A todos nos va la feria en función de las expectativas que nos hayamos creado antes de su inicio. Así, por ejemplo, un corredor del encierro al realizar balance al final de los Sanfermines estará satisfecho si ha cogido asta varios días y no ha sufrido percance, un niño estará feliz si sus padres lo han llevado todos los días a los Gigantes, ha corrido delante de los Kilikis y ha disfrutado en las barracas, un mozo peña si ha logrado cumplir con sus obligaciones peñistas, ir a los toros prácticamente todos los días, sortear la resaca con mayor fortuna y mantener un funcionamiento intestinal digno.
No obstante están los que se crean unas expectativas desmesuradas en función de su propio potencial, las circunstancias y el entorno donde espera alcanzarlas. Recuerdo una anécdota que nos contó Joseba, en la que se cruzó con unos de estos grupos de personas que vienen el fin de semana sanferminero y cuando debían regresar echaban pestes ya que no habían logrado atraer los favores de ninguna moza, al menos hasta el punto en el que ellos habían marcado su expectativa, que debía ser muy elevado. Debían pensar que Pamplona durante estas fechas es una ciudad sin ley y se convierte en una especie de Sodoma y Gomorra. En el aspecto que ellos planteaban sus expectativas Pamplona no dista de ser como la misma Pamplona y cualquier otra ciudad en un fin de semana festivo. Los sanfermines, afortunadamente y aunque a nadie le amargue un dulce, son otra cosa.
Pues entonces ya no vamos
Eso piensa la mayoría: «que esto es jauja». Pensando en unos amigotes que tengo… para unos sí era jauja y para otros no!. Hasta hacían apuestas…. ¡Qué gentuza!.
Que razon tienes, ya que esas hordas que vienen los fines de semana creen que vienen a una ciudad sin ley, donde el alcohol y el sexo creen que es gratuito. Esa gente no tiene ni idea de lo que son las fiestas, a esa gente no la queremos en Pamplona. Queremos gente respetuosa, que venga con ilusion de vivir unas fiestas sin igual. Aupa¡
Hay peña que se piensa que por venir en Sanfermin van a comer y beber por el morro y pillar bien de cacho.
Los que vienen con esas expectativas, cuanto más lejos mejor.