Uno de los aspectos que más cuida Pamplona de su encierro es la limpieza del recorrido. Desde las 5 de la mañana, máquinas barredoras y de riego sacan brillo a los adoquines de Santo Domingo, Ayuntamiento y Estafeta. El último tramo de esta calle es especialmente complicado, por aquello de ser punto fundamental de la juerga nocturna.
Algo menos de una hora antes del cohete, un cordón de la Policía Municipal saca a todas las personas que se encuentran en el recorrido y el equipo de limpieza recoge hasta la última colilla que encuentre en el pavimento.
Así, quien desee correr, tendrá que volver, por la Plaza del Castillo y Chapitela, hasta la Plaza Consistorial, único punto desde el que se puede acceder al recorrido. Es en esos minutos, tras el jolgorio nocturno y poco antes de que llegue la manada, cuando mi calle se convierte en uno de los pocos oasis de paz que puedes hallar en Pamplona del 6 al 14 de julio.
¡Me encanta escuchar a los gorriones!
Si no me duele la cabeza, claro.
¿Gorriones o gorrinos? Que también los hay, y muchos.
Gorriones, gorriones, esas campanas de San Cernin, ese silencio rasgado por el cohete…
Qué poético lo de los gorriones.
Y que paradójico: nunca durante el año la calle Estafeta está tan limpia como en sanfermines.
De qué me sonará a mí esa foto y ese fotógrafo?? Qué ganas de volver!!
Ganas, muchas ganas!!!
Se me acaban de caer dos lagrimones como funda de guitarra!!!
Jo…, que me gustaría volver a ejercer de reportero gráfico en esa insigne calle y en ese maravilloso reducto de paz…