IX Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


EL OTRO SAN FERMIN

Luisde La Ceuz Pérez Rodríguez

EL OTRO SAN FERMÌN

Por las calles de la ciudad avanza el tropel embistiendo al asombro. Seguida de su ternero, junto a toros y hombres, corre una vaca.
 

CORAZÓN ROJO

Nuria Soriano Gómez

Asier, vestido de blanco impoluto, entró en la sala de visitas de la Casa de la Misericordia, porque todos los días 6 de Julio, antes de ir con sus amigos, le gustaba visitar a su abuelo Faustino, de 92 años.

– ¿Abuelo, cómo eran los sanfermines cuando eras joven?

A Faustino le brillaron los ojos y le dijo:

– Eran distintos, pero la emoción es la misma. Cada vez que veo el txupinazo, los toros corriendo por las calles, la música de las txarangas, yo estoy ahí, siento que no me he ido nunca. Por eso hijo mío, vete, que ya es la hora.

Al anudar el pañuelo rojo en el cuello de su abuelo, los dos sintieron otro en sus gargantas, se despidieron con la mano.

 

SIEMPRE NOS QUEDARÁ PAMPLONA

Mertxe Labrador Otamendi

Son las doce de un caluroso seis de julio. A través de las nítidas imágenes de televisión, se otea la plaza del consistorio de la vieja Iruña pigmentada de blanco y rojo. El chupinazo estalla y su estela se lacra en el azul del cielo, descorche de nueve días con aroma de alegría. Una lluvia de cava, se precipita como tormenta de verano, embebiendo los cuerpos de miles de personas que al unísono entonan las letras del Vals de Astráin. En medio de la multitud regada de jolgorio, estás tú, balanceado por la marabunta de un lado a otro con la probabilidad de encallar en el suelo adoquinado. Pero no, te mantienes firme como el mástil mayor de un navío que navega entre la marejada en alta mar. Tu actitud impertérrita reclama la atención del camarógrafo de televisión, que raudo fija su objetivo en ti. Entre tus robustas manos alzadas, por encima de la multitud, sujetas un cartel con un enigmático mensaje:”Siempre nos quedará Pamplona, para celebrar unas fiestas sin igual…”.