto modo a esta misma categoría cinematográfica, de la que forman parte desde las hollywoodienses Fiesta, Cowboys de ciudad  o Carnaval de ladrones a las nacionales como La trastienda. Pero ésta, al menos, la vemos con ojos más próximos.

Ambientada en la Pamplona de los años 90 nos habla de amor, amistad y relaciones familiares. A buena parte de nuestra audiencia le resultarán familiares a su vez distintos rincones de nuestra ciudad como la avenida de Carlos III antes de su peatonalización salvaje, la Taconera, la calle Zapatería, los cines Golem, la Media Luna o la iglesia de San Cernin.

En esta cinta me llama la atención la actitud del protagonista, un joven estudiante que, en plenos Sanfermines, decide aislarse de la fiesta. Y esto nos trae a un tipo curioso de nativo antiparranda que, en vez de huir a Salou, prescinde de la juerga pero permaneciendo en la ciudad. Así, durante esos días tan sólo irá de la piscina a casa y de casa a la piscina. Y de este modo, aunque San Fermín sea una constante en la película (impagables los paseos de un viejillo por la piscina, con su pañuelico al cuello y pegado a una radio donde suena la voz del genial Carlos Pérez Conde), no vemos ni una sola imagen sanferminera. Éste es uno de los grandes hallazgos de la peli, la presencia de la fiesta sin verla siquiera. Y es el motivo de traerla hasta este blog, claro.

Muy buen trabajo de los jóvenes actores Fernando Ramallo, Paz Gómez, Roberto Hoyas, Vanessa Saiz y Aitor Merino (entre otros) y guión hermoso y muy literario de Ana Díez y Daniel Castro.

La verdad es que es una peli bien recomendable.

Y no sólo por sus referencias a Pamplona y sus fiestas.


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