marcelo


¿Prohibido beber en la calle? 6

    Últimamente salen continuamente en la prensa o en televisión noticias sobre el problema del botellón en pueblos y ciudades. Algunos ayuntamientos ya han sacado normativas que prohíben beber en la calle. Ésta costumbre, que no se ha inventado ahora, ya que en los años 80 ya se hacía, por lo menos en Pamplona, poco a poco se ha ido convirtiendo en un problema.

    Pero no por el hecho de beber en la calle, sino por el poco respeto que tienen hoy en día los jóvenes por la gente que quiere descansar, o por cómo quedan las plazas o jardines después de éstas reuniones. 

¿Os imagináis que en Pamplona no se podría beber en la calle? Ciertamente en San Fermín es impensable, ni en ninguna macrofiesta parecida a la nuestra. El ruido que hay en fiestas, la música realmente ensordecedora, y la basta suciedad que siembra nuestras calles es algo realmente bárbaro.

El botellón que llaman hoy, ya se hacía en los años 80, con varios sitios ya preestablecidos por las cuadrillas para beber, eso sí, mucho mas limpias que las de estos tiempos. Yo recuerdo que en San Fermín solíamos hacerlo detras del Parque de Bomberos en la Media Luna. Allí una noche mientras nos metíamos unos bokatas y unos litros de caldos, nos sorprendió ver a una pareja que parecía en actitud más bien lujuriosa. Uno de nosotros se dió cuenta de que el movimiento pélvico delataba claramente lo que hacían.

Tuvimos un espectáculo porno-festivo mientras cenábamos, y cuando acabaron les dedicamos una cerrada ovación, que agradecieron satisfechos.

Aquí lo de beber en la calle está muy enraizado, lo que si podían todos los jóvenes es, ya que su educación cívica está en entredicho, es intentar por lo menos ser tan limpios como lo éramos nosotros.


Nuestros gigantes. 3

Esta semana hemos habremos leído u oído todos la concesión de la Medalla de Oro de Pamplona a nuestra querida comparsa de Gigantes y Cabezudos.

La Comparsa, que la va recibir en 2010, tiene sus orígenes en el año 1860, cuando el Ayuntamiento encargó al escultor Tadeo Amorena la construcción de 4 parejas de gigantes que representaran a los cuatro continentes o razas que en esa época se conocían: blanca, amarilla, moro-negra e indio-americana (Europa, Asia, África y América). Esta corte de reyes está en la actualidad acompañada por su escolta de cabezudos, kilikis y zaldikos, en total 25 figuras de cartón piedra que conforman la Comparsa, un elemento fundamental de las fiestas de San Fermín.

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Qué buenos ratos hemos pasado todos,cuando éramos niños, y ahora que somos mayores también. Aunque algunos, los más pequeños, a veces se asustan y lloran como si les fueran a engullir. Los gigantes miden entre 3,85 y 3,90 metros, aunque colocados sobre el encargado de bailarlos pueden llegar a los 4,20, y su peso puede oscilar entre los 59 y los 64 kilos. Debido a su tamaño los más pequeños los miran entre asombrados y asustados.

El rey europeo es ‘Joshemiguelerico’ y la reina ‘Joshepamunda’, la pareja africana se llaman ‘Selim-pia Elcalzao’ y ‘Larancha-la’, los monarcas americanos tienen por nombre ‘Toko-toko’ y ‘Braulia’, y los asiáticos ‘Sidi abd El Mohame’ y ‘Esther Arata’.  Con sus bailes nos emocionan y nos ponen los pelos como escarpias, sobre todo en la Plaza Consistorial.

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Por su parte los kilikis, que representan al cortejo de ediles y su misión es asustar y divertir a los niños, son seis figuras, de cabeza más pequeña que los cabezudos, que van armadas con unas vergas de espuma con las que golpean a pequeños y mayores.

‘Coletas’ y ‘Barbas’ son los más antiguos, ‘Caravinagre’ el más conocido y ‘Napoleón’, ‘Verrugas’ y ‘Patata’ completan el sexteto.

Los cabezudos preceden a los gigantes, son los serios de la comitiva porque no bailan y caminan muy dignos y llaman la atención por sus enormes cabezas, de hasta 2 metros de perímetro.

Son el ‘Alcalde’, el ‘Japonés’, la ‘Japonesa’, el ‘Concejal’ y la ‘Abuela’, que fueron comprados en 1890.

Completan la comparsa los seis zaldikos, mitad humanos, mitad caballos, que también persiguen con sus vergas a los más pequeños. 

Ya que el año que viene celebran su 150 aniversario, e imagino que el Ayuntamiento les hará su más que merecido homenaje. Ciertamente quiero trasladar mi admiración a todos los componentes de la Comparsa, ya que conozco el duro trabajo que supone bailar a los gigantes durante tantas horas de fiesta, así como a los que llevan a los kilikis y cabezudos. Gracias en nombre de todos los pamploneses. Creo que los gigantes y cabezudos son de todos y cada uno de los pamploneses, un trocito pequeño.

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Los Dantzaris en Pamplona 4

A mí personalmente siempre me ha gustado ver a los dantzaris en los pueblos o en Pamplona. El folklore de nuestra tierra es variadísimo, y tienen muchas dantzas o bailes muy espectaculares y dignos de ser disfrutados.

El grupo de dantzaris fue creado el 29 de noviembre de 1949, y desde entonces los dantzaris del Ayuntamiento de Pamplona desfilaron cada año tanto en la procesión de San Saturnino como en la del 7 de julio en honor a San Fermín, así como en los actos del Privilegio de la Unión el 8 de septiembre, la Octava del 14 de julio y en la procesión del Corpus. Debajo, los dantzaris posan ante la Casa Consistorial en la primera procesión de San Saturnino en la que participaron.

