La verdad es que ponerse ahora pensar en San Fermin se me hace dificil. Porque es Otoño y ha llegado el frio. Y más que nada porque en mi Comunidad de vecinos, el presidente, señor Cuesta de turno, ha decidido que este año como medida de ahorro, la calefacción no se enciende hasta el uno de noviembre. Y claro aquí me tenéis, como en los libros de Rafael García Serrano helado de frío entre cuatro paredes. La diferencia es que en la posguerra las familias se reunían alrededor de la lumbre o en torno a la cocina económica y nosotros nos hemos tenido que apretar al lado del único chisme de casa que echa calor: la secadora.
Con el traqueteo del aparato, dándole vueltas a los adelantos de la técnica y los servidores de Blackberry, me acabo de dar cuenta de que hace veinte años los Sanfermines también se celebraban. Y no había móviles ¿Cómo lo hacían?
La telefonía, de primera o última generación, ha invadido nuestras vidas y las fiestas de San Fermin no son una excepción. Los móviles sirven para no perder a la cuadrilla ¿y si no quieres que te encuentren?, para pedir que te compren entradas para el apartado (son tiradas si tienes que comprar diez) e incluso para bajarse aplicaciones que te dicen en qué lugar se encuentra la Comparsa de Gigantes. También sirven para que el único de la cuadrilla que no salió por la noche, te despierte preguntándote si vas a almorzar o para que pintes el número en el brazo de tus hijos por si se pierden (no suele caer esa breva).
También son muy útiles para verte inmortalizado en una red social el día que cogiste un puntillo; o para que plena fiesta campera tu madre te eche la bronca por no ir al entierro de tu tía abuela; Ah y lo mejor del asunto es el uso que de la telefonía hacen los y las cónyuges.
Pero de eso mejor hablamos otro día que hoy hay ropa tendida.
Mi móvil, como mi reloj, se quedan en casa. Ya me encontraré con alguien si me pierdo.
La luz solar me marca los tiempos perfectamente. Como cuando me entra el hambre y, sobre todo, bebo cuando tengo sed.
En San Fermin el movil en casa, siempre hay un punto de encuentro en caso de perdida o gente a la que apegarte.
¿La aplicacion esa de los gigantes indica el recorrido o el txoko o sociedad gastronomica donde estan almorzando?
Negáis el avance tecnológico? Nunca habéis recibido un sms de alguien que busca guerra? Yo sí salgo con el móvil, como hombre del siglo XXI que soy, pero es cierto que por el ruido de la calle o la música de los bares, el 95 % de las llamadas que hago no me cojen y el 90 % no las escucho. Y como no soy muy de vibrador…
Aviso: El Samsung Galaxy S, tan smart y tan phone que parece, una mierda. Ni cinco días de sanfermines me duró… ¿Qué clase de pruebas de calidad superan esos cacharros? Estos coreanos no saben de qué va la gaita…
Por no hablar de la batería, que a mediodía ya marcaba 10%. Como Estafet, el año que viene probaré las técnicas ancestrales, luz del sol, hambre y, sobre todo, sezzz…
Oh astros celestiales, guiadnos por la senda correcta.
Muy mal pamplo, jamás imaginé que fueras capaz de vender un ratico sanferminero por un plato de lentejas guerreras, por muy buenas que estén. Honda decepción.
Lamento la decepción estafet, pero de todo tiene que haber. Yo también tengo un amigo que prefiere los métodos ancestrales. Dependiendo de la posición del sol y la temperatura de la tierra sabe si en momento de comer o cenar.
Yo como estatet, salgo de casa sin reloj y sin móvil y no veáis lo bien que se está.
Pues ya podía yo poder salir sin móvil….., aunque os aseguro que a la mujer de más de uno le iba a dar un mal, por que usan mi teléfono para saber donde estamos, los gigantes claro esta, incluso si aún estamos almorzando, lo curioso suele ser estar en pleno baile y estar notando el vibrador con la musica sonando y sin poder meterte la mano al bolsillo para coger, y evidentemente si coges cuando estan sonando las gaitas a lo único que puedes llegar a hacer es gritarle EN MERCADERES!!!!!!, ESTAMOS EN MERCADERES!!!!!!
¿Mercaderes? ¿En el Iruñazarra? ¿En el Mentidero?