CONVERSACIÓN ÍNTIMA A DESHORA
Esteban Torres Sagra
Hueles a rata, a cadáver de pájaro, a pachuli, a calimocho, a chistorra, a pisto, a sexo en adobo, a bacalao zombi, a jotabé con cola calentuzo.
A risa, a sudor con cebolla, a rancio, a jabón sin lavanda, a churros, a beso, a huevos fritos, a miedo, a tertulia, a pan que ofrece sus entrañas.
A extranjera, a sobaco, a ingle, a verraco, a seta, a césped reventado, a eructo de cerveza, a manso, a toro, a excremento de toro, a excremento de manso. A cerveza sin eructo, a erección a destiempo, a calvo, a letrina, a Venecia estancada, a albañal, a residuo tóxico, a pluma de paloma, a perro viejo, a ministerio en sábado, a garrote de vaquero, a labios mayores, a labios pequeños, a labios.
A cangrejo en sacrificio, a paraguas, a zapato, a vómito de niño, a helado mapamundi, a café ciego, a vendimia, a iglesia húmeda, a tendón, a pelo que se quema, a vinagrillo, a gerundio de verbos auxiliares, a colesterol virgen, a pitarra virgen, a alubias con oreja .
A Iruña, a Pamplona, a fiesta pura hueles, calzoncillo, que ya va siendo hora que te cambie, después de cuatro días, sin tanta explicación de Perogrullo.
EL ESTALLIDO DE LA FIESTA
Carlos Navarlaz Jiménez
Sentado al cobijo de su familia, rodeado de infinitas miradas que se enredan entre sí al enfocar un cielo raso y pausado de julio, Fermín, febril y nervioso, espera por séptima vez la erupción de fiesta y alegría que teñirá el firmamento de mil colores.
Su estómago vibra y su corazón hierve. Abraza a sus padres y corre y se sienta y salta sobre su hermana pequeña. Desconoce que se están grabando sus primeros recuerdos vestidos de blanco y rojo.
Salta, corre y abraza hasta que un suspiro sobrecoge la escena. Inmóvil y hierático vislumbra el resurgir de la luz zigzagueante que rauda y ligera se precipita al cielo como perseguida por una manada de bravos morlacos. El aliento es contenido y las centellas se elevan y levitan majestuosas para, de manera repentina e indómita, explotar inundando la ciudad de un bullicio atronador. Un baile de formas y personajes exóticos de un mundo único.
Fermín retuerce con fuerza su pañuelo y, ensimismado, desea que se pare el tiempo, que no termine jamás esta algarabía de colores y pólvora. Cuando el cielo se calma y se tiñe de negro, Fermín persigue la estela abandonada. Para él, comenzó la cuenta atrás.
MIS SANFERMINES, SUS SANFERMINES
Francisco Barragán Larreta
-Abuelo, vengo con los nietos a desearte un feliz verano. Nos vamos a la playa mañana mismo. Hemos alquilado un apartamento en
Pobres chavales. Nunca experimentarán esas mariposas en el estómago de la mañana del día 6. Ni temblarán de miedo y emoción cuando un zaldiko o el temido caravinagre les persiga con esa verga de pellejo que te deja el cuerpo escocido cuando te da de lleno. Ni tampoco
-Pararemos en Alfajarín a echar gasolina y ya tenemos entradas para ir a pasar el día a Port Aven
Ni por supuesto, les sudarán las manos y les temblará el labio cuando les pille las siete de la mañana en mitad de la Estafeta y se quedarán sin requebrar a las chicas de su edad en el baile de la plaza del
-Además, como les encanta el granizado y la horchata nos han recomendado una heladería que
Y pensar que nosotros empezábamos a descontar desde la noche del 14 para ver cuánto quedaba hasta las fiestas del año siguiente
-Abuelo, que nos vamos, que parece que estás en babia, sin hacernos caso y siempre pensando en tus cosas.