paréceme que la ciudad entera se encuentra en saldos y rebajas sabemos que las prisas son malas consejeras y algunos infantes con sus princesas en medio de la tragedia por haber llegado tarde al último estante quedan olvidados entre los resortes de los últimos vestigios ofertados cuando la alarma estremece los sentidos voces de socorro y asustadas buscan el milagro del postrero encuentro las lágrimas de los perdidos se mezclan con el susto de sus bienhechores progenitores todo se compra y se vende nada queda al margen del poder monetarista y se acaba por dudar de si también las sonrisas complacientes que alegran inusitadamente la tensa espera no estará incluida en el precio final de cada uno de los productos adquiridos dejemos que la esperanza baile también en estos días de mercachifle