cuando un amigo se va…Manolo nunca estuvo en Pamplona y menos en sanfermines lo conocí siendo ya el alma inquieta y entusiasta de toda actividad en su silla de ruedas cabalgando aquellos interminables pasillos de la residencia extremeña tu casa durante tantos años la primera virtud que conquistó mi ignorancia fue tu sonrisa después todas tus palabras bailando en tus ojos ni tu boca ni tu lengua articulaba ningún signo sólo las onomatopeyas exigiendo lo bien hecho estabas allí el día que plantamos el árbol en recuerdo de nuestro primer encuentro años sucesivos llegaron tan plenos como aquel hoy un nuevo silencio se suma a otros que te precedieron todos estáis en mi memoria y al regresar a la que fue tu casa por sus patios y paredes volará tu trono entre nubes de recuerdos y todo lo que calladamente nos enseñaste