Según el diccionario de la Real Academia de la lengua, el término «bajonazo» tiene dos acepciones y ambas tiene su hueco en Sanfemín. Empezaremos por la seguna, la taurina, en la que el diccionario nos indica que es un término despectivo cuyo significado es «Estocada excesivamente baja». Esto es algo que se da todos los años en la plaza de toros en mayor o menor medida, en función de la habilidad de los maestros, tal y como puede comprobar todo el mundo que acude a la plaza de toros y preste un mínimo de atención o todo aquel que atienda a los diferentes medios de comunicación que nos informan de lo acontecido durante la Feria del Toro.
La otra acepción es más física y se suele dar, más o menos, allá por donde los días comienzan a tener dos dígitos. Según el diccionario el término en su primera acepción significa «Bajón en la salud, caudal, facultades, etc.» (en el etc., como cabe todo, incluimos también el monetario). Cada cual lo sufre a su manera, en función de su condición física, el desgaste que haya acumulado en los primeros días, etc. Es el típico día en el que hagas lo que hagas, no encuentras el punto, el sueño te vence, no te entra nada…, así que lo que se impone es dar por perdida esa batalla y realizar una retirada a tiempo con la que dar a nuestro cuerpo una oportunidad para regenerarse y abordar con furia el segundo tramo de las fiestas y poder ganar definitivamente la guerra. Personalmente lo he padecido todos los años y la verdad es que todo el mundo que conozco también lo sufre.
Algunos de los que huyen a Salou y Zarauz no lo sufren así, de forma tan física, pero sí que se les da cuando se juntan para ver el Txupinazo por la tele y juran que el año que viene se quedarán en Pamplona (que fácil es decirlo e incluso jurarlo, pero al año siguiente vuelven a tropezar en la misma piedra y siguen peleando y madrugando por coger un buen sitio en primera línea de playa para luego aparcarse en el chiringuito, con Georgie Dann).
Y entre la estocada en todo lo alto y el bajonazo se encuentra «el rincón de Ordóñez». El rincón de Ordóñez, atribuído al Maestro homónimo, era un sitio ni alto ni bajo que permitía aprovechar la ventaja de tirarse a matar de forma menos comprometida pero obtener una estocada estéticamente aceptable.
Dícese también de aquellos o aquellas que tienen la habilidad de aparcar en Salou al cónyuge y a los niños y disfrutar de los sanfermines en Pamplona en solitario. Es una suerte muy discutida pero el que consigue practicarla obtiene réditos personales festivos extraordinarios que le permiten no practicar apenas bajonazos!
Otra acepción es la mítica salida en pintxazo, que ha dado grandes momentos de gloria e incluso alguna que otra agresión física por parte del que tiene el 3 de triunfo.
Yo aun no conozco a nadie que haya ido a saloou y le hayan dejado escaparse.
Bajonazo nos dan tambien algunas mujeres cuando despues de soltar nuestra frase ingenosa nos hunden con un desplante que ni Manili.
Tambien es cierto que los bajonazos hay que saber asumirlos como algo intrinseco a la fiesta y no como un sintoma de que cumplimos años.
yo conozco un caso de una familia, que se marcharon una sóla y unica vez a benidorm el 4 de julio y tras presenciar el dia 6 el txupinazo en el bar tamboril y una cena especial san ferminera con jotas y demas decidieron que … el dia 7 estaban en pamplona.
asi fue, hay a gente que es IMPOSIBLE arrancarles de sus fiestas, sus txarangas y sus
corridas de toros en plena solera .. ..que le vamos a hacer … jeje.
un saludo. yogüi.