Al igual que mis colegas de blog, esta semana postsanferminera es tiempo de hacer balance de fiestas.
Respecto a la Feria del toro (y que me perdone nuestro amigo Josemiguelerico) pues muy bien, más que nada porque aún yendo todos los días a la Plaza no me he enterado de prácticamente nada de lo que sucedía en el ruedo.
De lo propiamente taurino solo me quedo con lo que ví al Juli, el chasco de Padilla y los Miuras y las cornadas de Mora; de todo lo demás… muy bien las meriendas y sangrías, interesantes conversaciones con los vecinos de tendido, me inflé de cantar Ikusi Mendizaleak, El rey, No hay tregua, etc.
El 7 muy agusto en la Procesión (y por cierto que este año con eso del cambio de alcalde, me dió la sensación de que los ánimos estaban más templados que con la Yoli).
Comentar también que aquí pude ver que a la reina americana Braulia le habían rebanado una de las tres plumas que lleva en el tocado de la cabeza (en este punto nos puede dar alguna información el amigo Toko-Toko porque lo ví con el fragmento roto en la mano).
El fin de semana me retiré pronto a mis aposentos, porque a la vista de las hordas gamberras y meonas que invadieron la ciudad, lo mejor era alejarse del Casco Viejo.
En mi agenda particular lo mejor de todo el día 11, empecé con almuerzo con gente del trabajo, que se lió con unos cacharros en una terraza de la Plaza del castillo (¡Dios que clavada nos metieron!) para continuar con una comida no planeada, más cacharros, toros, más potes y desmelene hasta que el cuerpo dijo basta y me fuí a casa poco antes de que amaneciese. Vamos lo que se dice un día que pintaba tranquilo y acabó complicándose un poco.
En resumen y como suelen decir en las ceremonias de clausura de los Juegos Olímpicos: »Las mejores fiestas de la historia» bueno o algo por el estilo.
De acuerdo en el tema de la Procesión. Se vió a un alcalde feliz. No dejáis de sorprenderme la gente de sol que se vanagloria de que ha ido todos los días a los toros y no se ha enterado de nada.
Y más vale que no me enteré de la mitad de la Feria, porque si hubiera ido a la Plaza con la intención de degustar las faenas en vez de las meriendas, me habría amargado vivo porque coincidiréis conmigo que lo visto en el coso fue bastante pobre.
Afortunadamente, y pese a tener pochas entre las manos, vi los naturales de Juan Mora.
No había visto torear en Iruña desde la última visita de Morante.
Ha sido un placer compartir tantas horas contigo, Joseba. Contigo, y con tu marmitako.
Yo he visto muchas cosas y oído otras muchas, pero sin duda me quedo con el sabor «tranquilo» que había en la procesión, en la que al menos al estar «ÉL» en vez de «ELLA» los ánimos no estaban tan crispados.
De los toros me quedo con mi participación este año en Sombra (un día, de momento no es de asustar), de la cual me fui con más pena que gloria, pero bueno, es lo que tiene, pero creo que el año que viene repetiré un día al menos y haber si así voy ampliando mis conocimientos taurinos (profesora ya tengo, verdad Braulia???). Tambien me quedo con los precios en los «Pubs» de la Meca en la Plaza de toros, 8 euros de un kubata en vaso de plastico (plastico bueno, eso si, solo faltaba) creo que ya esta bien, no????, acaso no ganan suficiente????. De verguenza!!!!.
Tambien desde aquí fomento el botellón, el cual yo creo que hasta lo subvencionaria, haber si así los bares se dan cuenta de una vez que no hay que pegar semejantes clavadas, y que son tiempos malos para todos.
Y encima seguro que de garrafon porque encma a saber…..que pasada!!!!
Botella de ron en el ambigu de la plaza: 30 €