Estimados amigos y lectores, esta misma tarde a las 19:00 en el Nuevo Casino Principal, en plena Plaza del Castillo, se ha hecho público el fallo del jurado del VIII Certamen de Microrrelatos, con los siguientes resultados:
Primeros tres clasificados:
Ganador: ‘’Los mejores fueron los míos’’ por José Murugarren.
2º clasificado: ‘‘so far away, tan lejos’’ por Carlos Remón Sanjuán.
3º clasificado: ‘‘Afectación osteocondrítica grave en la zona del cóndilo femoral’’ por Mikel Zuza Viniegra.
Resto de finalistas:
4º clasificado: Apellidos que empiecen por H por Esteban Torres Sagra.
5º clasificado: Txiki baten istorioa por Ander Elcano Sanchez.
6º clasificado: …son duras como el hierro… por Ignacio Navarro Otano.
7º clasificado: Ruidos por Gabriel González Ortiz.
8º clasificado: La razón de la sinrazón por Mikel Ilundain Marina.
9º clasificado: El Coletas por Pedro Pablo Del Guayo Litro.
10º clasificado: Darse la vuelta por Elena Vidaurre Orayen.
Nuestra más calurosa enhorabuena a todos ellos, así como al resto de participantes en este VIII Certamen que nos han hecho disfrutar con sus trabajos.
Y sin más preámbulos, aquí tenéis el texto ganador al que seguirán la próxima semana el resto de textos en sucesivas entradas:
Los mejores fueron los míos – José Murugarren
Sanfermines son 20 años y la noche por delante. Ningún programa puede superarlo así se escandalicen los «peteuves». Los esencialistas dirán que nada emociona como la jota de la procesión. Los puristas emularán como ‘lo más’ la impresión del encierro. Yo me quedo con aquella tarde de toros merendando ajoarriero en la plaza. El torero, abajo y yo arriba, a ritmo de charanga lidiando con unos ojos recién descubiertos, tan clavados en los míos que temblé como novillero novato ante un ‘cebada’. Nada como aquel instante de agujas en la tripa. O tal vez, sí. La madrugada de pollo y pacharán en la verbena del ‘Jito’. La orquesta tocaba Sabina y mi amigo y yo devorábamos un coco que un guiri ofreció a cambio de la botella. No me digan que para fiestas las de antes porque hoy todo es ruido y suciedad. O sí. Los mejores sanfermines fueron los míos. Los de la tarde de toros y ojos o la noche en que me dieron la 1, las 2 y las 3 sostenido por un amigo cuando ni Sabina imaginaba que le estábamos escribiendo la canción. Teníamos 20 años y la mirada siempre por encima del suelo. Demasiado elevada para ver las vomitonas.
No pongo en duda la decisión del jurado pero discrepo porque no veo que sea especialmente brillante ni literario. Poco vocabulario, estructura de las frases simplona, referencia muy gastada a una canción y su popular cantante, en fin, enhorabuena a José por haber conseguido contactar con los sentimientos y recuerdos de algún componente del jurado que recuerda con añoranza y de forma escatológica («vomitonas») sus sanfermines mozos.