Ya estamos cerca del cuarto escalón y el tiempo parece que nos va a dar un poco de tregua.
Este año espero que podamos disfrutar de los Sanfermines con buen tiempo, por lo menos el invierno ha sido bastante crudo y ha hecho honor a lo que se espera del mismo. Muchas lluvias, muchas nieves y frío.
No ha habido opción al típico comentario que solemos realizar cuando hemos pasado un invierno de temperaturas suaves. Ese comentario que viene a decir algo así como que ya nos podemos ir preparando ya que un invierno suave casi implica tener unos Sanfermines revueltos, en cuanto a la climatología se refiere.
Supongo que a todos lo que más nos fastidia en Sanfermines es la lluvia y el frío. Y por este orden.
No obstante para mí una de las mejores noches que pasé con la cuadrilla fue una noche tormentosa de hace bastantes años. Es verdad que tenemos la suerte de que la fiesta está en la calle y por ello, aunque el tiempo puede acompañar, eso no significa que una tarde-noche tempestiva tiene que acabar en desastre.
Los días o noches de lluvia también tienen un lado positivo, y es que la ciudad no huele.
Normalmente cuando hace mucho calor y te das una vuelta por algunas calles de lo viejo hay un olor característico a una mezcla espesa de humanidad.
Esta situación se repite diariamente hasta que pasan las brigadas de limpieza.
Labor encomiable la de estas personas. Espero que no les afecten más los recortes que ya se aplicaron desde hace algún tiempo y la ciudad lo notó.
Esto es lo bueno que tienen los días de lluvia. El que no se consuela es porque no quiere.