Pamplona, 9 de julio
15:00 horas, 35º grados. Calima-txo
Winsord Púb.
Esquina de la Plaza del Castillo.
Charlie,”Elastic-Man” y sus dos homínidos acompañantes, Priscila y Elvis” The Pelvis”, merodean alrededor de las terrazas.Tan sólo unos ingenuos guiris aguantan el Rock & sol y la ausencia de aire, vacunándose con jarras de inevitable sangría , guarra donde las haya, que inundan las mesas colindantes al terceto. Cansado, sudoroso, mal dormido, inestable y sobre todo, impredecible, el triángulo circense avanza buscando una salida.
Priscila, la encuentra. Con su olfato, nota el aire fresco que se cuela por debajo de la puerta automática del Hotel La Perla. Jaque. Uno, dos tres, baja la temperatura en quince grados mágicamente.
Al sentirse tan a gusto, Charlie empieza a desplomarse por el suelo, buscando la frescura que tánto ansia, a la vez que los chimpancés se colocan sobre las plantas infinitas de sus pies. Poco a poco, se elevan mágicamente, con delicadeza y altura, formando un auténtico trapecio homínido ambulante giratorio, ante el aplauso de los huéspedes y asombro del recepcionista.
Éste, saltando como un resorte, procede al noble arte de desalojar al pobre en casa del rico. Claro está que pillar a dos chimpancés insomnes y un contorsionista, aún siendo un sitio cerrado, no resulta sencillo.
El hall se convierte en carpa, y los artistas reclaman su espacio. De hecho, a Elvis, “The Pelvis” le gusta la cabina telefónica del fondo donde puede comunicarse con su amada, Priscila, que le atiende entusiasmada en recepción. De lo mas mona. Mensajes apasionados. Besitos variados.
Es entonces cuando Pablos, el recepcionista, descuelga el teléfono para llamar a los de siempre. Apagailusionistas uniformados. Charlie, rápido y veloz, le hace la mochila humana mientras impide con la punta de su 58 de planta que marque el teléfono de la desesperanza.
En esas están nuestros personajes cuando una figura, casi no humana, desciende las escaleras .Pañuelo rojo en la cabeza, bata y zapatillas de leopardo, gafas de sol y andar un tanto titubeante. Gracias al apoyo de dos mulatas de vértigo y a seis mil la noche no rueda por las aterciopeladas escaleras.
-!!!! Pablos, Whast a fucking good party is the hall¡¡¡
El extraño personaje, hacienda un ademán con la mano, les invita a subir al piso superior….
-¡!!Everybody upstair to my room!!!
La figura, colocado sin colacao, se pone entusiasmado. En plan yankie.
-All is my treta( lo paso todo)
Agarrando del otro pie a Charlie, se presenta:
-I´am Charlie, Charlie Sheen.
Deslizando un billete de quinientos pavos en el bolsillo de Pablos., se despiden de él, ascendiendo a los cielos en forma de cinco estrellas.
Dos Charlies, dos mulatas, dos chimpancés y un correcto recepcionista que les cede el paso al país del nunca sabrás.
(Continuará)