¿QUÉ HACÍA ROSALÍA DE CASTRO EN SAN FERMÍN?
Iago Trias De Bes Soler-lluró
Todas las noches al salir de casa Santi apartaba un billete de 500 pelas en uno de sus calcetines. Decía que para invitar a la más guapa de la noche, pero la verdad era que ya entrada la madrugada ninguna se había fijado en nosotros y nos dirigíamos a Larraina, resignándonos a las de siempre. Ahí nos esperaba Pili, que estaba como un tren de cercanías, y que solo tenía ojos para Santi. Éste nunca sabía qué decirle, tímido él, y optaba por ejecutar su jugada maestra: se encaramaba al trampolín de la piscina, y una vez arriba gritaba “Pamploneses, pamplonesas…” y sosteniendo el billete entre los labios, saltaba. Todos aplaudíamos semejante hazaña mientras el vigilante, Atanasio su nombre, corría cabreado a cobrarle las quinientas pesetas de sanción que conllevaba esa gamberrada.
Ni las tardes de toros en sol, ni los múltiples Txupinazos que viví, tampoco el pánico de los encierros…La primera imagen que viene a mi cabeza cuando pienso en mis queridos sanfermines es la de Rosalía de Castro colgando de la barbilla de Santi tras su celestial salto. No había año en que no lo hiciera, ni año en que Atanasio no mascullara “la madre que lo parió, siempre me la cuela”.
DOESN´T TIME FLY?
Mariarosario Virto Iñigo
Really, one has to be a mother from Pamplona to experience the other «Fiesta». Mine, begins with a prelude of seven days before, visiting the market, there is always something missing, and, while my pantry fills up, my purse empies… all is set!
People from many Continents visit us to live out the reality on the spot.
Such beautiful postcard of boys dressed in white and red clothes only leaving home, they return in a thousand purple shades. Of course, «someone» will wash for them.
What nobody knows except a young lad´s mother is the tension and the worry which come and go thinking that her son is in the Estafeta street dodging the bulls with a roller newspaper in hand.
My prayers are non stop. This feeling our children become familiar with them since their earliest best chilhood.
as well as this, I enjoy cooking our traditionak dishes with loving care wich delight our palates.
This is how i have lived and narrated my San Fremín in a nutshell.
Nostalgia pervadesme. I am reliving those days when I was young.
Nowadays, I cook and pray as a granny.
Really, one has to be a mother from Pamplona to experience.
How time goes on!
EL RELOJ DE ARENA
Silvia Carpena
Un mes.
Cuando llega el 7 de junio, noto cómo en mi cabeza resuena la popular canción y mi mente no puede por menos que cambiar la letra.
Una semana.
Acaba junio y con él empiezan los preparativos para el gran día. No se me puede olvidar llevar una prenda nueva y blanca, un cinturón rojo prestado, unas zapatillas viejas y algo azul. Creo que cogeré aquel amuleto de mi abuela que le protegía de los que sólo soñaban dormidos.
Un día.
Qué bonita palabra la del «mañana». Suena a promesa, a destino. Y encima lleva » ñ», la única letra que tiene sombrero y que tanto dice de nuestra tierra.
Una hora.
Me encantan los momentos previos al Chupinazo. La plaza está abarrotada pero cada uno de nosotros está solo, quizás acompañado por sus nervios e ilusiones y esperando que el reloj acelere para que llegue el gran momento.
Un minuto.
Ya va a salir el primer toro. Es emocionante. Corro y corro. Me siento como un campeón de atletismo y la carrera dura unos minutos que a mí se me antojan apenas unos segundos. Cuán caprichoso es el tiempo que deja que los gránulos de arena elijan cuándo y cómo caer.