Historia de un secuestro.(VI) El Famoso Pimienta.


Sinopsis: Chapete, el Huracán de Bacalar, está secuestrado. Su futuro Suegro, Pepote Clim, mafioso mexicano y padre de su prometida Carlota, inicia una búsqueda en medio de los Sanfermines. Tras contratar al famoso Papytu, empieza la búsqueda, acompañado del temible Tiburón, lugarteniente de Pepote. De repente, el Famoso Pimienta aparece

9 de Julio 09:25 AM
Hotel Sancho Ramirez.
Suite 701.

Una rosca de churros de la Mañueta preside la mesa. El olor es inconfundible.

Es un momento peculiar, ya que han visto la enésima repetición del encierro. Esa que no pillan a nadie.

En esta mesa, peculiar, sí.

En un lado, Pepote Slim y Carlotta. Serios.

En el otro lado, amordazados, Papytu y Tiburón. Los han cazado como conejos. Vaya par de inútiles, piensa Don Pepote Slim.

Acompañando a los churros, hay cositas varias. Tequila, habanos, y una caja de marfil llena de esperanza blanca, muy valorada por alguno de los presentes.

El humo del Cohíba se hace anunciar antes que su presencia. Silencio en la estancia. Es el Famoso Pimienta. Además, no está para bromas.

-Sé dónde está Chapete,- inhalada de humo- También sé lo que está haciendo.

Murmullo en la suite. Algún vaso quebrado. Es el de Pepote. Nervioso.

Humo, más humo, quitando el peso de la vida.

-Mi hija, vete a tu cuarto.

Carlotta, solícita, se levanta. Su rostro ha perdido el esplendor con el que vino a Pamplona, deviniendo en unos ojos acuosos subrayados por unas tremendas ojeras. Esto es lo que le rompe el corazón al mafioso mexicano y hace asomar el colmillo al Famoso Pimienta.

Después de la ausencia, la verdad. Si se puede decir así. Es su verdad .La del Famoso Pimienta.

Les muestra el nuevo video. Es un trenecito de gentes de todo pelaje en pelotas. En el medio el huracán de Bacalar, con un antifaz en los ojos para no ver nada. El tercer ojo sí que ve. Da y recibe. Hay alguno que hace de locomotora y hace Chuuuuuu Chuuuuu. Cuando menos peculiar.

-Un millón de dólares., dos botellas de tequila Don Julio blanco y una Caja de Cohíbas número siete .Ese es el precio de su yerno.

La apuesta irrumpe en la suite como un trueno. Estalla.

-No me chinges Pimienta…de esta se acuerda toda su familia.

-No me sea desagradecido Pepote. Si quiere tener a su hija contenta no tiene más que acomodarse. Además, que es para usted un kilo…pura propina.

Un carraspeo como respuesta.

-Y como lo hacemos.

El Famoso Pimienta muestra una sonrisa, aunque quizás tan solo fuera una mueca. Ya los tiene donde quería. No ha sido tan difícil. Cuatro billetes a los Petas, una vigilancia soterrada a Tiburón y Papytu .Lo que se dice coser y cantar.

-Mañana, cuando los Gigantes hagan su salida por el casco viejo. Ya les avisaré dentro del cual se producirá la entrega. Sí, he dicho dentro, donde van los porteadores. Allá donde estén. Por cierto, tengo entendido que a la tarde le toca torear al Huracán, de Bacalar. Si no siguen mis indicaciones, será tan solo brisa…

Pepote Slim no aguanta más e intenta alcanzar la pistola oculta debajo de la mesa.

-No hace falta las armas papito .El famoso Pimienta no las admite.

Una risa, ahora sí, resuena en la suite 701.

(Continuará)