Se dice que el gran amigo del hombre es el perro, y visto lo sucedido en el montón del pasado 13 de julio, algunos pensarán que el gran amigo del corredor es San Fermín, que con su capotico impide que sucedan más tragedias en el encierro, y otros pueden llegar a creer, de verdad, en la nobleza de los toros bravos de lidia, en este caso de la ganadería Fuente Ymbro. Y es que los morlacos de esta ganadería sevillana fueron unos auténticos amigos.
Las imágenes que todos pudimos presenciar fueron impactantes y en un principio, todos nos temimos lo peor, visto como se agolpaban corredores uno detrás de otro junto a las reses, mientras los últimos astados llegaban a la plaza y se giraban sobre si mismos sin saber por donde continuar, y algunos corredores no daban crédito mientras se las ingeniaban para intentar escapar de aquel desaguisado.
Yo soy de los que me gustan los encierros emocionantes pero esa mañana he de reconocer que pase un mal trago presenciando la montonera por televisión. Finalmente, gracias a San Fermín o a la nobleza de esos toros, así como el buen hacer de algunos corredores solidarios, no tuvimos que lamentar la muerte de ningún mozo.
No voy a entrar a valorar la actuación de los mandos de la Policía Foral así como las declaraciones del Consejero eximiendo de responsabilidad al cuerpo, mientras sigue afirmando que todo fue originado por la caída de dos o tres corredores.
Esperemos que nunca se repitan estas escenas en el encierro.