Dibujar la fiesta


Mi dispensador particular de libros usados amanece por la librería hace tres semanas con una joyita de dieciocho años de antigüedad. Con todos los respetos para el autor del texto, José Miguel Iriberri, los ojos, las sonrisas y los recuerdos se van para el trabajo del ilustrador. En «Sanfermines a vuela siglo» (1998), con foto en la cubierta de una pintura de Rafael Bartolozzi y dedicado a Tomás Caballero, los dedos buscan de forma automática las páginas impares. Porque recuerdas perfectamente aquellos Sanfermines en los que rastreabas el Diario de Navarra hasta encontrar la sección del «Quién es quién» para luego comentar la jugada en la sobremesa nocturna. Es la mejor taxonomía de la fiesta jamás realizada, contiene la ironía, el cariño -también- y la dosis justa de mala leche necesarias para sintetizar tanto matiz de la fauna autóctona. Cada uno tendrá su particular devoción a una o varias de las 45 viñetas, pero ese nativo que lleva colgado desde el día 6 la extranjera, ese equipo protector de La Pamplonesa, el DI.MA.SU y cómo hacer un ajoarriero en cuatro pasos son perlas difíciles de olvidar para servidora. Fotografías hay a paladas, pero dibujar, nadie ha dibujado la fiesta como César Oroz.

P.D. Gracias Santi por el -pedazo- regalo.