CALLE COMPAÑÍA
María Vallejo Munárriz
No iba a ser un Chupinazo como los de siempre. Ella nunca había faltado. En aquel piso de la calle Compañía, el almuerzo ya esperaba sobre la mesa. Aquel 6 de julio iba a ser diferente: alegre, pero triste. Sin ella. Entonces, les sorprendió el timbre. Abrieron la puerta y allí estaban, ella y su sonrisa. «¿Pero cómo me voy a perder este día?», le oyeron exclamar. Les había dicho tantas veces que no iba a poder compartir ese momento con ellos, que la miraban incrédulos. Y reían, y lloraban. Después de todo, ese día 6 empezaba a ser perfecto. ¿Cómo iba a perdérselo? La noche anterior, había cambiado de idea. Y preparó el plan. Mentiras piadosas, buenos deseos, «brindad por mí «. Nadie la esperaba. Se vistió de blanco más emocionada que nunca y empezó a imaginar sus caras. No se le ocurría una sorpresa mejor. Condujo rumbo a Pamplona, a la calle Compañía. Estaba a punto de estallar la ciudad. Aparcó, caminó entre miles de rostros felices y supo que había hecho lo correcto. Tocó el timbre. Se anudó el pañuelico rojo alrededor de la cabeza, para sujetar la peluca que cubría su calva. Abrieron y allí estaba ella. Allí estaba yo.
DESCONECTAR DE LA VIDA
Aitor Anaut Ruiz
Este año está siendo un autentico desastre. Me han echado del curro, sin darme la menor explicación. No es personal, son cosas que pasan. Mi pareja, con quien he compartido gran parte de mi vida, me ha dejado de la noche a la mañana, con excusas casi idénticas a las de mi jefe. Mi médico dice, que aunque al principio parecía lo contrario, el nuevo tratamiento no está haciendo efecto. Aunque tratara de evitarlo, no parecía nada optimista. Lo mismo sucede con las cartas que me envía, de manera periódica, mi banco. Y para colmo, Osasuna baja a segunda. Definitivamente, este no es mi año. Mi cabeza va a explotar. Dentro de un minuto van a lanzar el Txupinazo. Menos mal. Primer momento de alegría en lo que llevamos de año. Tengo sietes días para desconectar de la vida, y vivir. Después, todo se verá.
EL MOMENTICO DE ADUR
Laura Rivero Ramos
Hoy no es un día cualquiera, hoy es 6 de Julio en Pamplona. Llevamos unas horas con el pañuelico anudado al cuello, pero eso a mi hijo no le emociona, ni el vermout, ni el ambiente…El a lo suyo
-¿Cuando salen?
-¿Cuantos días faltan?
Llevamos semanas con las mismas preguntas. Lleva meses cogiendo sillas a hombros, bailando con cajas en la cabeza, tarareando canciones, dando vueltas y mas vueltas.
Nos ponemos en marcha después de comer, como siempre un poco tarde y buscamos por donde andan sus ídolos, toca afinar el oido…
-Por allí suenan unas gaitas.Parece que los hemos encontrado fácil este año.
Allá vamos, verga en mano, cargados de emoción, el protagonista aupas eso si, porque los que les acompañan aún le dan miedo, pero cada vez menos porque cada día el txikitico es mas grande y valiente. Y de repente aquí están, nos rodean, alegres, bailando, imponentes, gigantes.
La cara mas bonita del mundo se ilumina y nos grita:
– Ama Josemiguelerico!
– Aita los gigantes!
– Irune Caravinagre, cuidado!
Ahora si, ahora ya empiezan tus fiestas. Para el pequeño de la casa, esto es San Fermín…Porque Adur con 3 años también tiene su momentico.