IV Edicion Certamen Internacional Microrrelatos San Fermín


Márcio Montemegro Areias (Santa Cruz de Tenerife, Tenerife)

Salir de casa

Contemplo por la última vez la sala que vió lo que terminé siendo: yo, con todas mis pertenencias viscerales, con la sangre que me compone, con toda la intensidad física y química en la búsqueda de mí. Los móviles quietos, el suelo gastado, el aire cargado con cada segundo del tiempo que aquí me vió crecer. Yo era todo eso, y ahora, por decisión de última instancia, lo rompo y salgo para un exilio en un mundo ahí fuera, en un lugar que me haga sentir feliz. Me voy a comer un mundo entero de cultura y tradición, a aprender de la historia la materia de que está hecha la gente. Me espera la ciudad en fiesta, la romería con el perfume de las mujeres guapas, los hombres que casi explotan de alegría y los toros ilustres que no quieren quedarse fuera. Voy a ensuciarme con tierra, llenarme de flores, a perseguir aventuras y miles de amores. Voy a salir de casa. Voy a vivir San Fermín.

 

Emilio Casbas (Sarriguren, Navarra)

9 DIAS SIN BARNIZ

Mi acompañante escuchaba atento, cigarrillo humeante colgando de los labios. Entornó de nuevo los párpados. – ¿Y dices que se trata de algo religioso? – Bueno, en sus orígenes, allá por el siglo XIV, los actos religiosos se mezclaron con las ferias comerciales de la época y las corridas de toros, evolucionando hasta lo que es en la actualidad. Pero eso es lo que la hace grande, tienen cabida en ella personas de todo el mundo, independientemente de su condición, creencia o raza, en el fondo no hay distinción. Me volví con un ademán que abarcaba a la gente sentada en las terrazas de la plaza del castillo o que paseaba por ella con sus pantalones cortos, sus niños y sus perros. – Mírelos. Tan civilizados y correctos. Pero está en nuestros genes. Vístelos de blanco y rojo, que sientan el estruendo. Llévalos el 7 de Julio a almorzar muy temprano por la parte vieja y contemplen con lucidez la belleza de un encierro. Que se estremezcan con alguno de los “momenticos”. Que se mezclen con las peñas… Todo ese barniz artificial que les impregna rutinariamente se irá diluyendo y ella sacará lo mejor de cada uno sin convencionalismos.

 

Carmen Portillo García de las Bayonas (Leioa, Bizkaia)

EL CALENDARIO IMPACIENTE DE SAN FERMÍN

Uno de enero, empieza la cuenta atrás: Pamplona prepárate que ya falta menos, dos de febrero, mi corazón se altera y galopa: San Fermín cielín, cuanto te quiero, tres de marzo, me entreno a tope para los encierros: los corro, los amo y los deseo, cuatro de abril, por miles del mundo entero hemos de ir: todos unidos con San Fermín, cinco de mayo, me abordan la impaciencia y los nervios: hay madre que me desmayo, seis de junio, a preparar desde ya: los pantalones la camisa el pañuelo y el fajín, siete de julio, a disfrutar de las fiestas: nos vemos, es la hora cero, viva San Fermín.

 

Alfonso Echarte Vidarte (Pamplona, Navarra)

El gran estruendo

Se levantó a las ocho de la mañana, desayunó como todos los días y después de recoger el saco y meter todas sus pertenencias en la mochila se despidió del pueblo y se puso en camino. Fue atravesando una serie de pueblicos y llegó a un puente romano sobre el rio Ulzama, ya este pueblo parecía un poco más grande y tenía un poco más de vida, después llego a otro pueblo también con casas altas y comenzó a ver a cada vez más gente vestida de forma extraña y además todos de forma idéntica: pantalón, camisa y calzado blancos y una especie de cinturón de tela roja atado alrededor del pantalón; Qué extraño!!!… Conforme se iba acercando a Pamplona se cruzaba cada vez con más gente vestida de igual manera, hasta que llegó a la conclusión que todos vestían igual por algún motivo que todavía no había descubierto, subió una cuesta empinadísima que culminaba con una puerta de piedra y todos con los que se cruzaba se les veía muy contentos, hasta que llegó un momento que no pudo andar más y sólo se dejo llevar por la muchedumbre hasta una plaza y de repente: Viva San Fermin. PUUUUUUUM!!! El gran estruendo.