IX Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


OTRO SUEÑO

Daniel Velarde

Ya se podía observar a lo lejos, cada día que pasaba más impresionante permanecía, pues parecía sacado de un cuento. No me lo podía creer, otro sueño cumplido, por fin estábamos tú y yo. Había llegado aquel día, el día.
El miedo me empezaba a invadir, me temblaban las piernas no dejábamos de correr y entre empujones decidimos apartarnos un poco. Debía cumplir la promesa que me hice aquella vez.
No sabía qué hacer ni que decir, y sin pensarlo te abrace, te abrace tan fuerte que deje de ser yo por unos instantes.
Entonces te miré, me sonreíste, y el miedo desapareció de repente. Supe que había llegado el momento.
Ante nosotros el lugar idóneo, otro de nuestros sitios pendientes, que bonita Pamplona, sus calles, su gente, su tradición, su todo.
Emocionada avanzaste y te subiste a un muro próximo , donde para tu asombro se podía leer una nota:
“El cuento cobraba vida, nuestro cuento. El que empezamos a escribir justo hace 1825 días y que a día de hoy seguía avanzando página a página. Ahora coge aire, y date la vuelta.
P.D: 7 de julio…”
Ante ella, me encontraba arrodillado, era el momento.
– ¿Quieres casarte conmigo?
 

NOSTALGÍA!!!!!!

Beatriz Sádaba Chalezquer

Me despierto sobresaltado…
Repican las campanas. La algarabía que se oye en el exterior va in crescendo.
Ya está en la calle!!!
Se acercan los gigantes, acompañados de sus chistus y gaitas. Y los gritos de los niños que corren aterrorizados o jubilosos para evitar o buscar a los cabezudos.
Los sonidos aumentan pero…se oye un shhhhhh!!! e inmediatamente una voz clara y nítida rompe el silencio y acompañado de un coro comienza a oírse una melodía que pone los pelos de punta.
Cierro los ojos y SIENTO la fiesta. VIVO la fiesta. Por unos momentos me imagino a mi mismo bailando a Josemiguelerico, corriendo delante de Napoleón y nostálgico, cantando la famosa jota al Santo, subido en la fuente del concejo.
Hace ya 10 años que Perdigón, un miura zaino, me dejo postrado.
Y desde mi lugar de reposo obligado, siento en el alma el cariño al santo morenico.
Se rompe el hechizo con un aplauso atronador.
Si miro a través de mi ventana, desde mi cama veo en la preciosa fachada del palacio de Guendulain la sombra de mi querido san Fermín que se alza de nuevo y agito mi pañuelo gritando desde lo mas hondo:
Cuídanos SAN FERMIN!!! VIVA SAN FERMIN!!! 

OYE PAMPLONICA

Agustin Oyaga Zalba

Hoy no me he podido levantar…; ayer, a duras penas….; mañana, ya veremos…

Me han llamado, en repetidas ocasiones, de formas muy diversas, en idiomas ininteligibles…pero no he podido…lo siento…

Porque ya no me emociono cuando me llaman, aunque también es cierto que ya no se dirigen a mí de la misma manera, ni con la misma devoción; y sí, los tiempos cambian, pero yo también tengo derecho a cambiar, ¿o no?

Afortunadamente, nada ha ocurrido, nadie ha resultado herido…de hecho, ni se ha notado mi ausencia. Y esto me hace pensar que igual no soy necesario, ni imprescindible…yo, que me lo tenía tan creído…

Algo se ha modificado en mi interior, ¿algo se ha roto? No, no creo que sea eso, pero sí que he cambiado…quizás estoy triste, o deprimido…¿en la fiesta? Pues sí. Porque ya nada es como antes…¿Y eso es malo? No sé, quizás sí…o a lo mejor, no…

¡Venga ya!, déjate de monsergas y de cuenticos, ¡levántate!

Oye pamplonica, no te olvides de mí, llámame como quieras y cuando quieras…que no va a volver a pasar…estoy bien, voy a estar bien, más fuerte que nunca, porque tengo un encargo, importante, necesario, vital…festivo…

He arreglado el capote, deslumbrante, luminoso…es para ti…