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Hasta 1978, en sus actuaciones utilizaron la bandera de Pamplona, y a partir de ese año incluyeron también la ikurriña y la bandera de Navarra, lo que provocó diferencias con el Consistorio pamplonés. Así, durante toda la década de 1980 el Ayuntamiento les pidió en repetidas ocasiones que no sacasen la ikurriña, hasta que en 1988 el Consistorio declaró inexistente el grupo de dantzas.

Ese año nació Duguna, que tomó su nombre de un espectáculo organizado por los dantzaris municipales en 1951 y en el que también participaron la orquesta Santa Cecilia y el Orfeón Pamplonés.

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Ya en 1996, el entonces alcalde, Javier Chourraut, quiso recuperar la relación entre los dantzaris y el Consistorio, siempre y cuando sólo se utilizase la bandera de Pamplona. Los integrantes de Duguna aceptaron, y desde entonces, aunque son un grupo autónomo, tienen un convenio con el Ayuntamiento de Pamplona con el que cada año organizan ocho actuaciones, entre las que destacan los actos oficiales: procesión de San Fermín, la Octava del 14 de julio y la procesión de San Saturnino, así como la de San Fermín de Aldapa.

En estas ocasiones, los dantzaris de Duguna utilizan los trajes oficiales. Fueron diseñados en 1949 por el pintor y cartelista Pedro Lozano de Sotés y por su mujer, Francis Bartolozzi Sánchez, pintora. Crearon trajes para los dantzaris comunes o blancos, el capitán o makilari, los dantzaris rojos o gorris y el abanderado. Utilizaron elementos de distintas partes de Navarra: la chaqueta de roncalés, el palo de Lesaka, el pantalón de Ochagavía o los cascabeles de Valcarlos.

Para celebrar el 60 aniversario, el 7 de julio de 2009 los dantzaris estrenaron trajes después de 30 años.

Ver bailar a los dantzaris puede que no sea de los actos mayoritarios en San Fermín, pero verlos bailar junto a los gigantes en la plaza Consistorial a mi también me pone los pelos como escarpias.

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Monumento al encierro 8

El monumento al encierro, ubicado en la avenida de Roncesvalles, fue sustituido por otro de mayor envergadura, que aúna toros y corredores, reflejando fielmente la emoción de la carrera. Este monumento fué en su momento criticado por su envergadura, por su emplazamiento, por cómo era la obra de su autor, el escultor bilbaíno Rafael Huerta.

Opiniones puede haber para todos los gustos, pero en mi opinión es un monumento muy significativo y de bella factura, aunque su emplazamiento pueda ser o no el ideal.

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Lo que a mi no me gusta cada vez que paso, es encontrarme el monumento lleno de niños que lo utilizan como si fuera un parque infantil,  jugando con los toros como si fueran toboganes y las astas como si fueran columpios. Que poco respeto por su parte, y sobre todo de sus padres, por un monumento emblemático para pamplona y para los sanfermineros.  Recientemente, no hace ni dos meses, el rabo de un toro fue entregado al ayuntamiento por un ciudadano, que lo encontro roto en el suelo. Un operario del ayuntamiento tuvo que repararlo, y reforzarlo para intentar evitar nuevas roturas.[simage=174,320,y,center]

No se sabe muy bien si fue algún crío un poco salvaje, algún vándalo nocturno, o un gamberro descerebrado el que seccionó el rabo al pobre toro. Se dijo en su momento que si se debía vallar el monumento, que si no estaba suficientemente protegido….. Si alguien quiere dañarlo por mucho que esté vallado será inútil. Lo que si hay que enseñar a los niños es educación cívica, ya que a los gamberros nocturnos creo que ya es tarde para hacerlo. Lo que sí me queda la duda es de si a los padres de esos niños que usan como un juguete este bello monumento, todavía estaremos a tiempo de concienciarles de que no deberían permitir que sus hijos no respeten el patrimonio que es de todos. Cuidemos entre todos lo que es de todos.[simage=173,640,y,center]


Frontera entre el desfase y la calma. 16

En este título se puede entender de varias maneras. Primero está el desfase entre los sanfermines veinteañeros, en los cuales queremos comernos las fiestas, vivirlas a tope, llegando el día 14 con el hígado a doble tamaño. Luego está el desfase a los 30, cuando te empieza a entrar el fundamento, y empiezas a alternar los días y las noches de juerga. Aunque todavía hay alguno que está a todo, aunque parezca un cadáver andante.

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También esta el desfase horario. Se duerme lo que se puede más bien durante el día, que no se descansa lo mismo, y el cuerpo recibe un palizón.Pero según el temple de cada uno se viene arriba o se queda como un trapillo.[simage=169,640,y,center]

Yo creo que la frontera entre el desfase y la calma la pone cada uno en su momento de juerga, su cogorza, su desmadre o su locura. Lo que está claro que llega un momento, por mucho que algunos no lo vean, que se traspasa la frontera hacia la calma, no una calma chicha, pero sí una calma controlada.

Varias salidas mañaneras, con o sin niños, con aperitivo incluído. Salidas por la tarde de blanco radiante, paseo, unos potes, cenar y los fuegos. Todo esto intercalado con una juerguita o dos con los amigotes.

Yo claramente he traspasado la frontera, ya que además mi pobre cuerpecillo ya no me sigue lo que quisiera. Sin embargo, ahora disfruto los sanfermines si cabe más que antes, será también porque los veo desde el otro lado. Es igual, la fiesta se vive de mil maneras diferentes. ¿O no?