Pues sí, igual que los osos se desperezan y salen de su madriguera después de haber hibernado, aquí me tenéis de vuelta después de un largo verano en el que he dejado un poco aparcados mis 5 minutos de San Fermín diarios.
No obstante, la celebración de las fiestas pequeñas tiene el efecto de ponerle a uno de nuevo en marcha y recargarle las pilas para hacer más llevadera la cuenta atrás hasta el 6 de julio.
Y ya que hablamos de San Fermín de Aldapa, decir que cada vez les saco más chispas y me gustan más las fiestas txikitas.
¡Que gusto da darte una vuelta por el Casco Viejo esos días!
Aunque el tiempo no ha acompañado tanto como el pasado año, el ambientazo que había en la calle no ha disminuido ni un ápice.
Igual será que me estoy haciendo un carcamal, pero es que me encanta esa sensación de ambientico sano y para la gente de casa que a veces se echa a faltar en según que momentos de las fiestas grandes.
Por cierto, también mencionar como punto negativo el hecho de que la Policía Municipal ya apareció para poner pegas a una comida popular el sábado, aplicando la prohibición de celebrar ese tipo de actos en la calle en cualquier fecha del año (o sea que ya sabéis, no se os ocurra bajaros con unas mesas a comer en la calle por San Fermín, porque automáticamente os convertiréis en una cuadrilla de quinquis e indeseables).
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Ongi Etorri Joseba, ya se te echaba de menos, jejejeje, por supuesto por ese toque euskaldun que das al blog y que ELLA tanto detesta.
Por cierto , el espectaculo musical del viernes en la plaza de Navarreria, eso , un espectaculo.