Mientras los más frikis del encierro andan ya haciéndoles fotos a las señales que prohiben aparcar junto a los Corralillos del Gas porque el lunes se empieza a colocar el vallado, la Tómbola reparte sus primeros premios y en algunas peñas estamos ya pagando el abono (que no se me olvide), por nuestras soleadas calles comienzan a abundar las excursiones de todo tipo:
- Párvulos cogidos de la mano camino de la Estación de Autobuses emocionados ante la perspectiva de encontrarse con los gigantes, kilikis, cabezudos y zaldikos de Pamplona.
- Adolescentes con bocata, iPhone y cantimplora, a los que se les hace la boca agua ante el escaparate de Beatriz, en Estafeta.
- Jubilados que recorren el camino desde Santo Domingo hasta la Plaza de Toros, con parada para aprovisionarse de patxaran, espárragos, txistorra y otras viandas en Gurgur.
- Japoneses que fotografían hasta los buzones de la basura.
Pero, sobre todo, la perspectiva, la esperanza para más de uno, de que ya falta poco para que lleguen los autobuses llenos de australianas.
Yo el lunes empiezo mi habitual curso intensivo de inglés para llegar al 6 con los conocimientos necesarios para ser un buen anfitrión.
Pamplonudo, en ese curso, ¿hay descuentos especiales para grupos?
Aceptan como máximo tríos, para que haya buena organización.